Borrar
La persecución que sufrió Carolina Marín tras romperse la rodilla en París

La persecución que sufrió Carolina Marín tras romperse la rodilla en París

La jugadora de bádminton desvela que una miembro de la organización le obligó a abandonar el pabellón pese a no poder mantenerse en pie

Alain Mateos

Jueves, 5 de septiembre 2024, 08:59

Carolina Marín fue anoche la gran invitada de Pablo Motos en 'El Hormiguero' y, aunque ya había concedido ese mismo día una entrevista a una agencia de noticias, había ganas de escucharla. La última imagen de la onubense en televisión fue en los Juegos de París, cuando se retiró a lágrima tendida y cojeando tras romperse el ligamento cruzado y los meniscos de su rodilla derecha.

Aquella lesión conmovió a todo el país y anoche en 'El Hormiguero' volvieron a poner las imágenes del momento para que Marín contase lo que sintió. «Esta vez escuché el crujido, en cuento caí miré a mi entrenador y le dije, 'me he roto'. A día de hoy no entiendo como me pude poner de pie... cuando veo esas imágenes digo, 'esa tía está loca'», desveló.

También recalcó que esta lesión es «la peor» de las tres que ha sufrido en su carrera deportiva. En 2019 se rompió el cruzado de esa misma rodilla y en 2021, dos meses antes de los Juegos de Tokio, sufrió la misma rotura pero en la otra articulación. En las dos lesiones anteriores, confesó que «no me tomé la recuperación con calma» pero ahora será diferente: «No tengo prisa por volver. (...) Tengo la ilusión de poder estar en el Europeo de 2026 que se celebrará en España, y quizás en Huelva, y allí retirarme».

Desde aquel fatídico 4 de agosto, Marín desveló que ha recibido numerosas muestras de cariño, incluso de deportistas que admira como Rafa Nadal. Con el mensaje del balear, asegura, se emocionó: «Me caía una lágrima mientras lo escuchaba». Pablo Motos fue directo al grano y preguntó si había recibido más apoyos que el día que ganó el oro en Río de Janeiro. Ella respondió con un sí rotundo porque «en este caso se ha dado más valor a las lesiones anteriores y el momento tan bueno en el que llegaba». Asegura que «las medallas son muy bonitas, pero pocos valoran lo que hay detrás».

Para quien desconozca la exigente preparación de un deportista de élite, Marín desveló lo que sufrió en los entrenamientos previos a París: «Hicimos la concentración en Sierra Nevada, a 2.400 metros de altura. Entrenaba en hipoxia y con torniquetes en las piernas». La badmintonista asegura que llegaba en un buen momento y que «si hubiera jugado como estaba jugando, creo que ese oro hubiera sido mío».

Lo peor de la lesión llegó minutos después, cuando Carolina Marín se retiró del pabellón. En las puertas de acceso se encontraba una miembro de la organización olímpica encargada de «vigilar» a la deportista hasta llevarla a la sala antidoping. La persiguió hasta la puerta del vestuario y no le dejó ni un minuto a solas. Contó Marín en el programa que su entrenador le pidió a la mujer privacidad para charlar unos minutos con ella y esta se negó en rotundo. «Tengo que vigilarla hasta que haga pipi», le dijo la miembro del comité olímpico. Y así fue. Marín, según su testimonio, tuvo que abandonar el pabellón a todo correr, en silla de ruedas y a lágrima tendida para someterse al control de orina. Y tardó lo suyo. «Me tuve que beber como cinco o seis botellas porque estaba deshidratada», desveló.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elcorreo La persecución que sufrió Carolina Marín tras romperse la rodilla en París