La gran fiesta del fútbol femenino vasco

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Que se lo digan sino a los 22.412 aficionados que acudieron este sábado a San Mamés contra viento y marea para disfrutar del duelo. Inquebrantables ante la adversidad. «Este año ganamos y les pillamos en la tabla», lanzaba un ilusionado grupo de seguidores rojiblancos mientras esperaban la apertura de puertas del estadio. Las dos últimas victorias de las chicas que dirige Iraia Iturregi habían disparado las expectativas, pero al final sus predicciones no se cumplieron.

Aunque la gran cita del fútbol femenino vasco quedó lejos de los 48.121 espectadores que acudieron hace tres años a La Catedral en los cuartos de final de Copa de la Reina ante el Atlético, la fiesta no desmereció, ni mucho menos, aquella jornada de récord. De hecho, el calor, pese al frío reinante, fue subiendo en intensidad conforme se acercaba el inicio del partido. Los actos programas en el segundo Athletic Plaza hicieron las delicias de niños y mayores tanto fuera como dentro de La Catedral.

La mayoría de seguidores que se congregaron en la Fan Zone eran familias con niños y jóvenes deseosos de vivir una tarde de fiesta. Era el caso del bilbaíno Edu que junto a los pequeños de la casa había quedado con la esposa e hijos de su amigo de Oñati Mikel y la familia de éste «para vivir el derbi en buena compañía», aseguraron. «Coincidimos desde hace años en La Rioja y hoy tenemos un pique sano. Esta vez, como buen anfitrión, he venido con la bufanda de la selección vizcaína», aseguró Edu, mientras los niños del grupo apremiaban para entrar en el estadio.

Una banda de música hacía sonar los acordes del himno rojiblanco en la Fan Zone para algarabía de la parroquia local. Los hinchas de la Real, en clara minoría aunque se hacían notar, mantenían la compostura y alguno incluso hacía frente al intenso frío moviendo las caderas disimuladamente. No era el caso de Aimar, que con la bufanda txuriurdin enfundada al cuello, acudió a la cita junto a su compañera rojiblanca, Estitxu. Serio entre tanta algarabía esperaba que arrancara el encuentro para dar rienda suelta a la fiesta. Y es que, tenía claro que iba a ser su noche. «Ganamos de dos goles», lanzó. Acertó de pleno.

Guitarra en mano

Su pareja, rojiblanca como buena vizcaína, «aunque más por apoyar al deporte femenino que por afición futbolística», reconoció, era algo más comedida. No quería entrar en discusiones. «Creo que habrá un empate», lanzó Estitxu. Tres cuartos de hora antes de que arrancara el derbi, el ambiente comenzó a entrar poco a poco en ebullición también dentro del estadio.

De ello se encargó un entregado Xabi Solano que guitarra en mano fue subiendo los decibelios en un pequeño escenario a pie de césped con temas como '¿Quién manda aquí? mientras ambos equipos calentaban. La afición rojiblanca puso los bises antes del inicio del encuentro al interpretar el himno rojiblanco ante la mirada del lehendakari que estuvo acompañado en el placo, entre otras, por la diputada de Euskera y Cultura, Lorea Bilbao, y la consejera de de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales, Beatriz Artolazabal.

Fue la Real la que gracias al tanto de Amaiur primero y dos certeros picotazos de Gaby García –el segundo y más doloroso nada más arrancar la segunda parte– la que respondió a la pregunta planteada en el tema de Solano haciendo infructurosos los esfuerzos de las rojiblancas por sumar sutercer triunfo consecutivo. La txuriurdin se llevaron el derbi de San Mamés por segundo año consecutivo, pero ganó el fútbol femenino.