«Ha sido un curso complicado, con altos y bajos, con lesiones. Pero soy una Muguruza más calmada, menos quejica». Las palabras de la 'maestra del tenis', como ella explicó tras ganar el título de Guadalajara, encierran una de las claves del 'regreso' de la ... tenista hispano-venezolana. En su regreso al primer plano en las dos últimas temporadas hasta ganar el torneo de maestras tiene mucho que ver su grupo de trabajo, capitaneado por Conchita Martínez y donde se han unido elementos fundamentales para aportar a Muguruza las armas necesarias para recuperar su mejor versión. Por eso, emocionada sobre la cancha, la tenista de origen vasco tuvo palabras de agradecimiento para ellos: «Lo han pasado muy mal. Es una evolución como equipo también. Una Garbiñe más compuesta, con experiencia y perspectiva para llevar los buenos y los malos momentos. Este ha sido un ejemplo, antes no creo que lo hubiera hecho antes», declaró.
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Tras su gran irrupción en el tenis profesional, con su final en 2015 en Wimbledon ante Serena Williams con tan solo 21 años, Muguruza ganó Roland Garros en 2016 y Wimbledon en 2017. Y cuando estaba en lo más alto, llegó la caída. Dos años para olvidar hasta que en 2020 la tenista se puso en manos de Conchita Martínez. La de Monzón ha sido pieza clave en su resurrección al montar alrededor de ella el grupo de trabajo al que se refería en sus agradecimientos de Guadalajara.
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Adriana Forti y Santiago de Martino son argentimos. Ella trabajó antes con Anabel Medina o Vivi Ruano como fisioterapeuta. Él, para el equipo de Copa Davis de Ecuador como preparador físico. «Ha aportado entrenamientos muy diferentes, con mucho dinamismo en pista y mejora en los movimientos laterales en una jugadora grande (1,82)». Al grupo se sumó un psicólogo hace año y medio para trabajar con una mente que necesitaba estabilidad y concentración y la nutricionista Gemma Bes. Ella ha conseguido que Muguruza cuide su alimentación durante la temporada, sin que se haya convertido en una obsesión. Este trabajo ha venido a complementar las grandes cualidades de una tenista de físico excepcional, que realizó una gran labor de formación entre 2015 y 2017 para fortalecer las piernas y ganar seguridad en sus apoyos, después de que sus tobillos en aquella época le dieran problemas que obligaron a una intervención quirúrgica y también superara a base de trabajo físico sus molestias en los aductores.
El resultado es una Garbiñe mucho más centrada, que ha aprendido a relativizar los resultados, a la que le afectan menos los malos momentos y que ha sabido tener paciencia para volver a completar el camino hacia la élite. «Para los de fuera es: Muguruza está jugando bien de nuevo. Pero en los últimos dos años no he estado jugando mal. Siempre he sentido que tenía el tenis. Siempre creía que podía volver a las grandes rondas. Solo tenía que demostrarlo. Esto prueba de que si he estado antes, puedes hacerlo otra vez», dijo tras su victoria.
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En octubre, en el evento Glamour Self-Care Sunday, la tenista ganadora del Masters dio claves sobre cómo ha evolucionado a nivel mental gracias al trabajo que ha realizado estos últimos años. «Suelo decir que he muerto tantas veces de la ansiedad y del estrés que ahora intento no tomármelo tan dramáticamente, he aprendido a suavizar esas sensaciones tan fuertes. La experiencia me ha dado perspectiva para saber qué vale la pena sufrir y qué no, qué es lo importante. No hay que tener miedo a sentir esa presión, pero sí que hay que aprender a manejarla de una manera que sume», explicó Muguruza, quien reflejó el cambio que ha experimentado en este sentido. «He tenido miedo a ganar, miedo a perder, miedo a jugar, a no jugar… Miedo a muchas cosas. El fracaso y el éxito son las dos cosas más difíciles de manejar. Ahora me sigo marcando objetivos muy grandes, pero de manera más eficiente, se trata de ir mejorando todo el tiempo; de cómo llegar de una manera más sana, más alegre y poco a poco vas alcanzando objetivos más pequeños. Se puede hacer lo mismo de mejor o peor rollo, hagámoslo de buen rollo».
Un factor fundamental que refrenda su entrenadora Conchita Martínez. «Hay muy buen rollo en el grupo. Vamos todos a una por su bien y para que salga a la pista libre de todo y demuestre lo que tiene. Nos ayudamos y esa buena energía la percibe la jugadora», que tras vencer en Guadalajara, agradeció a su equipo la aportación para ser 'maestra de maestras'.
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