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J. M. Pradera
Sábado, 23 de marzo 2024, 21:53
Ni la Korrika impidió este sábado que el día grande del fútbol femenino vasco se celebrase por todo lo alto. Más de 10.000 espectadores disfrutaron de un encuentro lleno de ocasiones y buen fútbol que se decantó por detalles tal y como estaba previsto. Una fiesta a la que la Real Sociedad llegó como finalista de la Copa de la Reina ante un Athletic con cuatro victorias seguidas en liga. Una mochila de confianza y optimismo que sirvió a las jugadoras de David Aznar para asaltar el fortín donostiarra en el objetivo de ceñirse una corona que forjaron Nahikari en el ataque y Nanclares en la retaguardia. La joven guardameta salvó en varias ocasiones a sus compañeras antes y después de que la antigua inquilina del vestuario blanquiazul rompiese el equilibrio con una acción en la que se zafó de tres rivales para enfilar a Elene con plenas garantías de éxito. Y es que la refriega de ayer hizo buena aquella máxima de que el fútbol se decide en las áreas por más que la escuadra de San Sebastián acumulase méritos y juego para haber obtenido algo más que una honrosa derrota ante la versión más eficaz del plantel bilbaíno.
Quiso disfrutar el once txuri-urdin del dominio en los primeros minutos bajo el aliento de sus fieles en una tarde soleada en la que no hubo excusas para mostrar los mejores argumentos de uno y otro bando. También dispuso Amaiur de la primera ocasión para desnivelar la balanza de forma infructuosa tras un centro de Cecilia. Una llegada que sirvió como alarma para un Athletic que empujó a sus oponentes hasta vivir en campo contrario a partir del cuarto de hora de refriega. Fue el momento preciso en el que se reorganizaron los papeles con el conjunto de David Aznar muy cómodo con el manejo de la pelota ante una Real Sociedad que disfruta corriendo a campo abierto como demostró Elexpuru en un remate que se escapó por encima del travesaño.
Entró entonces el derbi en una disputa en la zona central con mucha pierna firme, excesivo balón dividido y poca claridad de ideas. Solo cuando el esférico se abrió a los costados encontró profundidad y verticalidad obligando a las cuatro laterales a mirar por el retrovisor antes de darse ninguna alegría ofensiva. En mitad del buen momento rojiblanco intentó Eizagirre sorprender a Nanclares con un disparo lejano, casi desde la línea del centro del campo. No fue la única acción en la que la joven guardameta mirandesa resultó providencial antes del descanso. Y es que, de nuevo Cecilia, quiso probar fortuna con una escaramuza al borde del área que concluyó con un disparo con efecto que repelió la guardameta. A esas alturas de la primera mitad las once futbolistas elegidas por Natalia Arroyo ya habían recuperado el pulso dentro de un encuentro marcado por la emoción y el suspense.
A falta de capacidad para hilvanar el juego, Nerea Nevado buscó aprovechar el espacio para generar desequilibrio en el uno contra uno frente a la marca de Vanegas y Bernabé, siempre dispuestas a corregir los desajustes de sus compañeras. No fue la única vez que el esquema defensivo realista se balanceó con acierto para enjugar las acometidas rojiblancas realizadas en ventaja numérica.
Ya en el regreso a la acción las dos formaciones se lanzaron a un vistoso correcalles con golpes constantes en ambas áreas, en especial sobre el arco de Nanclares. Primero Amaiur colocó un testarazo certero y bien dirigido que repelió la madera después de un excelente centro de Bernabé desde la banda. Acto seguido Cecilia volvió a reclamar su cuota de protagonismo con otra acción de muchos quilates en la que obligó a emplearse a fondo a la meta de Miranda de Ebro. No fueron buenas noticias para David Aznar, quien no tardó en reaccionar haciendo una doble permuta en su sala de máquinas en mitad del momento más delicado que vivieron sus jugadoras.
Sentó bien el cambio a un Athletic que encontró el despliegue y la valentía perdida en los últimos compases. Lo hizo, además, con un botín inesperado que obtuvo Nahikari ante el que fue su antiguo club con una excelente acción individual. La delantera de Urnieta porfió por un balón dividido entre tres rivales de los que consiguió escabullirse antes de cruzar la pelota para silenciar el Real Arena. Un mazazo del que quiso recuperarse el bloque de Natalia Arroyo con un envío directo que no consiguió rematar con comodidad Franssi antes de sentir unas molestias que no le impidieron continuar en la batalla.
Tampoco David Aznar se conformó con la ventaja obtenida tanto en el juego como en el marcador. El preparador talaverano siguió mirando a su banquillo para encontrar respuestas con las que mantener el alto ritmo impuesto por unas jugadoras que leyeron con acierto cada una de las alternativas formuladas por la Real Sociedad. En especial y, sobre todo en labores defensivas, Elexpuru se mostró inexpugnable con constantes ayudas a sus compañeras y un formidable despliegue que abarcó todo el flanco derecho del esquema bilbaíno. La pizarra de las leonas acumuló piezas en campo propio ante unos últimos compases en los que el asedio del adversario tuvo más ruido que nueces. Insistieron las jugadoras de Natalia Arroyo con pases horizontales y algún centro al área en el que Nanclares se sintió muy cómoda. Balas de fogueo en todo caso que permitieron al Athletic levantar sus brazos al cielo donostiarra como claro gesto de victoria para seguir peleando por la gloria en un final de temporada que invita a soñar.
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