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El Euskaltel-Euskadi correrá la Vuelta a España. Es la primera vez que la escuadra naranja disputará la tercera grande del ciclismo tras su vuelta al deporte. Hace unos días en la presentación del equipo para la temporada 2021 se contaba con que la organización dirigida por Javier Guillén invitase al Euskaltel a la carrera que se disputará el próximo mes de agosto.
«Este proyecto no es nada sin el corazón». Jesús Ezkurdia, vicepresidente de la Fundación Euskadi, se emocionó al presentar la plantilla 2021 del equipo Euskaltel-Euskadi hace unos días. En uno de los salones de la sede central en Zamudio de la empresa de telefonía, desfilaron los veinte ciclistas. La mayoría ya estaban la pasada campaña y se les unen un veterano, Luis Ángel Maté, y una promesa, Xabier Mikel Azparren. «Es un orgullo formar parte de esta historia », dijo Maté. «Tenemos que honrar este maillot; el sello combativo. Este equipo es único. Nadie -comparó- tiene esa marea naranja». Su corazón.
Pese a que no remite la tormenta del coronavirus, el parte meteorológico del Euskaltel anuncia para 2021 tiempo de pleamar. Marea alta naranja. En la segunda temporada tras su regreso a la élite, el equipo vasco regresa a una grande. Eso será en agosto, cuando, ojalá, las vacunas hayan desbrozado el futuro. Y antes, en abril, el Euskaltel-Euskadi regresará también a casa, a la Vuelta al País Vasco, donde estuvo desde 1994 hasta 2013. Suena el eco.
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El Euskaltel-Euskadi es un sentimiento. Y también, una historia. Peio Goikoetxea, uno de los capitanes de la actual plantilla, nació en 1992. Durante aquel verano, el diputado general de Bizkaia, José Alberto Pradera, y su amigo Miguel Madariaga soñaron en voz alta con un equipo vasco mientras asistían en Lourdes al paso de la segunda edición del Tour que ganó Miguel Induráin. Obraron el milagro en 1994, cuando nació el primer Euskadi y Agustín Sagasti puso su nombre a la victoria inicial, firmada en la última etapa de la Itzulia. Ese año vino al mundo el murciano Antonio Jesús Soto, otro de los ciclistas que hoy han cogido el testigo.
Sus compañeros Unai Cuadrado y Jokin Aranburu nacieron en 1997, en plena crisis de este proyecto ciclista. La firma Euskaltel, que se convirtió aquel verano en nuevo patrocinador, evitó la bancarrota y la marea comenzó a subir. Txomin Juaristi, uno de los corredores más prometedores del equipo, jugueteaba por Markina con cuatro años mientras Roberto Laiseka lograba en Abantos el primer triunfo en la Vuelta. Y cinco años habían cumplido Gotzon Martín, Ibai Azurmendi y Mikel Alonso cuando de nuevo Laiseka inauguró el palmarés en el Tour con su emocionante triunfo en Luz Ardiden (2001).
La tracción en el ciclismo se basa en una cadena. A través de ella corre esta biografía naranja. Los ciclistas de hoy han crecido viendo a Iban Mayo en Alpe d'Huez en 2003, a Samuel Sánchez vestido de oro en los Juegos de Pekín'08 y a Igor Antón en el Zoncolán durante el Giro 2011 y levantando esa misma campaña los brazos en la Gran Vía de Bilbao. El escalador de Galdakao convirtió en una fiesta naranja la edición de la Vuelta que regresó a Euskadi tras más de tres décadas de ausencia.
Euskaltel-Euskadi. Antonio Angulo, Antonio Soto, Dzmitry Zhyhumou, Gari Bravo, Gotzon Martín, Ibai Azurmendi, Iker Ballarín, Joan Bou, Jokin Aranburu, Juanjo Lobato, Julen Irizar, Luis Ángel Maté, Mikel Alonso, Mikel Aristi, Mikel Bizkarra, Peio Goikoetxea, Mikel Iturria, Txomin Juaristi, Unai Cuadrado y Xabier Mikel Azparren.
Laboral Kutxa femenino. Ainhize Barrainkua, Elena Cuenca, Eukene Larrarte, Garazi Estebez, Idoia Eraso, Irantzu Beloki, Nekane Gómez, Paula Suárez, Usoa Ostolaza, Uxue Albizua, Tania Calvo y Xubane Garai.
Laboral Kutxa sub'23. Formado por diecisiete corredores de la cantera.
Luego, al final de 2013, vino el cierre del equipo. Mikel Bizkarra, otro de los valores de la actual plantilla, se había formado en la cantera de la Fundación Euskadi. Pasó por el Naturgás y el Orbea, pero el puente hacia la élite se vino abajo de repente. Su generación ha tenido que salir a flote en el ciclismo de segundo nivel. Muchos no han llegado a la orilla. ¿Cuánto talento se ha perdido? No se sabrá nunca. Bizkarra, que ya es veterano, ha resistido para asistir ahora al reinicio de una vieja historia. Tras años de bajamar, esta temporada toca marea alta. Y en la Euskadi ciclista la pleamar es de color naranja.
«La afición necesitaba un equipo», destacó en el acto de presentación Xabier Iturbe. El presidente de Euskaltel recordó el compromiso de su empresa con este proyecto y agradeció a firmas como Orbea, Etxeondo, Laboral Kutxa y DBA el sostén que aportan en este viaje que retoma el camino iniciado en 1994. Jorge Azanza fue ciclista del Euskaltel-Euskadi y ahora es el director. «Tuve la suerte de vivir aquella época», apunta. Y aspira a que la plantilla que dirige escriba nuevos capítulos. El domingo les espera la Clásica de Almería. «Este año tenemos la oportunidad de demostrar que somos un gran bloque. Solo pedimos carreras y salud», repetía. Ya rueda hacia la Vuelta el Euskaltel-Euskadi, «más que un equipo». Es su lema. Late. Corazón naranja.
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