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El deporte no entiende de memoria. Uno puede pasar de la gloria al abismo con que una sola pieza no encaje. Como cada abril, Jon ... Rahm regresa al Masters. Allí donde se impuso en 2023 en una exhibición que ya forma parte de la historia del golf. Mismo lugar en el que doce meses después su juego no respondió y el vizcaíno defendió la chaqueta verde de la peor forma, sufriendo para pasar el corte y sin capacidad de reacción el fin de semana. «Estoy ansioso por ver esos cambios de los que he estado hablando y que han estado ahí durante casi un año y medio, pero que aún no he superado del todo», reconoció hace unos días, en la previa del LIV de Miami, donde estuvo cerca de pelear por el título pero firmó un nuevo top-10, como en sus dieciséis anteriores torneos completados en la superliga saudí. Una regularidad intachable aunque todavía no haya estrenado este año el casillero de victorias.
De manera que el torneo que empieza el jueves en Augusta se presenta como una reválida para Rahm, que necesita dar un golpe sobre la mesa para decir al mundo que sigue estando en la cresta de la ola. Quiere silenciar a los críticos que justifican el descenso en su rendimiento en los grandes del pasado curso –tras el Masters no pasó el corte en el PGA, se perdió por lesión el Abierto de Estados Unidos y despertó en el 'British' para una séptima posición– en su fichaje por el LIV, circuito en el que participan otros trece campeones de grandes en plena forma como Bryson DeChambeau o jugadores pujantes como Joaquin Niemann. El anillo de campeón en la temporada de su debut, en la que sumó dos títulos individuales, maquilló su discreta travesía en el golf tradicional.
Por ello, un jugador con el gen competitivo tan intrínseco como 'El León de Barrika' tiene una «confianza ciega» en sus posibilidades, «sea cual sea el estado de mi juego». Reconoció Rahm que «no he jugado a mi mejor nivel y que necesito más» si quiere pelear por la que sería su segunda chaqueta verde. Igualaría en el palmarés a dos mentores como Severiano Ballesteros y José María Olazabal y desempataría con Sergio García. España, por cierto, es el primer país sin contar a Estados Unidos en el palmarés de la meca del golf. Y este sábado Carla Bernat Escuder se convirtió en la primera jugadora nacional en triunfar en la edición femenina, de carácter amateur desde su nacimiento en 2019.
This year's story will soon be written. #themasters pic.twitter.com/hgWjD7WMc5
— The Masters (@TheMasters) April 6, 2025
Sin que sirva de precedente por el riesgo que conlleva, echar un vistazo a las apuestas sirve en ocasiones para calibrar la opinión de los expertos. Así, Rahm aparece como el cuarto favorito al título por detrás de Scottie Scheffler (número uno del mundo), Rory McIlroy (dos) y Collin Morikawa (cuatro), un grandísimo jugador que persigue su tercer grande y romper una sequía de dos años sin títulos. El californiano, cuya regularidad le permite aparecer en esta terna, es el mejor ejemplo de la dureza de este deporte. Por muy bien que se juegue, ganar es muy difícil si otro jugador está más iluminado. El vizcaíno comparte cuota con DeChambeau (quinto en Miami y ganador en 2024 del US Open) y Ludvig Aberg, que debutó en el Masters del curso pasado con un segundo puesto.
En ese novedoso trabajo del que habla Rahm para preparar el desembarco en Augusta cobra protagonismo el hecho de no poder haber contado con el descanso necesario que él demanda antes de los 'majors'. Siempre ha reconocido desde su llegada al profesionalismo que no es nada partidario de competir el fin de semana previo, como ha sido el caso. El año pasado también le sucedió lo mismo al tener que afrontar el LIV de Miami y unos días después firmó el peor de los ocho Masters que ha disputado.
Sufrió para pasar el corte y no mejoró el fin de semana. De hecho, acabó con los mismos golpes (297) que José María Olazabal, participante del circuito senior que cada año hace las delicias de los espectadores en este rincón privilegiado del estado de Georgia gracias a su mera presencia. Ambos vascos se fueron hasta el puesto 45 con +9.
La otra vez que Rahm había competido el fin de semana previo al primer grande del año fue en 2017, el curso de su debut. En este caso, su falta de experiencia explicó su +3 final para un digno puesto 27. Eso sí, tras la segunda jornada marchaba sexto. Curiosamente, su título en Augusta el 9 de abril de 2023, día en el que el inolvidable Seve hubiese cumplido 66 años, se situó en medio de sus dos actuaciones más discretas. En 2022 también fue vigesimoséptimo. Pocos pueden presumir del historial del vizcaíno en la meca del golf. En sus ocho participaciones ha ganado una vez y ha finalizado entre los diez primeros en otras cuatro ocasiones, todas ellas entre 2018 y 2021. La media habla de un crack de talla mundial que ahora ansía brillar de nuevo.
«Es duro tener que quedarte ahora para ponerle la chaqueta a otro y nunca haber tenido realmente una oportunidad (de ganar)», lanzó Rahm al completar su última vuelta en la pasada edición. Ponía punto y final al calvario que había vivido con su juego, especialmente en unos greenes «que no son fáciles». También se quitaba un peso de encima, cargar con la mochila del defensor de la corona, con todo lo que eso implica en el impoluto Augusta: cena de campeones, ceremonias... y sobre todo, participar en la entrega de la chaqueta al campeón, un Scheffler al que 'devolvió' el gesto de la última edición. Rahm sueña con tener la misma foto que en 2023, cuando el tranquilo gigantón texano le cedió la vitola de maestro.
1. Severiano Ballesteros: 1980 (-13)
2. Severiano Ballesteros: 1983 (-8)
3. José María Olazabal: 1994 (-9)
4. José María Olazabal: 1999 (-8)
5. Sergio García: 2017 (-9)
6. Jon Rahm: 2023 (-12)
7. Carla Bernat Escuder: 2025 (-12). La de Castellón, de 21 años, se impuso este sábado en un certamen que nació en 2019 y se celebra con jugadoras amateur.
La chaqueta verde de Rahm se empezó a coser de la peor forma, con un doble bogey en el primer hoyo que jugó el jueves. El vizcaíno ha cosechado en sus ocho participaciones dos dobles penalizaciones e incluso en su debut en 2017 cerró el torneo con un triple bogey que le hizo caer posiciones. Volviendo a 2023, aquel error inicial no impidió que firmara, junto a la tercera ronda de 2018, su mejor vuelta al Augusta National con un -7. Llegó al último día a dos golpes de un desacertado Brooks Koepka. Rahm, soberbio, le alcanzó en el hoyo 4 y le superó en el 6 para empezar a atar el título.
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