El Amorebieta vuelve a caer derrotado en Urritxe

La historia se volvió a repetir en Urritxe. Dos jornadas ha disputado el Amorebieta en su feudo y en ambas ha caído derrotado en los instantes finales. Esta vez, con un penalti transformado por Joan Oriol ya en el tiempo de descuento que privó al equipo de Julen Guerrero de haber sumado al menos un punto más que merecido. Pero el cruel fútbol no va de merecimientos sino de acierto, y eso es lo que le faltó de nuevo al cuadro zornotzarra, que volvió a generar muchas y buenas ocasiones, pero al que le faltó claridad, una vez más, en los metros finales.

Como dejó entrever Guerrero en la previa, el técnico portugalujo metió varias novedades en el once inicial, destacando el relevo en la portería, defendida en las dos jornadas anteriores por Unai Marino y ante el Nástic por Gaizka Campos. Una simple cuestión de rotación para ver a ambos en acción, como explicó después en sala de prensa.

Los azules volvieron a mostrar muy buenas sensaciones, dominando con autoridad en partido gracias a un centro del campo ocupado por Nakai, encargado de distribuir el juego desde atrás, con Ben Hamed y Coulibay por delante para ofrecerle salidas. Fueron varias las buenas llegadas que protagonizaron los de Urritxe, pero la falta de puntería les privó de un mejor resultado en los primeros cuarenta y cinco minutos.

Ben Hamed y Amelibia rozaron el gol en torno al cuarto de hora de partido en sendos rechaces en el interior del área, pero sus remates forzados no cogieron portería. En el veinte, Hervías puso un gran centro al primer palo que Marín estuvo a punto de remachar, pero el defensa peinó lo justo para quitarle el balón de la cabeza. El Nástic, al que le costó tener el balón ante el empuje y velocidad de los zornotzaras, apenas inquietó con un par de disparos lejanos. Ni Oriol ni Pablo Fernández inquietaron a Campos.

Fue a la media hora cuando el Amorebieta generó su mejor ocasión. Carbonell arrancó con potencia desde el lateral derecho para ir dejando atrás a varios rivales. Cedió a Hervías en tres cuartos y éste sacó un potente zurdazo desde la frontal que obligó a estirarse a Varo para desviar. Minutos después, fue Coulibaly el que cazó un buen balón en punto de penalti, pero su volea se le fue elevada por muy poco.

La dinámica del encuentro no cambió demasiado tras el paso por vestuarios. El Nástic metió un cambio para dotar de más mordiente a su ataque, pero el dominio siguió siendo de los de Julen Guerrero. El Amorebieta tocaba y tocaba y llegaba con cierta facilidad a las inmediaciones del área. No obstante, en esos metros finales siguió faltando claridad y acierto. Carbonell lo intentó con un centro chut que se perdió cerca de la escuadra, y fueron varios los balones aéreos que se pusieron a la olla, pero sin remate.

Guerrero buscó soluciones refrescando todo su frente de ataque mediado el segundo periodo. Dio entrada de golpe a Julen Jon, Muñoz y al canterano Reka. No le funcionó del todo porque el partido entró en una fase en la que el ritmo bajó de forma notable y el dominio vizcaíno ya no estuvo tan claro. Solo los pequeños detalles parecían poder decantar el partido hacia uno u otro lado.

Julen Jon Guerrero estuvo a punto de hacerlo en un lanzamiento de falta directa por encima de la barrera que Varo desvió junto a la escuadra. También lo tuvo muy cerca el japonés Nakai en una acción individual en la que acabó pisando área para terminar disparando demasiado cruzado. También tuvo la suya en Nástic en una falta muy escorada que Jardi puso con mucha intención buscando la escuadra del segundo palo.

Los compases finales del encuentro fueron un toma y daca en el que el Nástic encontró un premio excesivo. Joan Oriol, ya en el añadido del añadido, transformó una pena máxima realizada por Carbonell, que vio la roja directa por esa acción.

• Temas
• Fútbol
• SD Amorebieta
• Amorebieta-Etxano
• Julen Guerrero
• Segunda División B