Lazkano, primero por la derecha, en el podium de la Kuurne-Bruselas-Kuurne.

Ciclismo

Oier Lazkano se consagra en tierra de clasicómanos

El ciclista vitoriano logra un gran tercer puesto en la Kurne-Bruselas-Kurne tras codearse durante más de 60 kilómetros con especialistas rodadores de la talla de Van Aert y Wellens

Domingo, 25 de febrero 2024, 16:45

Cuando a Wout Van Aert le preguntaron la semana pasada en un medio belga que con qué rival le gustaría formar parte de una escapada dijo: «Uno quiere compañeros de fuga que tiren sin pensarlo demasiado y Lazkano es un ejemplo de esto». 72 horas ... después de su confesión, el belga tenía a su lado al joven vitoriano. Tanto le asombró su exhibición de hace unos días en Jaén como los últimos 69 kilómetros que este domingo compartieron junto a Tim Wellens en la Kurne-Bruselas-Kurne. Un imberbe de 24 años junto a dos consagrados ciclistas con sendas trayectorias para enmarcar.

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Así que no fue de extrañar que el único de los tres que se bebió la cerveza Kwaremout fuera el actual campeón de España, para agradable sorpresa de Van Aert. Lazkano se había quedado sin aire en la recta de meta, lo que le impidió pelear en los metros finales por el triunfo. No tuvo mejor ocurrencia que saciar su sed de un trago desde el tercer cajón del podio. Así es el alavés, espontáneo y sencillo a la vez. Con su tercer puesto de se convierte en el primer corredor español en pisar el podio de la clásica belga, que se disputa desde 1945.

Lazkano es un pura sangre, un salvaje que da pedaladas sin consuelo, que a cada metro que recorre progresa de manera admirable. Lo que mostró con Van Aert y Wellens le confirma como un fenómeno creciente en tierra de clasicómanos. Ya fue segundo el pasado año en A Través de Flandes. Con toda una carrera por delante y tal y como está trabajando diferentes aspectos de su preparación, lo mejor está todavía por llegar. Las modificaciones en el patrón de entrenamientos, pero también en la alimentación y el aspecto psicológico han sido claves para que su evolución haya sido un hecho en estos dos últimos cursos. Reforzar sus virtudes y minimizar sus defectos para motivarse aún más.

París-Niza y de nuevo Bélgica

Cuando Van Aert arrancó este domingo a falta de 69 kilómetros para la meta, Lazkano no tuvo dudas. Sabía que allí debía estar. Salir a rueda del ciclista del Visma le otorgaba grandes opciones de éxito. Quedaba algún tramo de pavé y una cota de montaña por superar, pero debía cerrar el hueco que estaba originando el belga con su latigazo. Se pegó a la rueda de Wellens y se exprimió hasta coronar la cima del repecho que estaban afrontando.

Cuando poco después empezó el tramo de llano ya no hubo manera de que por detrás algún otro contrincante llegara hasta ellos. Adquirieron más de tres minutos de diferencia con ciclistas como Mohoric o Jorgenson y las plazas del podio quedaron claras. Lazkano no escatimaba relevo alguno. Al contrario. Se sentía partícipe del momento que estaba viviendo y por el que peleaba, aunque en su fuero interno supiera que al sprint tenía menos opciones ante los dos compañeros de aventura.

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Tampoco Wellens se vio capaz de superar a Van Aert en un mano a mano y por eso atacó a cuatro kilómetros de meta. Pero su compatriota lo ató en corto en poco más de cinco pedaladas. Hasta que a menos de mil metros para la meta, Lazkano jugó su última baza. El gramo final de fuerza que le restaba quiso dejarlo con un demarraje junto a la vallas, pero pronto se vio que el depósito no daba para más. Van Aert pudo con su paisano en los metros finales mientras Lazkano volvía a escribir otra página en su palmarés.

Un joven gigante contra dos clasicómanos en su territorio. Aviso de lo que está por venir para el corredor vitoriano, quien desde el domingo que viene participará en la París-Niza antes de regresar a Bélgica para disputar las clásicas de marzo, su gran objetivo.

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