Lourdes Oyarbide | Exciclista campeona de España
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Lourdes Oyarbide | Exciclista campeona de España
«La gente parece que me da el pésame, pero ha sido un final guay, el que yo quería»Lourdes Oyarbide (Eguino, 1994) no tiene una razón concreta para retirarse del ciclismo a los 30 años, pero comienza a enumerar y le sobran los motivos. La falta de planificación de los últimos años, la motivación para hacer «ciertas locuras», una mayor conciencia del riesgo ... al no estar al 100% enchufada… «Desde el año pasado empecé a plantearme si me compensaba», reconoce la que fuera doble campeona de España y licenciada en Ingeniería de Diseño Industrial. «Agradezco todos los detalles que está teniendo la gente, pero tengo la percepción de que creen que es una decisión negativa. Casi como que me dan el pésame».
– Será que le ven joven.
– Sí, pero no va con la edad. Tenemos el concepto de tener que estirar la vida profesional hasta el último minuto. Yo estoy contenta de que mis años han sido de calidad. No quería alargarlo sin sentido como hacen muchos.
– ¿Es más del final de Contador que del de Froome?
– Sí, pero ahí ya estamos entrando en ciclismo masculino, que a ellos económicamente les compensa. O sea, para ellos alargarlo lo máximo posible es asegurarse el resto de la vida. En mi caso, el ciclismo femenino es pan para hoy y hambre para mañana. Con 30 años, que siga siendo así… son situaciones muy diferentes.
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– Pero en el femenino también hay casos de longevidad.
– Sí, a las que les compensa realmente. Al resto no. Ahora se dice mucho que se han mejorado las condiciones para las que quieren ser madres. Te fijas y las únicas que son madres y vuelven son corredoras que están muy ancladas y con unos roles muy concretos en equipos que tienen mucho interés en esas corredoras y les facilitan las cosas. Pero alguien que igual no tiene tan claro su puesto, ni se lo plantea. Pero yo no me he retirado para ser madre (risas).
– ¿Cuánto cobra una ciclista con rol de gregario en el World Tour?
– El mínimo, que cada año va subiendo un poco o poco más. Ahora creo que está en 35.000 euros. Son cifras muy diferentes a los chicos. No tiene sentido comparar y es mejor no mirarlo.
– ¿Por qué se retira?
– Tengo ganas de hacer muchas cosas en la vida, muchas. Soy una persona que las cosas o las hace bien o no las hace. Me comprometo mucho. Hasta ahora he tenido un compromiso del 100% con el ciclismo y ahora la balanza se me ha inclinado menos hacia la bici. Entonces he dicho: tengo una edad muy buena, salud, un estado de forma muy bueno para hacer ciertas locuras que me apetecería, tengo algo de ahorros y no tengo ataduras. Es el momento perfecto para hacer ciertas cosas que una persona con un ritmo de vida normal tampoco podría.
– ¿Cuáles?
– A corto plazo alejarme un poco del deporte. Estoy haciendo un máster, así que terminar de estudiar, viajar sin el runrún de entrenar, descansar; comer bien y disfrutar un poco de la vida sin compromisos. Quiero un choque cultural. Probar cosas que realmente no he podido hacer hasta ahora. Tengo ideas pero no planes.
– En el vídeo de su retirada deja unas zapatillas de correr.
– Aaaaah… (risas). Algún reto deportivo también hay.
– ¿Duatlón o triatlón?
– No, trail. Y ya no me mojo diciendo nada más. Sin agobios.
– ¿Le vienen ahora a la mente muchos recuerdos de su trayectoria?
– No, estos días no. Es el proceso de todo el año. En mayo te diría que lo tenía un 80% claro. Y poco a poco, pues 85, 90, 95, 100%. Entonces me he ido despidiendo de cada competición y era consciente de que eran las últimas veces. Ha sido un final guay. He tenido la suerte de saber que era la última Vuelta, la última Strade… estoy contenta.
– La gente comprometida suele ser exigente consigo misma. ¿Se ha presionado por los resultados?
– No, porque soy exigente con el proceso. Si la dinámica de trabajo es buena, los resultados deberían llegar antes o después. Si no, muy difícil. Soy muy exigente con que las cosas se hagan bien. Y eso cualquier compañera, cualquier persona del equipo, lo pueden decir, que me han sufrido (risas). Pero así lo entiendo como un equipo. Pero si las cosas se hacen bien, aunque no haya resultados, nada que reprochar.
– ¿Con qué momento se queda?
– Mi primera experiencia internacional, un Ronde van Drenthe (Países Bajos) en 2013. También mi primera carrera con Movistar fue guapa. Una Strade apocalíptica. Medio nevando, lloviendo. Había mucho barro. Llegamos todos con medio hipotermia. Los campeonatos de España… Momentos fuera de competición, viajes, concentraciones. He vivido una vida muy chula. Ahora me acuerdo de lo bonito pero he pringado… Quizás necesito ahora un periodo de desconexión. Lo que más me ha pesado los últimos años es la falta de planificación. A mí me encanta la dinámica del ciclismo profesional, sacrificarte, cuidarte, tener que hacer los viajes ya sea para entrenar o para competir… Pero en los últimos años mi sensación ha sido de caos, de que no he llegado mentalmente preparada como a mí me habría gustado.
– ¿No tenía un calendario preestablecido?
– No. O estaba preparando ciertas competiciones y en el último momento me quedaba fuera sin ninguna explicación. Todas esas cosas me han pesado bastante. Estos han sido los peores momentos. Así no me veo capaz de hacerlo bien al 100% y me llevaba un esfuerzo mental al que no estoy dispuesta. Es un deporte súper duro y sacrificado y para mí mentalmente es súper importante estar enchufada. Hay un mogollón de riesgo. Tú en carrera no te puedes permitir distraerte o no salir al máximo. Por lo menos mentalmente, porque ahí es donde vienen luego las caídas, accidentes. Cuando estás enchufada no somos conscientes pero cuando tienes dudas… Este año ha habido situaciones trágicas en carrera. La pobre júnior que murió en el Mundial (Muriel Furrer, de 18 años). Llevándolo un poco al extremo, con el runrún que tengo en la cabeza, creo que había más que perder que de ganar.
– Era la única alavesa entre profesionales, pero los chicos son once. ¿Confía en que poco a poco se vaya equilibrando?
– Ojalá, pero mi sensación es que no hay demasiadas oportunidades. Yo cuando empecé tenía más días de competición amateur, que es la que te hace crecer. Si faltaban chicas iba a competir con chicos. Y ahora hay más equipos pero menos pruebas. Y los equipos fichan en el extranjero. Como que realmente no cuidan la base o no hay paciencia. No se molestan en adaptarse al ritmo de progresión de cada una. Me da un poco de pena. No puedes estar vendiendo que quieres tener un equipo de casa, acordado con los patrocinadores, pero luego a la hora de la verdad no ser así.
– ¿Lo dice por el Laboral Kutxa y la Fundación Euskadi?
– En general. En España en los últimos años se han creado muchos equipos y luego miras y corredoras nacionales hay pocas, y las que hay están como de relleno. Miras los días de competición de unos y otros y hay una diferencia abismal. Mavi García y Ane Santesteban salieron al extranjero y mi sensación es que fuera te valoran más que en casa. Estoy siendo muy crítica pero es lo que he visto. Las nacionales están más contentas en equipos extranjeros.
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