Maloste exporta su versión del basket total

No se andan por las ramas las de Mario López. Ayer tras el salto inicial aceptaron desfogarse en un trayecto de ida y vuelta en el que ya iban quedando claras bastantes cosas. Lo coral de su producción contrastaba con la soledad de Spanou, sólo apoyada en el apabullante dominio físico de Gray en la pintura. Un tramo de diez minutos en los que las gernikarras dieron un salto de calidad en cuanto endurecieron su defensa de anticipación e hicieron coincidir su velocidad con transiciones en las que la pelota acababa sí o sí en manos de la jugadora más liberada. La anemia triplista de otras ocasiones tornó ayer en sobredosis. Tres de tres para Berezhynska (acabó con cinco de ocho), dos de cuatro de Dietrick, anotado el único que lanzó Mazyonite. Un seis de nueve desde la línea mágica, con sólo un par de tiros de dos fallados.

La trituradora del Gernika funcionaba a plena potencia y no dejaría de hacerlo. Fue haciendo probaturas Mario López para dosificar esfuerzos y recurrió al prueba-error para no tardar demasiado en reaccionar cuando las húngaras buscaban la reacción, que casi siempre las llevaba a la pintura. Un 2-10 apuntó a cierta igualdad, pero el manual de juego incluía párrafos muy claros que favorecían la ejecución. Gwathney era el pegamento del equipo y favorecía que se quedaran en circunstanciales bandejas sencillas falladas por Dietrick, algún posteo corto de brazo de Pascua o excesos de confianza en las líneas de pase. Los extra pass eran el primer mandamiento de las de Maloste y los triples librados llevaron la recaudación a la veintena ya en el tercer cuarto, cuando maniataron al Györ hasta dejar su casillero en seis testimoniales puntos.

Con 64-44 en la casilla de salida de la parte final del trayecto, por juego, acierto y ritmo el Lointek estaba mucho más cerca de hacer saltar los fusibles del luminoso que de permitir que las magiares reaccionaran. Pero sucedió lo menos probable. La relajación fue un ingrediente básico para que el Cargo Uni volviera del lado oscuro con un parcial de 2-14 (de 72-51 a 74-65) que neutralizó el presumible apalizamiento. No llegó a haber nervios, dado que la remontada fue progresiva. Por si acaso, una canasta de Vanderwal y un triple de Naiara Díaz restañaron la herida. El Gernika había exportado su versión del basket total. Lo es cuando un equipo hace un 14 de 26 en triples, 16 de 32 en canastas de dos, flirtea con los 80 puntos con sólo seis visitas a la línea de castigo, hace tablas técnicas en el rebote y reparte 25 asistencias. Y entonces sí, escrutado todo, doce puntos quizá parezcan y sean un botín escaso.