Los mejores planes culturales para este fin de semana en Bizkaia

La novela se publicó en 1981 y Hernández-Simón tiene claro que Delibes «no habla del pasado, hace una advertencia sobre el futuro». La impactante puesta en escena, con el simbolismo de los pájaros blancos «inmovilizados» sobre los personajes, subraya la vigencia de esta historia que nos hace reflexionar sobre la desigualdad y el papel de la educación. Una obra que no hay que perderse.

La gran tragedia contemporánea de Arthur Miller, que han interpretado figuras como Carlos Lemos, José María Rodero, José Sacristán y José Luis López Vázquez, llega esta semana a Santurtzi con una nueva versión protagonizada por Imanol Arias. El veterano actor suma a su galería de personajes –que abarca desde El Lute a Calígula– a Willy Loman, el viajante que a los 63 años ve cómo su trabajo y su vida se desmoronan. Es una prueba difícil de la que sale airoso, según las críticas recibidas en Madrid y otras plazas y lo que hemos podido ver en Basauri, Bilbao y Getxo.

Después de 24 años de ausencia, Imanol Arias ha vuelto al teatro para quedarse y su trabajo está recibiendo más elogios que en las dos obras anteriores, 'La vida a palos' y 'El coronel no tiene quien le escriba'. Un aliciente más para ver 'Muerte de un viajante' en caso de que los necesitara. El texto que consagró a Arthur Miller en 1949, galardonado con el Pulitzer y el Tony, mantiene su vigencia como radiografía de las relaciones laborales –las miserias que hay detrás del sueño americano– y familiares.

La adaptación de Natalio Grueso, dirigida por Rubén Szuchmacher, es algo más breve que otras versiones pero igualmente demoledora. Completan el elenco la gran Cristina de Inza, que hace suyo el difícil papel de la esposa, quizá el que más ha envejecido, Andreas Muñoz, Daniel Ibáñez, Fran Calvo, Miguel Uribe y Virginia Flores..

El musical basado en la novela de Noah Gordon sigue su gira por España tras dos temporadas en Madrid y por fin llega a Bilbao, una cita que hubo que aplazar por la pandemia. 21 actores y 9 músicos llenarán el escenario del Campos Elíseos del 12 al 22 de enero, con doble función los sábados. Recibió cinco galardones en los Premios de Teatro Musical –y fue elegido el mejor de todos por la revista Madrid es Teatro– este espectáculo creado por Iván Macías y Félix Amador con dirección artística de Ignasi Vidal. Guido Balzaretti interpreta a Rob J. Cole, que de niño descubre que tiene el don de predecir la muerte y es adoptado como aprendiz por un cirujano barbero. Recorre Inglaterra y parte hacia Persia dispuesto a convertirse en médico, una aventura ambientada en el siglo XI con vestuario de Lorenzo Caprile.

Esta obra es fruto de un largo proceso creativo que inició la actriz Gemma Martínez. Quería hablar de las mujeres de su generación y de sus miedos, que fueron aflorando en talleres de investigación e improvisación teatral dirigidos por Andrés Lima. David Caiña firma la dramaturgia y Ane Gabarain, Maribel Salas, Sol Maguna y Vito Rogado completan el reparto.

Son cinco actrices a las que vemos en la parte de atrás del escenario. Necesitan hablar de quiénes son y cómo han llegado hasta aquí mientras ensayan una obra de misterio y violencia que les hace revivir episodios de sus propias vidas. Una mujer que camina por la calle de noche y escucha unos pasos que le siguen. Una madre posesiva que arrastra a su hija a la locura, el recuerdo infantil de un abuso o la pesadilla de una relación violenta. El camino nunca ha sido fácil, pero ellas son más fuertes de lo que parece.

Este espectáculo de Yllana cuenta la historia de cuatro personajes atrapados en el tiempo y en los confines estrechos de un fotograma. Una singular troupe de cineastas que irrumpe en escena para emprender un viaje con los espectadores por los grandes momentos de la historia del séptimo arte. Con humor e ingenio, muestran cómo se hace el cine, cómo se vive y cómo se disfruta.

Tras su exitoso 'Antigone', que recibió el Premio Donostia Antzerki Saria 2022 y también fue galardonado en Azpeitia, la compañía Horman Poster presenta 'Souvenir, komeria estralurtarra', que combina humor y ciencia ficción sin olvidar la crítica social. Matxalen de Pedro, Xanti Agirrezabala y Maite Aizpurua interpretan, bajo la dirección de Igor de Quadra, esta obra en euskera que reflexiona sobre el turismo espacial.

Encarnan a tres personas que sueñan con viajar al espacio y acuden a un campamento de entrenamiento. Su misión es reflexionar sobre la huella que les gustaría dejar en otro planeta. Mientras tratan de responder a esta pregunta, muestran sus sueños, vivencias y conflictos. Horman Poster construye un universo paralelo con un cuidado lenguaje escénico que incluye coreografías y vestuario y objetos transformadores de cuerpo y voz.

Una familia sufre una redada de la Unidad de Delitos Informáticos mientras cena tranquilamente en casa. Sospechan que alguno de ellos maneja una red de porno casero y al principio todos parecen culpables, pero poco a poco descubren que los archivos en los que se basan las acusaciones no son lo que parecen. Olga Margallo dirige esta comedia catártica de Vaivén Producciones «en la era del acoso y derribo de la privacidad en internet». El texto es de Antonio Muñoz de Mesa y el reparto está formado por Nerea Gorriti, Ana Pimenta/Ainhoa Aierbe, Mikel Laskurain y Xanti Korkostegi con la participación virtual de Aitziber Garmendia.

La cartelera de danza está bien surtida este fin de semana y está además de estreno, porque el sábado y el domingo puede verse en la Sala BBK el espectáculo creado por dos grandes, cada uno en su estilo, respetando sus orígenes. 'Yarin' es el encuentro escénico de la danza tradicional vasca convertida en contemporánea de Jon Maya (Kukai) y del flamenco, también evolucionado hacia lenguajes contemporáneos, de Andrés Marín (Premio Nacional de Danza hace poco). Entre los dos se crea aquí un diálogo entre dos culturas en el que es posible ver de dónde viene cada cual, asistir a su intercambio y contemplar la vuelta de cada uno a su sitio una vez que han compartido lo que saben. Es fundamental para 'Yarin' la colaboración también del músico vascofrancés Julen Achiary.

También sábado y domingo está de estreno, al menos en Euskadi, la bailarina Cristina Gómez con la pieza 'Dance is my heroine', que es un homenaje a la influencia de tres mujeres fundamentales en la danza (Yvonne Rainer, Deborah Hay y Pina Bausch) y a la vez un montaje que mueve a la risa con sus referencias a Wonder Woman -ahí va ella vestida con el traje de la supermujer- y las cositas del día a día. El espectáculo mezcla el baile, y reflexiones sobre la necesidad de moverse, de conocerse, de poner un punto de entretenimiento en la vida, con el texto y el video.

Y, por último y aunque en realidad se pueda ver un día antes, el viernes por la tarde, hay que tener en cuenta 'The very last northern white rhino' y la fusión de estilos de danza urbana del bailarín de Costa de Marfil Nico Yao Dapre, alias Ouloui. Es el encargado de poner movimiento a la coreografía ideada por Gaston Core para hablar de lo que permanece y de lo que desaparece, de la incertidumbre y de la tranquilidad de espíritu, de ser incluso siendo consciente, plenamente, de que se dejará de ser. Es lo que a Core le sugirió conocer el relato de la extinción del rinoceronte blanco del título de esta pieza.

El programa de la Sinfónica de Bilbao se titula 'Belleza en tempus belli' y eso lo dice todo. Incluye dos obras de dos compositores relevantes marcadas por la Segunda Guerra Mundial, aunque en el primero de los casos fuera desde la lejanía.

El concierto comenzará con el Concierto para violín y orquesta de Khachaturian, escrito en el verano de 1940, en un período relativamente corto y dedicado al gran David Oistrakh. La URSS en ese momento veía la guerra desde la distancia, gracias al acuerdo Molotov-Ribbentrop, por el que ese país y Alemania se comprometían a no combatir y de paso se repartían el territorio de Polonia. Todavía faltaba un año hasta que los tanques alemanes entraran en la URSS y rompieran el tratado.

De todas formas, Khachaturian era consciente de lo que estaba sucediendo y, sobre todo, venía también de la propia guerra interior a la que la cultura de su país estaba sometida. Esa ducha escocesa de hoy te premio y mañana te amenazo con enviarte a un gulag como veamos signos desviacionistas en tu producción.

No es el caso de Vaughan Williams, que escribió su Sinfonía Nº 5 durante la guerra. Incluso, ante la imposibilidad de llevar adelante el proyecto lírico de 'A Pilgrim's progress', reutilizó parte del material para la sinfonía. Podría decirse que es una de las grandes obras para orquesta surgidas durante el conflicto, junto a la 'Leningrado' de Shostakovich y unas pocas más.

La Sociedad Filarmónica vuelve a invitar a la pianista rusa Varvara, que en este caso viene acompañada del Cuarteto Pavel Haas. El programa transita desde el clasicismo del siglo XVIII hasta el romanticismo de finales del XIX.

En la primera parte, dos piezas de Haydn, ese compositor prolífico que en España no termina de suscitar pasiones. Las sombras de Mozart y Beethoven tienen tales dimensiones que es muy difícil estar junto a ellos y no quedar oscurecidos. Las dos piezas que se han programado pertenecen a dos de sus mejores y más extensas colecciones: sonatas y cuartetos.

Para terminar, un quinteto de Zarebski, un compositor polaco nacido en Kiev (no hay nada más difícil que explicar cómo se han movido las fronteras de Polonia a lo largo de la Historia) que vivió solo 31 años. La partitura es de 1885, el año de su muerte. Para los especialistas, se trata de su testamento musical y se observa la influencia de Brahms y Cesar Franck, entre otros.

Felipe Pedrell es el padre del llamado nacionalismo musical español, y la inclusión de elementos del flamenco en las partituras clásicas le debe mucho. No es preciso hacer la lista de sus discípulos: todos los grandes de finales del XIX y principios del XX lo eran.

El Arriaga ha organizado un concierto homenaje a este compositor en el que se recuperan obras de un repertorio muy poco habitual: sus canciones. En esta caso, interpretadas por el barítono Joan Martín-Royo, con Rubén Fernández Aguirre al piano. Se trata de una de esas exquisiteces que de vez en cuando llegan a nuestros escenarios. Y que tardan en repetirse.

La propuesta plástica de Esther Pizarro nos invita a reflexionar sobre el arte y los conflictos del planeta

El arte no permanece aislado dentro de una burbuja aislada del exterior. Habla de nosotros y de nuestro tiempo, de preocupaciones culturales y sociales. El trabajo de Esther Pizarro interpela al espectador directamente, con argumentos científicos y herramientas tecnológicas, pero también desde la sugerencia metafórica. Ya no vale el recurso fácil de que no entendemos, de que la plástica contemporánea es algo ajeno, reservado para una elite. No hay salida, no podemos escapar de sus propuestas porque su mensaje resulta de una claridad meridiana.

'Cartografías intangibles' nos habla de cuestiones actuales tan concretas como la contaminación del espacio, la conectividad a través de cables submarinos y la proliferación de incendios. La intervención de la artista madrileña en el Palacio Euskalduna es sorprendente y espectacular. La propuesta reúne tres sofisticadas instalaciones de carácter interactivo con un efecto envolvente gracias a la escala humana y una atmósfera de penumbra que incentiva la concentración.

El espectador se encuentra impelido a participar y, de alguna manera, a construir su propio discurso frente a la obra y la reflexión que genera. Nos encontramos ante una obra ambiciosa que bien podríamos encontrar en el Museo Guggenheim, por ejemplo. Contemplar este proyecto es participar del concepto pleno de la plástica contemporánea, donde el espectador es un agente activo, alguien que no ejercer como mero receptor, sino que cierra la interpretación de la obra.