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La Itzulia 2025 ya tiene recorrido (27 puertos), cartel de presentación, canción oficial ('DAP DAP', del artista Janus Lester) y lista de participantes oficiosa. YEl ... 12 de abril saldrá el ganador (arranca el día 7) que suceda en el palmarés a Juan Ayuso, Jonas Vingeggard y Primoz Roglic. Ninguno de ellos, a priori, tomará la salida desde el Buesa Arena dentro de doce días. Tampoco estarán Tadej Pogacar, Van der Poel, Van Aert, Mikel Landa, Pedersen o Ganna. «No hay gallos, pero será una carrera muy bonita, y divertida. Nos lo vamos a pasar bien», garantiza Javier Riaño, el presidente de la empresa organizadora OCETA, durante la presentación oficial realizada este miércoles desde el edificio Ondare.
La participación no será de nivel Tour deFrancia como acostumbraba en el último lustro. Aunque no faltarán clásicos como Ion Izaguirre (seis veces en el podio), Pello Bilbao (con la etapa de Gernika entre ceja y ceja), Enric Mas o Carlos Rodríguez, la prueba dará pie a nuevas historias. Como la de Thibau Nys (Lidl-Trek), hijo del máximo dominador de la historia del ciclocross, que al principio idolatraba a Rafa Nadal, jugaba al tenis, y ya ha dejado su sello en Romandía, Suiza y Polonia sin dedicarse aún en serio lo del ciclismo en carretera. La de Florian Lipowitz (RedBull-Bora), campeón alemán de biatlón en cadetes y del que dicen que agradece hasta el saludo. O la del primer ciclista profesional de Mongolia, Jambaljamts Sainbayar (Burgos Burpellet), que se ponía dos pantalones para entrenar en la capital más fría del mundo, Ulan Bator.
El nuevo ciclismo globalizado, pero con la misma capacidad para reunir mitos y leyendas mientras busca nuevos valores. Será una Itzulia a la vieja usanza, con sube y baja, muros, carreteras estrechas, muchos puertos (más que en las últimas 9 ediciones) y con la parte novedosa del Buesa Arena. «La imagen de la salida desde el interior va a recorrer todo el mundo», aseguraba Juan Mari Guajardo, la voz del ciclismo. El popular speaker trataba de quitarle hierro a la ausencia de grandes figuras, un hecho que la organización se toma desde el lado bueno. Sin un favorito claro, la carrera no sufrirá ningún bloqueo. Se prevé una edición al ataque. Sin favoritos claros, pero con dos bloques, el del UAE y el del Redbull-Bora, llamados a controlar la carrera y repletos de ciclistas capaces de brilla. Joao Almeida, Mcnulty, Soler, Del Toro, Christen, Valsov, Daniel Felipe Martínez, Van Gils...
Por contra, también habrá bloques por debajo de lo esperado. En los tiempos que corren, las fechas también condenan la participación de grandes figuras. Los vueltómanos de ahora también quieren ser clasicómanos y los 'flandrien' se defiende cuesta arriba, con lo que muchos se dan cita en el Tour de Flandes y calientan para Roubaix. A otros, como a Landa y Ayuso, se les solapa con la minuciosa preparación del Giro de Italia, que arranca cuatro semanas más tarde. La grave caída del año pasado en el descenso de Olaeta sigue muy presente en todos los estamentos. «Esperamos que no haya que utilizar los servicios vascos de salud», bromeaba el director de Actividad Física y Deporte del Gobierno vasco, Gorka Iturriaga.
Llegados a este punto, a la carrera se le ha aparecido una oportunidad insospechada. El abandono de Jonas Vingegaard en la Paris-Niza y su ausencia en la Volta Catalunya abre la posibilidad a que el danés busque un aliciente antes de concentrarse para el Dauphiné y el asalto del Tour de Francia. Desde la organización se le tiende la mano y se abre a la «sorpresa». «Esperanza siempre tienes», expresa Riaño, consciente de que el retorno del vencedor del año 2023, caído el año pasado y hospitalizado 12 dias en el hospital de Txagorritxu, parece lejano. En cuanto a las críticas por las causas del golpe del año pasado, la organización contará con nuevas medidas de seguridad.
La afición y la marea naranja sí estarán garantizadas. El Euskaltel anunciará su equipo el día 1 de abril, con Bizkarra y Aberasturi a la cabeza. Habrá al menos dos alaveses más, Markel Beloki (EF) y Julen Arriolabengoa (Caja Rural), con Omar Fraile, Jon Barrenetxea, Jonathan Lastra y Ander Okamika como otros representantes vizcaínos junto a Pello Bilbao. Acompañarán al guipuzcoano Alex Aranburu, al que se le presenta la oportunidad de estrenar su casillero de victorias con el maillot del Cofidis a la largo de las seis duras etapas.
Detrás del Anillo Verde que rodea Vitoria, en el Este de la ciudad, ya se percibe lo que les espera a los ciclistas el próximo siete de abril. El paisaje ofrece llanuras verdes, un suelo húmedo y un cielo cerrado. Será una contrarreloj llana, con posibilidad de viento cambiante que dejará al primer líder en una posición privilegiada. El aire también podría aparecer en la segunda etapa camino de Lodosa, única llegada prevista para un sprint masivo entre una participación en la que escasean los hombres rápidos. La mayoría esperarán su momento a partir de la tercera etapa, con final en Beasain después de siete puertos, especialmente reseñables las paredes de Gaitnza y Lazkaomendi. La general quedará marcada al día siguiente en Izua, por la vertiente más dura, antes de, como suele ser habitual, decidierse en Eibar, por tercer año seguido en la Plaza de Unzaga. Allí se busca coronar a un nuevo valor del ciclismo el 12 de abril, mientras que al día siguiente se volverá a celebrar la prueba cicloturista con idéntico recorrido al de la etapa final.
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