El Athletic halla un tesoro en Anoeta

El once txuri-urdin llevó el dominio en los primeros minutos del derbi bajo el aliento de sus fieles en una tarde soleada en la que no hubo excusas para mostrar los mejores argumentos de uno y otro bando. Amaiur dispuso de la primera ocasión para desnivelar la balanza, aunque no acertó tras un centro de Cecilia. Esta llegada encendió las alarmas en un Athletic que empujó a sus oponentes hasta vivir en campo contrario a partir del cuarto de hora. Fue el momento preciso en el que se reorganizaron los papeles en el conjunto de David Aznar, muy cómodo con el manejo de la pelota ante unas adversarias que disfrutaban corriendo a campo abierto, como demostró Elexpuru en un remate por encima del travesaño.

Entró entonces el derbi en una pugna en la zona central con piernas firmes, demasiados balones divididos y poca claridad de ideas. Solo cuando el esférico se abrió a los costados se encontró profundidad y verticalidad, obligando a las cuatro laterales a mirar por el retrovisor antes de darse ninguna alegría ofensiva. En mitad del buen momento rojiblanco, Eizagirre intentó sorprender a Nanclares con un disparo lejano, casi desde la línea del centro del campo. No fue la única acción en la que la joven guardameta mirandesa resultó providencial antes del descanso. Y es que, de nuevo Cecilia, quiso probar fortuna con una escaramuza al borde del área que concluyó con un disparo con efecto que repelió la guardameta. A esas alturas de la primera mitad, las once futbolistas elegidas por Natalia Arroyo ya habían recuperado el pulso dentro de un encuentro marcado por la emoción.

A falta de capacidad para hilvanar el juego, Nerea Nevado buscó aprovechar espacios para generar desequilibrio en los pulsos individuales frente a Vanegas y Bernabé, siempre dispuestas a corregir los desajustes de sus compañeras. No fue la única vez que el esquema defensivo realista se balanceó con acierto para frenar las acometidas que las rojiblancas construían en ventaja numérica.

Ya en la segunda parte, las dos formaciones protagonizaron un correcalles con golpes constantes en ambas áreas, en especial sobre la de Nanclares. Primero, Amaiur colocó un testarazo que repelió la madera. Acto seguido, Cecilia firmó una acción de muchos quilates en la que obligó a emplearse a fondo a Nanclares. Aznar no tardó en reaccionar e hizo un doble cambio en su sala de máquinas en momentos delicados.

Sentaron bien las novedades a un Athletic que encontró despliegue y valentía. Se recuperó, además, con un botín inesperado que obtuvo Nahikari con una excelente acción individual. La delantera de Urnieta porfió por un balón dividido entre tres rivales de quienes consiguió escabullirse antes de cruzar la pelota para silenciar Anoeta. Fue un fuerte y doloroso mazazo del que quiso recuperarse el bloque de Natalia Arroyo con un envío directo que no consiguió rematar con comodidad Franssi antes de sentir unas molestias que no le impidieron continuar en la batalla.

Tampoco David Aznar se conformó con la ventaja obtenida tanto en el juego como en el marcador. El preparador talaverano siguió mirando a su banquillo para encontrar respuestas con las que mantener el alto ritmo impuesto por unas jugadoras que leyeron con acierto cada una de las alternativas formuladas por la Real. En especial y, sobre todo en labores defensivas, Elexpuru se mostró inexpugnable con constantes ayudas a sus compañeras y un formidable esfuerzo físico que abarcó todo el flanco derecho. La pizarra de las leonas acumuló piezas en campo propio en los últimos minutos.

Las locales iniciaron el asedio al área vizcaína. Insistieron las jugadoras de Natalia Arroyo con pases horizontales y centros al área en los que Nanclares no encontró dificultades para apoderarse del balón. Balas de fogueo en todo caso que permitieron al Athletic levantar sus brazos al cielo donostiarra para seguir peleando en un final de temporada muy positivo.