De niño de la calle a estrella del Calcio

«Mientras que otros niños disfrutaban de su niñez, yo estaba luchando por la vida, tenía que ganar algo para que pudiéramos sobrevivir mi familia y yo. Fue duro cuando era niño. No hay nada de lo que disfrutara cuando estaba creciendo. Todo era luchar y luchar. Eso me ha ayudado a convertirme en lo que soy ahora», contaba hace unos meses al poco de firmar con el Nápoles, que pagó 70 millones de euros al Lille francés por su traspaso.

Osimhen se ha convertido en foco de atención en Italia no por el gol que le metió el pasado domingo a la Sampdoria, su quinto de la temporada, sino porque publicó en las redes sociales la foto de una chica africana con una pierna amputada vendiendo por las calles botellines de agua que transportaba en un barreño colocado sobre la cabeza. La joven llevaba una camiseta blanca donde puede leerse 'No pain, no gain', un lema habitual entre los deportistas que recuerda que llegar a la gloria no resulta indoloro. Bien lo sabe el propio delantero del Nápoles, al que le cambió la vida cuando se encontró abandonadas en un vertedero unas viejas botas de fútbol que una de sus hermanas reparó para que él pudiera jugar a fútbol.

Tras reconocerse a sí mismo en esa imagen, que circulaba por las redes sociales, Osimhen animó a sus seguidores a echarle una mano para localizar a la chica, a la que puso como ejemplo de superación. El pasado martes la localizó y pudo charlar con ella por videollamada. «Estoy muy feliz de haberla encontrado. He hablado con ella y estoy contento de ayudarle. Sé lo que significa romperse la espalda por las calles de Lagos. Yo también he vivido esa fase de la vida y sé cómo se siente uno», contó el futbolista en el 'Corriere della Sera'.

La joven, que se llama Mary Daniel, reaccionó agradecida cuando supo que una estrella del Calcio la buscaba para hablar con ella. «Sé que no es fácil. Yo también estuve en la calle, pero ahora me va mejor y estoy aquí para ayudarte», le aseguró, prometiéndole que quedará con ella cuando vuelva a Nigeria de vacaciones una vez terminada la presente temporada.

Con este gesto Osimhen ha conseguido volver a meterse en el bolsillo a los tifosi del Nápoles, a los que hizo enfadar el pasado mes de enero, cuando al regresar de Nigeria, donde pasó la Navidad, dio positivo por Covid-19. Las imágenes de su fiesta de cumpleaños el 22 de diciembre le mostraban bailando rodeado de gente y repartiendo billetes por los aires, sin que nadie llevara la mascarilla puesta.

Criado futbolísticamente en la escuela de fútbol Synergy Ultimate Straikers de Lagos, su participación en el Mundial sub'17 de Chile de 2015 con la selección nigeriana, con la que marcó diez goles, le abrió las puertas de Europa. Nigeria quedó campeona y Osimhen fue elegido segundo mejor jugador del torneo.

Las cualidades del joven delantero llamaron la atención. Tras su éxito en Chile, primero jugó en el Wolfsburg alemán, luego en el Charleroi belga y más tarde en el Lille francés, del que en verano pasó al club más importante del sur de Italia. Pese a las lesiones y al coronavirus, que le han obligado a perderse parte de la temporada, Osimhen ha levantado una gran expectación en el Nápoles, que espera ahora que sus goles le sirvan para obtener una plaza para jugar la Champions League.