Jon Rahm sigue haciendo historia. No hay quien le haga sombra cuando se trata de llevar el deporte vizcaíno a otra dimensión. Ya sabía lo que era ser el número uno y ahora, tras vestirse por primera vez la chaqueta verde de Augusta emulando ... a Severiano Ballesteros, José María Olazabal y Sergio García, vuelve a situarse en la cima del mundo. El mérito de sus logros adquiere una mayor dimensión si se tiene en cuenta que el golf en el territorio ha sido un deporte minoritario. De hecho, lo sigue siendo pese a las hazañas del mocetón de Barrika.
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La mayoría de niños vizcaínos juegan al fútbol intentando emular a los Williams, Muniain, Yeray, Sancet o Iñigo Martínez y aquellos que se resisten a darle patadas a un balón se decantan normalmente por las canchas de baloncesto, la bicicleta o el frontón. Los palos no ocupan los primeros lugares entre sus preferencias, salvo contadas excepciones. Rahm no fue uno de esos. De hecho, aquel chaval hípercompetitivo que de pequeño jugaba de portero y se marchaba llorando del campo de fútbol tras perder un partido, se topó con el golf casi por casualidad.
¿Cómo? Pues gracias a un amigo de su padre que recibió una invitación para asistir a la Ryder Cup de 1997 en Valderrama y se llevó a la cuadrilla para allí. Fue amor a primera vista. Rahm acabó en las instalaciones de Martiartu. Aquel primer golpe cuando tenía seis años ha traído todo lo demás, previo paso por la escuela de Edu Celles –uno de sus descubridores– en Derio, en el campo Larrabea (Álava), en la Residencia Blume y en la Universidad de Arizona.
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Severiano Ballesteros, cuando en 1980 se vistió la chaqueta verde de Augusta, puso la primera piedra para popularizar este deporte en España y Rahm se ha encargado en los últimos años de continuar con esa faraónica obra en la que también tuvieron mucho protagonismo José María Olazabal y Sergio García. De hecho, en 2018, en el comienzo de su eclosión como golfista, el nuevo número uno mundial reunió a más de 47.000 personas en el Open de España, en Madrid. El golf es ya un reclamo turísitco a nivel nacional y el de Barrika su máximo exponente. Su faro más luminoso.
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En Bizkaia, el Athletic y su posible clasificación para disputar competición europea seis años después centra el interés en estos momentos, junto a la salida del Tour desde Bilbao el próximo 1 de julio. Sin embargo, las victorias de Rahm, que fue el primer embajador del 125 aniversario del Athletic, resuenan cada vez con mayor fuerza en todos los rincones del territorio. Y su eco perdura en el tiempo. Tanto, que los éxitos del de Barrika han conseguido que los vizcaínos conozcan, aunque sólo sea de oídas, los grandes escenarios de la PGA y que términos como 'bogey', 'birdie' o 'putt' les resulten también familiares.
Rahm puede con todo y de sus gestas probablemente aflorarán jugadores que intenten emularle. Ya tienen un espejo en el que mirarse como lo fueron Zarra, Gainza o Rojo en el fútbol por citas algunos ejemplos. La semilla está plantada.
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