La atleta Majida Maayouf logra la ansiada nacionalidad española tras diez años en Álava

Noticia Relacionada

«Ahora sí que me voy a poder sentir una atleta valorada»

Olga Jiménez

No todos los caminos que ha explorado la atleta marroquí han sido amables. Luchar contra las circunstancias es la constante en el guion de su vida y de su carrera deportiva. Desde que aterrizó en España en 2011 con una visa de turista, hasta su decisión de quedarse, crear una familia con su hija y elegir Álava, Vitoria, Alegría y Agurain como epicentros de su vida. Es la misma existencia que cambió ayer después de una larga espera de dos años y medio, cuando solicitó la nacionalidad a través por la modalidad de carta de naturaleza. Hasta en dos ocasiones fue desestimada o archivada su petición.

El Ministerio de Justicia estipula que la nacionalidad española se obtiene con 10 años de residencia, que serían cinco para refugiados o dos para los nacidos en Iberoamérica, Andorra, Filipinas, Guinea, Portugal o sefardíes. Para casados con españoles es un año. Luego, está la carta de naturaleza, de carácter graciable y no se sujeta a las normas generales. Esta última fue la opción a la que se había agarrado Maayouf, que compite con ficha federativa alavesa. En diciembre cumplirá diez años de residencia, requisito para una nacionalidad de tipo normal que no le habría asegurado cuadrar plazos para la cita olímpica. Al final, la insistencia ha tenido premio para una corredora de raza que se inició en el atletismo con 12 años y que tuvo que dejarlo de forma temporal a los 15 por una anemia severa.

Esta vez el impulso ha sido definitivo para dejar de ser una atleta invisible. Con 34 años, sus cronos hablan por sí mismos, aunque no hayan computado en el ranking nacional. Así fue con el registro logrado el año pasado en el maratón de Valencia, un 2:21 que rebajaba en cinco minutos el récord de España en posesión de Marta Galimany y que se colocaba como la sexta mejor marca europea de la historia.

En su futuro, habrá cintas que sobrepasar en las metas de tantas carreras donde sintió el ostracismo de no ser reconocida como campeona. De eso ha tenido tanto que ahora, prefiere no mirar atrás. Maayouf vive su mejor momento como atleta, avalada por sus marcas tanto en la distancia reina como en los 5.000.

Tras el espaldarazo del Consejo de Ministros, Maayouf confía en que el papeleo que resta se reduzca a un proceso corto. Ahora, espera a que la Federación Española de Atletismo tramite el cambio de nacionalidad de cara a World Athletics (Federación Internacional de Atletismo), que debería darle el permiso para representar a España. Ya no podrá ser en el Mundial de Budapest de agosto, ya que otras tres mujeres han sido seleccionadas. Pero quizá sí en el Mundial de Media Maratón (Mundial Off Road) de Riga (Letonia), el 1 de octubre o en el Europeo de cross de Bruselas en diciembre, entre otras pruebas. Serán exámenes para una meta final: el maratón de los Juegos de París 2024, el gran objetivo y por el que lucha Majida Maayouf.