Quinta edición de la prueba internacional

Álava se entrega hoy a la pasión incondicional del Ironman

La prueba, patrocinada por EL CORREO, es un espectáculo. Personas de gemelos definidos y complexión robusta completan un recorrido sobrehumano. 3,8 kilómetros a nado, 180 sobre una bicicleta y un maratón a pie (42,195). Su esfuerzo sitúa a Álava en el mapa internacional del deporte. A los hitos continentales del Alavés y el Baskonia y los éxitos de Almudena Cid, Martín Fiz, Maite Zúñiga o 'Kompa', entre muchos otros, se le suma desde 2019 una cita cuya retransmisión, asegura la organización, alcanza los 9 millones de espectadores en todo el planeta.

En la meta de la Plaza España se repartirán hasta 6 millones de dólares en premios, aunque el Ironman trasciende mucho más allá de la competición. Tan solo cien de los atletas tienen licencia profesional y patrocinadores detrás. Al resto, les mueve la ilusión. En Vitoria hay hueco para todos. Los aplausos de Landa, Salvatierra, La 'Herre' o Dato tendrán la misma intensidad con los primeros que con los últimos.

La ola del Ironman llega desde Hawái. Se originó como nacen las mejores cosas: de manera improvisada. En una sobremesa de 1978, un comandante de la NASA, John Collins, sostenía que el ciclista Eddy Merckx era el mejor deportista del mundo. Otro de los comensales defendía el esfuerzo de los nadadores. Y otro, el mérito de los corredores de fondo. El debate subió de tono hasta que Collins se puso en pie. Crearían una competición para comparar la capacidad de todos ellos cuando se les lleva al límite. Hubo quince participantes y acabaron doce. El primer 'hombre de hierro' Gordon Haller (11 horas, 46 minutos y 40 segundos) era taxista de profesión. Un carácter aficionado que se mantiene 46 años después.

En la salida del pantano de Landa a las 8:00 de la mañana no habrá caras largas. Allí se reúnen los sueños, motivaciones e historias de superación de ciudadanos de 58 países. De Francia llega un 14% de la participación, entre ellos un campeón del mundo, Sam Laidlow, fascinado con el recorrido. El récord del circuito vitoriano lo tiene Nick Kastelein, ganador en 2022 con un tiempo de 7:52:50. Con un calor que no asfixia y rachas de viento de alrededor de 15 km/h, la previsión es que el ganador baje de las 7 horas y 50 minutos. Los más de 1.000 metros de desnivel en el trazado ciclista impide acercarse al récord mundial del el noruego Kristian Blummenfelt, 7:21:12. En mujeres, la vizcaína Gurutze Frades aspira a repetir victoria y bajar su tiempo de 8:46:18.

Los triatletas aficionados no tendrán tanta prisa. Tienen hasta las 23:30 horas para cruzar la meta, instalada en la Plaza España. En juego, 40 plazas masculinas y 45 femeninas para el campeonato del Mundo de Kona (Hawái). El objetivo de los profesionales. El sueño de los aficionados. El centro de Vitoria quedará cerrado al tráfico hasta pasada la medianoche y el transporte público sufrirá modificaciones, pero la ciudad estará volcada durante toda la jornada por quinta edición.