Mitchell, la persona más triste por el abandono de Rahm después del propio Jon, y su regalo personalizado del Athletic

Basta con dar un paseo, por pequeño que sea, por el campo de golf que acoge un 'major' para testar la pasión que despierta Jon Rahm entre el público americano. Tras Augusta (Georgia) y Valhalla (Kentucky), Pinehurst no se iba a quedar atrás. En Sanford, localidad también ubicada en Carolina del Norte, a treinta minutos en coche del escenario que acoge el US Open, vive uno de los incondicionales fans del vizcaíno.

Su nombre es Mitchell Santiago y es un enamorado del golf desde que tiene uso de razón y en concreto de Rahm, a quien sigue incluso desde su época de amateur. Conoce a la perfección los rincones de Pinehurst y los diez campos que se suceden uno detrás de otro en este paraíso de calles y greenes. Además de jugar de vez en cuando, todos los fines de semana ejerce de caddie, un trabajo que le permite ganarse un dinero extra.

Viste el dorsal 15 de Sergio Ramos de la selección española y junto a él otro hombre lleva la del Real Madrid, lo que despierta la inquietud de este periodista de conocer quiénes son esos tipos, que resultan ser padre e hijo. Se encuentran siguiendo la vuelta de entrenamiento de los tres españoles en liza del torneo (Sergio García, David Puig y Eugenio López-Chacarra), pero él suspira por ver de cerca a Rahm. «No me pierdo un solo golpe suyo. Me encanta verle, es una inspiración. Sobre todo desde aquel cuarto puesto en el Masters 2018», dice emocionado Santiago en una conversación que se produce justo antes de que el vizcaíno oficializara su adiós al torneo por la infección que arrastra en su pie izquierdo desde el fin de semana.

El joven se ha llevado un buen disgusto. Diez años después de que el US Open visitara por última vez Pinehurst, tenía muchas ganas de conocer en persona a Rahm, a quien quería regalar dos marcadores personalizados con los dos equipos que han marcado la vida del vizcaíno. Como no podía ser de otra forma, uno es el de su querido Athletic. El otro es el de los 'Sun devils' (diablos del sol), el nombre que reciben los estudiantes que defienden en competiciones deportivas a la Universidad de Arizona, como en su momento hizo el vasco.

«Le pedí a mi cuñado que los imprimiera en su empresa y este es el resultado. Ojalá se lo pueda entregar, creo que le gustará», ambiciona Santiago, al que no le cabe la sonrisa en el rostro. Es preguntarle por Rahm y no parar de hablar. Lo hace en un perfecto castellano, fruto de los doce años que vivió en Camarma de Esteruelas, un pequeño pueblo de la Comunidad de Madrid al que emigraron sus padres, pastores evangélicos.

«Esos putts del 17 y 18 en el US Open que gana en 2021... Se me pone la piel de gallina hablar de ello. Me recordó a las victorias de Nadal, de pelear hasta el final», dice antes de mostrar una fotografía de la pared de su casa en la que cuelga un marco con el triunfo del 'León de Barrika' en el Masters de Augusta hace un año. Encima de Rahm se encuentra precisamente Rafa Nadal celebrando uno de sus catorce títulos en Roland Garros. En su particular 'hall of fame' también hay espacio para el Mundial que levantó España en 2010 y la décima Champions que conquistó el Madrid cuatro años después.

Pura pasión desborda este joven de 29 años, que confiesa «echar de menos España» y agradece haber retomado su «oxidado» castellano. «Espero que mañana (por el miércoles) salga a entrenar para verle y que pueda jugar. Sería una pena que se retirara», dijo antes de confirmarse el triste desenlace. Ahora se encomienda a que a través de este periódico pueda hacer llegar sus regalos a Rahm.

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