Arrolladora

El nivel de su juego ha sido espectacular. No especuló y en todo momento fue a ganar los puntos sin esperar el fallo de sus contrarias. Arriesgó muchísimo pero aún así cometió muy pocos errores. Su derecha fue un martillo pilón, cada vez que la tocaba sus rivales temblaban. Y su revés también funcionó muy bien. Todo el torneo ha sido un permanente ataque y acoso a sus rivales. Además, cuando rivales como Badosa o Kontaveit atacaban, Garbiñe supo 'remar', defenderse y muchas veces contraatacar. Para ello hay que saber y hay que poder. Muguruza se movió especialmente bien en Guadalajara y recordemos que mide 1,83m.

Y desde esa altura la jugadora con orígenes en Azkoitia sacó de forma fantástica. Todo empieza con el saque y en el caso de Muguruza, más. Su seguridad (en la final no hizo ni una doble falta) y un gran número de puntos 'gratis' fueron también determinantes en su victoria. Y para que todo ese engranaje de técnica, táctica/estrategia y físico funcione es fundamental también que la cabeza esté bien equilibrada y lo coordine todo a la perfección. Garbiñe ha estado muy motivada desde que llegó a Guadalajara. Ha tenido además una química muy buena con el público mexicano.

No se ha descentrado y ha tenido claro en todo momento lo que tenía que hacer. Ha sabido tomar las decisiones convenientes en cada contexto. Era consciente de que estaba jugando muy bien pero eso a veces no es suficiente cuando te enfrentas a las mejores. En esta ocasión ha dado el 110%. En las situaciones delicadas (por ejemplo 5/4 abajo en el segundo con break en la final o en algún momento de la 'semi' en el que parecía que Badosa podía 'resucitar') no se achantó y supo resolverlas con maestría. Jugar bien los puntos importantes es una de las señas de identidad de las estrellas del deporte, y en México Garbiñe lo fue. Zorionak Garbiñe!