'Los santos inocentes' expresa su anhelo de libertad en el Arriaga

La milana bonita, las escenas de caza y el opresivo ambiente a cielo abierto de un cortijo extremeño en los años 60 se instalarán en el escenario del Arriaga desde hoy hasta el domingo. Dos bilbaínos, el director Javier Hernández-Simón y el escritor Fernando Marías, fallecido el pasado mes de febrero, dos meses antes del estreno en Valladolid, firman una adaptación que desmonta «párrafo a párrafo» la estructura de la novela –que solo tiene seis puntos, uno al final de cada capítulo– para contar la misma historia en diálogos teatrales.

Hernández-Simón parte de la «plena vigencia» de una novela» que «no habla del pasado, hace una advertencia sobre el futuro. Ya no estamos en ese lugar tan extremo, pero tenemos que reflexionar sobre la desigualdad y sobre el papel de la educación pública y universal en nuestra sociedad», sostiene. También tenía otro reto, alejarse de la inolvidable película de Mario Camus y construir «algo que fuera nuestro, no la copia de nada».

Para ello se apoya en un reparto que encabezan Javier Gutiérrez como Paco el bajo, el personaje «que más nos concierne» como decía Fernando Marías, y Luis Bermejo en el papel del «héroe anómalo» Azarías. Completan el reparto Pepa Pedroche, Jacobo Dicenta, Fernando Huesca, Marta Gómez, José Fernández, Raquel Varela y la guipuzcoana Yune Nogueiras, que a sus 24 años ha trabajado en 'Akelarre' y en la serie 'Intimidad'.

La escenografía creada por Ricardo Sánchez Cuerda atrapa el paisaje de la novela mediante el simbolismo de unos pájaros blancos que siempre están ahí, inmovilizados sobre los personajes. «La libertad es un pájaro que vuela y en este mundo todos están presos, esclavos de los caprichos del señorito Iván», dice el director. Todo un universo que se desplegará en cuatro funciones, hoy jueves y mañana a las 19.30 horas y sábado y domingo a las 19.00.