A Mikel Bizkarra (Mañaria, 31 años) la desaparición del Euskaltel en 2013 le complicó el salto al pelotón profesional. Supo buscarse la vida. Este año, si el virus da una tregua, será al fin lo que siempre soñó ser: un ciclista vestido de naranja ... animado por la afición en carreras como la Itzulia y la Vuelta a España.
- Creció en la cantera de la Fundación Euskadi. ¿Cómo vivió el cierre del Euskaltel al final de la campaña 2013?
- Fue un palo para todos los ciclistas jóvenes y para la afición. Vinieron años bastante duros.
- De repente, se apagó la luz y el ciclismo vasco se quedó sin su faro. Todo se complicó.
- Cuando entré en el equipo Naturgás (filial) en 2010, la cosa pintaba muy bien. Sabías que si lo hacías bien, podías tener la oportunidad de correr con los mejores del mundo. Era una motivación extra para los chavales. Nos acercaba a nuestro sueño.
- A partir de 2013 y sin el Euskaltel, hizo mucho frío.
- Claro. Gracias a Euskaltel y la Fundación Euskadi era más fácil ser profesional. Cuando cerró el equipo, todo se puso en contra.
- Incluso se vio envuelto en un conjunto profesional chileno que al final no llegó a estrenarse.
- Sí. Iba a compartir escuadra con dos corredores que venían del Euskaltel, Oroz y Urtasun. Eso me animó a meterme en aquella aventura en 2014, pero nos dejaron tirados. Y tuve que recalificarme como amateur. Recuerdo que en febrero estaba sin equipo tras haber hecho toda la pretemporada. Me tomé ese año como un tiempo para disfrutar de la bici y de las carreras. La verdad es que entonces no pensaba que en 2021 iba a estar aquí.
- Surgió el conjunto Murias y le dio la oportunidad de disputar la Vuelta a España. Pero también desapareció ese proyecto. Y el año pasado regresó Euskaltel como patrocinador junto a la Fundación Euskadi. ¿Cómo vivió ese reencuentro?
- Fue una noticia buenísima. Como volver a años atrás. Tengo la pena de que aún (por la pandemia) no hemos podido pasear este maillot naranja delante del público en la Itzulia. Pasar por ese pasillo naranja en Arrate tiene que ser espectacular. Ojalá podamos disfrutarlo pronto.
- ¿Iba como aficionado a animar al Euskaltel?
- Sí. Al Tourmalet, a Luz Ardiden, a ver la Itzulia. Me encantaba ir a la cuneta. Me gustaban mucho Laiseka y Mayo, que te hacían levantarte del asiento.
- El Euskaltel vuelve a la Itzulia y, seguro, a la Vuelta. Las dos grandes metas de la temporada.
- La Itzulia es la carrera de casa. Los rivales vuelan. Aunque llegues a tope, te toca sufrir muchísimo, pero nos dejaremos la piel en la carretera. Y luego, ojalá estemos en la Vuelta. La he corrido dos veces y me ha encantado.
- ¿Qué sintió el día que le dieron este maillot naranja?
- Me emocioné. Es el maillot que quería llevar de crío. Soñaba con subir así vestido el Tourmalet en medio de la marea naranja. Cuando me lo puse sentí que estaba cumpliendo mi sueño.
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