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De salida, había ilusión de que alguno de los tres alaveses pudiera brillar en la etapa que transcurre prácticamente íntegra por Álava. A punto ha estado de llegar un triunfo. A falta de 10 kilómetros, las posibilidades eran muy reales. Oier Lazkano formaba parte de ... la escapada del día que se ha jugado la victoria. «Lo difícil es entrar pero hay que rematar», apuntaba Lazkano en meta. Eran 42 ciclistas en fuga, sin amenazas para la general. Luego solo han quedado 12: Kruijswijk, Soler, Vacek, Vlasov, Kung, Schmid, Poole, Ion Izaguirre, Urko Berrade, Pau Miquel y Pablo Castrillo.
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Llegaron unidos al último repecho, el que Lazkano ya indicó que sería clave. «Estaba en casa. Conocía a todo perfecto». Ya era cuestión de pegada. Pero fue Berrade el que pegó más fuerte. Siguió el ataque de Kruijswijk y contratacó, mientras el vitoriano trataba de darle alcance con diez ciclistas a su rueda. «Me he puesto muy nervioso al principio del repecho. Debería haber actuado con más sangre fría. Tenía que haber andado más atrás con la escopeta en vez de dar tanto la cara. Pensar a 180 pulsaciones es difícil. No queda más que felicitar Urko y al Kern Pharma», concluyó Lazkano, autocrítico y frustrado. «Da rabia». Acabó sexto, quinto con la descalificación de Pau Miquel por sprint irregular.
El Kern Pharma contaba con tres corredores, entre ellos Pablo Castrillo, revelación de La Vuelta con dos victorias de etapa ya en el zurrón. Y eso ha jugado a su favor para que Berrade diera el último arreón a pocos kilómetros para la meta. Suficiente para lograr su primera victoria como profesional. No ha podido acompañarle Ibon Ruiz, pese a sus ganas de salida por intentarlo con todas sus fuerzas.
También se han desatado las hostilidades en la subida a Herrera. La Vuelta ha rescatado la mítica ascensión alavesa 46 años después y en ella ha tenido mucha batalla. Los aficionados llevaban apostados en las cunetas desde primera hora de la mañana a la espera del paso de los ciclistas por un puerto fetiche del cicloturismo vasco. El Euskaltel ha repartido allí camisetas naranjas para su afición. El conjunto vasco no ha podido filtrar a ninguno de sus corredores en la escapada, pero ha intentado, sin éxito, darles alcance.
Marc Soler ha sido el primero en coronar el Puerto de Rivas de Tereso, pero el suizo Stefan Kung ha intentado seleccionar la fuga en la bajada. Al rodador del Groupama, que está haciendo un carrerón, le han acompañado Mauro Schmid (Jayco-AlUla) y Mathias Vacek (Lidl-Trek). Una vez ya en la Rioja Alavesa el pelotón se ha relajado y la ventaja de los escapados ha llegado a ser de 10 minutos a pie de puerto de Herrera, donde se han fusionado de nuevo todos los corredores adelantados.
Landa ha entrado en crisis en Herrera y el Soudal se ha desintegrado por completo. El esperpento ha terminado dilapidando todas sus opciones de podio y también de etapa, al parar a Cattaneo cuando era de los más fuertes de la fuga.
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