El día negro de Rubiales: besos, gestos obscenos en el palco y una petición de perdón obligada

Del discurso ofrecido por Rubiales se entiende que el máximo representante del fútbol nacional es consciente de que su gesto no fue el adecuado, pero no parece mostrar un arrepentimiento completo. «Fue con ninguna mala fe por ninguna de las dos partes -él y Hermoso, que se vio sorprendida cuando el de Las Palmas de Gran Canaria le agarró la cabeza con su mano-, pero fuera sí que parece que se ha formado revuelo y ha habido gente que se ha sentido dañada, tengo que disculparme, no queda otra, y aprender de esto porque el presidente de una institución tan importante como la federación en este tipo de ceremonias tiene que tener más cuidado», desliza en su controvertido mensaje.

El exfutbolista tilda lo sucedido de «un hecho que tengo que lamentar» entre lo ocurrido entre «una jugadora y yo, con una magnífica relación entre ambos, al igual que con otras». Los «seguramente», «no queda otra» o «más cuidado», además de hablar en plural y tercera persona, cargan de ambigüedad unas palabras en las que también se ha referido a los insultos proferidos anoche en 'El partidazo de Cope'. En una conversación con Juanma Castaño, Rubiales llamó «tontos del culo» a todos aquellos que comentaron el polémico beso. «No hagamos caso de los idiotas y de los estúpidos. Un pico de dos amigos celebrando algo... de verdad, no estamos para gilipolleces. Con todo lo que he pasado, no estamos para tontos del culo. Ha habido más besos, no míos, sino de otra gente». También usó el calificativo de «pringados que no saben ver lo positivo». «Estoy feliz de celebrarlo con una amiga dándole un pico y con otra un abrazo», resumió.

Pues bien, hoy el dirigente ha dicho que «aquí dentro nadie le ha dado la mínima importancia pero fuera sí». «Quiero disculparme porque entiendo que si desde fuera lo han visto de otra manera seguramente tendrán sus motivos». Rubiales se siente «apenado» de que este episodio haya eclipsado «el mayor éxito de nuestra historia en fútbol femenino y uno de los mayores en general». «Hay que darle mérito a estas mujeres y al equipo liderado por Jorge Vilda y esto se tiene que celebrar por todo lo alto», ha culminado.

La otra protagonista de la polémica se ha pronunciado hasta en dos ocasiones. En la primera, en plena celebración en el vestuario, Jenni Hermoso prefirió tomárselo con humor, aunque reconoció que fue inesperado y que no le gustó. «¿Pero qué hago yo? Mírame a mí, mírame», soltó en un directo desde su cuenta de Instagram. Horas después, y también en 'Cope', la jugadora madrileña echó un capote al presidente. «No hay nada, el beso queda en una anécdota. A día de hoy todo va a estar mal visto, si la gente le quiere dar bombo, que se lo dé. Fue un momento de fusión, no hay nada más allá», lanzó.

El polémico beso del presidente a la '10' de La Roja se viralizó rápido en redes antes de saltar a la escena política. Una cascada de representantes del Gobierno salieron en tromba a pedir la dimisión de Rubiales. El ministro de Cultura y Deporte, Miquel Iceta, consideró «inaceptable besar en los labios a una jugadora para felicitarla» en una entrevista en 'Rne'. La ministra de Igualdad, Irene Montero, que apura sus últimos días en primera línea al frente de su cartera, expresó a través de Twitter que «dos personas se besan si ambas quieren, si hay consentimiento». La vicepresidenta Yolanda Díaz compartió los mensajes de sus compañeros de Sumar Ernest Urtasun y Marta Lois, que coincidían en pedir la «dimisión» de Rubiales y usaban términos como «machismo repugnante» y «comportamiento sexista» para definir el beso.

Otros miembros de peso en el PSOE también repulsaron la actuación de Rubiales. El presidente de Asturias, Adrián Barbón, se mostró sorprendido con algunas justificaciones y escribió en sus redes sociales que «se pongan como se pongan algunos, es una absoluta falta de respeto y un abuso que ni el momento, ni la euforia, ni la alegría justifica». En la misma línea se mostró la exportavoz Adriana Lastra: «Lo de Rubiales no es una anécdota, es puro machismo. No le quitéis importancia, no lo comparéis con Iker y Sara, no le riáis la gracia a esta gentuza que se cree con derecho a magrear a las mujeres. Ya está tardando en disculparse y dimitir».