Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Sentí que mi cuerpo se movía, se movía, se movía, así que fui a por él. Esto es asombroso para mí». La sorpresa no ha sido solo para Brigid Kosgei, la corredora de Kenia que pulverizó el domingo en Chicago el récord mundial de maratón ... femenino. Bajó en más de cuatro minutos un registro que tenía 16 años para dejarlo en 2 horas, 14 minutos y 4 segundos. Un tiempo que sería el mejor registro absoluto, también masculino, en más de 150 países.
Kosgei completó así el gran festival de los fondistas kenianos que había comenzado un día antes. El sábado y en Viena, Eliud Kipchoge se convirtió en el primer hombre que recorre los 42.195 metros de la prueba en menos de dos horas (1.59:40). No importa que esta marca no se homologue, ya que fue realizada sin competición de por medio, con apoyo de 'liebres' (corredores de apoyo) en cada kilómetro, láser orientativo y todo tipo de ayudas.
Tanto en el caso de Kosgei como en el de Kipchoge, las miradas se posaron, no sin sospechas, en sus pies. Ambos calzan modelos experimentales de Vaporfly, una línea de zapatillas de la marca norteamericana Nike que ha revolucionado en los últimos años tanto las pistas como el asfalto.
El 'efecto muelle' de estas calzas está acelerando los registros. En el maratón masculino, siete de las diez mejores marcas de la historia se han hecho en los últimos dos años con su concurso. Incluido el récord oficial que estableció el propio Kipchoge en Berlín el pasado año (2.01:39).
En el último año, la marca con sede en Oregon ocupó 13 de los 18 primeros puestos en los seis 'major' del maratón (Londres, Nueva York, Chicago, Boston, Tokio y Berlín). En chicas subieron a 12. En el reciente mundial de atletismo de Doha (Catar), cerca del 90% de las zapatillas llevaban el inconfundible color lima o rosáceo de las Vaporfly. Aunque muchas iban 'tuneadas' para cumplir con los patrocinios.
Este significativo acelerón sobre los cronómetros ha reabierto el debate sobre los límites de la tecnología aplicada a mejorar las marcas. Las Nike Vaporfly están revolucionando el deporte gracias a un sistema que genera más velocidad con el mismo esfuerzo.
La marca, metida de lleno en una enorme campaña de investigación y marketing, explica que la clave está en la amortiguación: «la zapatilla tiene más amortiguación bajo los pies y un peso reducido en la parte superior, lo que resulta en un retorno de energía y comodidad sin precedentes». El propio nombre marca el porcentaje de esa mejora. Se llaman Nike Vaporfly 4%. Aunque se ensaya con el 6%. Nike toma el relevo de su competidor Adidas, que ha dominado las ventas y las pistas desde 2013 con el sistema de amortiguación Boost.
Ahora que el dopaje sanguíneo está tan controlado y es difícil burlar a los 'vampiros' federativos, ¿solo queda el llamado 'dopaje tecnológico' para mejorar el rendimiento? Las marcas de este fin de semana han hecho recordar lo que pasó en el Mundial de Natación en Roma hace una década. El uso de bañadores de poliuretano, que ayudaban a flotar, permitió batir 43 registros mundiales. Nunca ha habido tal concentración de mejores tiempos en una competición. La Federación Internacional decidió prohibir estas prendas, pero respetó las marcas.
En el caso del atletismo, su Federación Internacional (IAAF) anunció un pronunciamiento antes de fin de año. Pero sigue callada. Su presidente, el campeón de medio fondo británico Sebastian Coe, fue patrocinado por Nike durante 38 años. Lo tuvo que dejar cuando se convirtió en el mandamás de los despachos.
El Reglamento de Competición de la IAAF dice que «las zapatillas no deben estar construidas de tal modo que proporcionen a los atletas una ayuda o ventaja injusta. Cualquier tipo de zapatilla debe estar razonablemente al alcance de todos».
El caso es que un hombre ha corrido la maratón por debajo de dos horas. Algo que muchos pensaban que no llegaría nunca. Y con sus apenas 25 años, Brigid Kosgei rebajó en Chicago su marca en más de cuatro minutos. Una barbaridad para cualquier deportista.
«Si mejoras tu marca sin mejorar como atleta estás tomando un atajo. No es una mejora de talentos. Misma fisiología, distinta marca. Ahí está el problema», sentencia Jordán Santos, biólogo y doctor en Fisiología del Ejercicio, que recuerda que con los modelos Adidas Boost «ya se consideraba casi como 'dopaje tecnológico'».
Otros expertos sitúan cada nuevo avance en el proceso natural de la evolución humana. «Hay que asumir el progreso. Amí me parece bien todo lo que mejora las prestaciones humanas», zanja el profesor de Fisiología Humana de la Universidad de Granada, Ángel Gutiérrez. Este investigador acumula décadas de trabajo colaborando con el Comité Olímpico Español o la selección nacional de ciclismo, entre otros frentes. Insiste en su desconfianza en que «los medios sean la clave de un gran registro». «Hay muchas cosas detrás de una gran marca. Esas zapatillas se las puede poner cualquiera. Otra cosa es que tenga la capacidad de ese hombre (por Kipchoge). O que corra con ese 1,8% de grasa esencial de la chica (Kosgei), un margen con el que parece que la vida es imposible».
Se las puede poner cualquiera que pueda pagar los 275 euros que cobra Nike por las Vaporfly que ya comercializa. Los modelos que ahora prueba en atletas de élite llegarán al mercado en próximas promociones. Nike reconoció en su balance de 2018 unos beneficios de 4.029 millones de dólares (más de 3.600 millones de euros). Sus ingresos mundiales rozaron los 40.000 millones.
Para Jordán Santos la clave de su homologación está aquí. «Cuando llenen las rutas de asfalto más populares, será muy difícil pararlo. Y cuando se atasquen otra vez los récords, volveremos a depender de la tecnología».
Esta nueva 'piedra filosofal' del atletismo que convierte en récord todo lo que pisa levanta sospechas en otros frentes. José Antonio Guarnido investiga desde el Centro de Podología Aquiles (Granada) la biomecánica del pie. Incluso envió un informe a la Embajada de Kenia tras estudiar la forma de pronar (pisar) del campeón y récord Kipchoge, del que asegura «es uno de los corredores que peor pisa». No le han respondido.
Este podólogo forense que asesora a deportistas profesionales de todo el mundo rechaza que cualquier modelo de zapatilla marque un antes y un después. «Nadie corre más por lo que calza. No hay dos pies iguales en el mundo. O haces algo a medida o no hay tanto que mejorar». Por eso insiste en que «la clave está en la plantilla y en su angulación. Eso es lo que hay que personalizar».
Guarnido asegura que el 90% de los modelos de calzado deportivo no ofrecen buenas prestaciones de estabilidad debido a que «se usan materiales tan blandos que el pie no fluye, fluctúa». Y detrás llegan multitud de lesiones.
Al cruzar la meta el sábado, al 'extraterrestre' Kipchoge aún le quedaban fuerzas para dar saltitos. No parecía muy cansado. «El ser humano no tiene límites», proclamó. Y menos cuando la técnica se pone a su servicio.
El peso de la tecnología
Creado con tecnología de la NASA, el bañador de poliuretano permitió batir casi todos los récords de natación. El deportista flotaba y el agua resbalaba. La Federación Internacional homologó las marcas pero prohibió estas piezas.
Los hermanos Dan y Brian Battistone ganaron algunos torneos menores con una raqueta de dos mangos. Decían que así aprovechaban todo el cuerpo por igual. La Federación de Tenis la dio por buena. Pero nadie la usa.
El material ha sido clave para subir más alto y superar ya los 6 metros en salto con pértiga. Al igual que pasa con las zapatillas, la revolución llegó con el uso de fibra de carbono, que sustituyó o completó a la de vidrio.
El Tour de Francia utiliza desde 2016 cámaras térmicas que escanean las bicicletas al azar. Así se evitan situaciones como la de la ciclista belga Van den Driessche, que usó una bici con motor en el Mundial sub23 de ese año.
¿Trampa o evolución? «Impresionante. Si te la calzas, estás perdido, será difícil reprimir las ganas que dan de ponerse a correr». Así definen los corredores del equipo español de fondistas Bikila las sensaciones que producen las nuevas zapatillas Nike Vaporfly. Su composición con mayor amortiguación en la planta del pie y menos peso en la parte superior mejora las prestaciones de los atletas entre un 4% y un 6%, según aseguran. Los primeros modelos de estas zapatillas ya están en el mercado a un precio de 275 euros.
7 de las de las 10 mejores marcas de maratón se han batido en los últimos dos años, hasta culminar con el registro (no oficial) que ha permitido a Eliud Kipchoge hacer los 42,195 kilómetros en menos de dos horas.
Un mercado por conquistar. Más allá de las pistas de alta competición, las grandes marcas deportivas libran una dura batalla por el mercado del deporte aficionado. Convertido en el deporte de masas más expansivo de la historia, los complementos para corredores son un gran nicho comercial. Adidas ha dominado la investigación de nuevos modelos con su línea Boost hasta 2016. La fuerte inversión de su competidor Nike en proyectos que han permitido rebajar drásticamente los tiempos se ha visto compensada por un fuerte incremento de sus ingresos y beneficios, que crecieron un 7% en 2018.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Fallece un hombre tras caer al río con su tractor en un pueblo de Segovia
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.