El Barakaldo se pone a tiro del ascenso

El empuje que le proporcionaban el aliento de cerca de 2.000 gargantas hizo que el Barakaldo saltase al verde de Lasesarre con el pundonor propio de un líder. Convencido de asestar un golpe casi definitivo en la clasificación, dominó el encuentro desde un principio exhibiendo el alto ritmo que imprime siempre a los partidos. No logró adelantarse en los primeros compases, pero lanzaron varios avisos a su rival. Cuando solo habían transcurrido seis minutos de juego, Urki Txoperena ya estrelló la pelota en el travesaño.

No sería la ocasión más clara del choque. Solo nueve minutos después, Isuskiza se volvió a topar con el poste tras un centro de Pedernales. Al Leioa le costaba mucho frenar las constantes internadas de los fabriles, aunque también dispuso de varios acercamientos a portería contraria, sin peligro aparente. En ese sentido, fue Luisma Villa el encargado de dar algo de luz a los azulgranas. Por sus botas transitaba todo el juego ofensivo de los leiotarras, que fueron creciendo con el paso del tiempo hasta el punto de lograr ponerse por delante.

Antes de cumplirse la primera media hora de choque, el rechace de un córner le cayó a Cabanas, que demostró sus dotes en el remate a pesar de ser defensa central con una volea que se coló hasta el fondo de las mallas. Se trataba del primer tanto del año que encaja el Barakaldo en Lasesarre. El último en hacerlo fue Guillermo Ruiz con la Cultural de Durango el pasado 4 de diciembre. Entonces, los locales estaban ante un escenario nueva esta temporada, ya que nunca se habían visto obligados a remontar un duelo en su casa.

Los leiotarras no se lo pusieron nada fácil. Paraban el juego continuamente, frenando así la intensidad de los gualdinegros y provocando que ocurriera más bien poco. Aún así, los de Imanol de la Sota consiguieron tener alguna opción de empatar, pero no estuvieron acertados de cara a puerta y todos sus intentos se marcharon fuera. Así fue hasta que, justo antes del descanso, Urki Txoperena volvió a romper el entramado defensivo con una buena acción por banda izquierda y otorgó un pase de la muerte a Pedernales para devolver las tablas.

El Leioa parecía acusar el desgaste que supone tratar de paralizar a los fabriles y el Barakaldo olió la sangre. Entonces, a la salida del paso por vestuarios, estos dejaron el partido prácticamente sentenciado. Aimar Sagastibeltza puso el 2-1 en el marcador de cabeza a los 50 minutos de juego y, solo tres minutos después, Bittor Isuskiza amplió aún más la distancia con una solemne acción individual en el área que culminó con un buen disparo cruzado. Un tanto de bella factura, que obligaba a Urtzi Arrondo a mover piezas para buscar la reacción de su equipo.

Esa reacción no llegó. El Barakaldo siguió siendo dueño y señor del encuentro durante toda la segunda mitad. De hecho, Urki Txoperena marcó otro gol que fue invalidado por el colegiado. La última media hora de juego discurrió sin pena ni gloria, con un Leioa desgastado, incapaz de meter miedo en el cuerpo a los baracaldeses, que se limitaban a controlar el partido para mantener su ventaja y no sufrir ningún aprieto en el tramo final. Ahora ya, tanto el equipo como la afición solo piensa en Azkoitia, donde el club puede darse de nuevo una gran alegría después de varios años de letargo.