Javier Landeta | Presidente de la Federación Vasca de Fútbol

«Algo se nos escapa porque estamos en una dinámica de violencia preocupante»

– ¿Cómo está la Federación Vasca tras los incidentes del sábado en Sansomendi?

– Preocupados. Porque desgraciadamente son muchos los fines de semana que se vienen sucediendo episodios de violencia, de mayor o menor grado, y esa es la gran preocupación. Éste ha sido el último y ha sido grave, pero estamos entrando en una dinámica preocupante.

– ¿Cambia el foco el hecho de que los incidentes salgan de gente externa al fútbol?

– Es que casi siempre es gente de fuera del campo, no son los jugadores ni tienen que ver con los clubes, pero tampoco es un consuelo. Tampoco quiero llamarles aficionados porque no lo son, son personas que pasan por allí y solo buscan problemas. Pero la problemática está ahí y nos genera mucha preocupación. Me cansa un poco lo de condenar estos incidentes. Que los condeno, evidentemente, pero hay que actuar claramente, tenemos que buscar soluciones todos juntos. Es que condenar... Se muere un pariente, le das el pésame y ya está. Pero el problema sigue ahí.

– ¿Y qué se puede hacer?

– Tenemos que actuar todos. Instituciones, federaciones, clubes... Que los clubes hacen una labor impresionante, pero son modestos. Bastante hacen. Ayuntamientos, diputaciones, Gobierno vasco... Debemos alinearnos todos juntos para buscar elementos que permitan canalizar todos estos incidentes y buscarles una solución. Todos estamos haciendo cosas al respecto, pero la problemática sigue ahí y tenemos que trabajar juntos. La condena por sí sola es poco.

– ¿Y qué pueden hacer los clubes?

– La reacción de los dos clubes ha sido buena y rápida, pero, insisto, el problema sigue ahí. Los clubes son asociaciones muy modestas y tenemos que ayudarles entre todos. Para encontrar una figura responsable, por ejemplo, ya no digo de seguridad, porque no se pueden permitir tener seguridad privada ni son dueños de sus campos. Alguna figura que, de alguna manera, pueda tener opciones cuando pasen cosas de éstas. Algo se nos escapa y hay que encontrar soluciones.

– ¿Se nos ha ido ya de la manos la violencia en el fútbol?

– Normalmente hay buenas intenciones por parte de todos, una masa social sana, pero unos pocos desestabilizadores te lo revientan todo. Gente que, según parece, funciona ya en grupos organizados. Cuando lees que salen al campo unos encapuchados se te viene a la cabeza Marsella, el fútbol francés, que está hecho polvo. Grupos que ven en el fútbol un entorno en el que ejercer la violencia. Es gente externa, pero el problema lo tenemos todos, porque te montan el altercado y a partir de ahí nadie sabe qué puede pasar. En este caso al portero le agreden porque está lejos de sus compañeros y después se monta el tumulto con gente que sale a separar, a defender. Que es grave y hay que denunciarlo, eso está claro.

– ¿Qué pensó cuando leyó el acta del partido?

– Es tremendo. Normalmente hay alguna cosa puntual, pero actas tan desagradables y repletas de violencia como ésta, que el árbitro tiene que aplicar el protocolo de seguridad... Y las actas son el documento fedatario de lo que ocurrió en el partido. El acta tiene que conllevar una sanción. Eso también es importante, porque si no pasa como en la carretera, que hasta que nos multan vamos todos por encima del límite de velocidad. Los procesos sancionadores son necesarios, pero también los preventivos. Y ahí somos necesarios juntos todos los agentes que intervenimos. También Ertzaintza y Policía Local, en asesoramiento, protocolos... Trabajar en la concienciación, formación, educación. Tenemos que encontrar soluciones porque no podemos permitir que esta sociedad se acostumbre a la violencia.

– ¿Es el fútbol reflejo de la sociedad actual?

– Somos el deporte más mediático, con más competiciones y más practicantes, donde más caldo de cultivo puede haber para ser el reflejo de ciertos problemas de convivencia social. Es fácil perderte entre la muchedumbre para cometer actos no lógicos de violencia y cobardía, porque estos actos tienen mucho de eso, de cobardía. El deporte es otra cosa, tiene valores y principios que pueden ayudarnos como personas y para eso es lo que debemos trabajar. Yo me formado en el deporte y en mi cabeza no entra agredir a nadie en ningún ámbito. Ni insultar a los árbitros, gente que joven que está en formación y en muchos casos son voluntarios y se encuentran con situaciones no deseadas que deben gestionar con el corazón a doscientas pulsaciones. Es un colectivo que tenemos que cuidar.