Al Barakaldo le faltó su habitual colmillo en Lugo

El Barakaldo logró este domingo sumar un meritorio punto en un escenario exgente como el Anxo Carro y sigue mostrando su gran competitividad en esta Primera Federación en la que acaba de aterrizar. Su orden y solidez defensiva fueron pulcras. No obstante, la sensación que dejaron los fabriles es que no tuvieron el mordiente y el brío ofensivo que les caracteriza, lo que les hubiera permitido incluso batir a todo un Lugo. De este modo, los de la Margen Izquierda continúan en el ecuador de la tabla, con cinco puntos en las primeras cuatro jornadas.

Ambos conjuntos, progresando con el paso de las primeras jornadas, llegaban con la moral alta tras cosechar su primer triunfo en la actual temporada el pasado fin de semana. Por lo tanto, los técnicos no tocaron mucho sus planes iniciales. Imanol de la Sota únicamente realizó dos modificaciones respecto a su victoria ante la Gimnástica Segoviana (2-0). Salieron del once Julen Huidobro y Kepa Uriarte para que ingresaran Jesús Martínez y Bittor Isuskiza. En cuanto a los lucenses, Lolo Escobar sólo introdujo en cambio respecto a la alineación titular que logró vencer en Las Llanas al Sestao River por un ajustado 0-1.

En la primera mitad, se palpó el respeto que se tenían los dos equipos, sin cometer ninguno demasiados riesgos. Quien ejecutaba el control de la posesión era el Lugo, al que le costaba atravesar las líneas de un férreo Barakaldo. Ésos incomodaban a los locales con su asfixiante presión y trataba de llevar a cabo un juego más directo y vertical. En ese sentido, los zagueros rojiblancos también se hicieron fuertes para pugnar con Maroan Sannadi, una tarea siempre complicada. La única ocasión de peligro real la protagonizó Yayo, con un disparo potente desde la frontal del área, al que respondió Unai Pérez con grandes reflejos y realizó una parada salvadora.

Ante esta tesitura, De la Sota realizó dos cambios al descanso, que tuvieron un efecto inmediato, ya que el Barakaldo llevó a cabo tres acercamientos casi consecutivos a portería contraria al inicio de la segunda mitad. Sin embargo, poco a poco, el Lugo le fue ganando terreno y las fuerzas se volvieron a igualar, repitiéndose el mismo guion plano, en el que ambas defensas se imponían constantemente a los atacantes.

En el tramo final, el combinado gualdinegro quiso meter una marcha más al encuentro, perdiéndose en cierta medida el orden escrupuloso que había reinado hasta entonces. Cuando faltaba un cuarto de hora para finalizar el choque, Unai Buján estuvo a punto de darle los tres puntos a los suyos, con un remate a bocajarro que sacó Nicholas entre palos. En el descuento, fue Naveira el que intentó ganar a la épica, pero su disparo lo sacó con gran habilidad Lavín.

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