Una música para la eternidad

El programa se construyó en torno a la obra de Prada, explican compositor y director en conversación con este periódico. «A partir de ahí, la duda era si acompañarla de otras piezas relativamente similares o incluir una del repertorio sinfónico. Lo primero que pensamos fue en interpretar dos bellísimas cantatas de Menotti, con textos de San Juan de la Cruz y Santa Teresa», desvela Víctor Pablo Pérez.

Pero el coro requerido para esas piezas era de características diferentes, lo que complicaba el concierto. Así que finalmente optaron por la sinfonía de Franck, que «con su sonoridad organística es una obra más alemana que francesa, más wagneriana o bruckneriana, aunque tiene también algún toque de estilo francés». Para el director del concierto, es un complemento muy adecuado por la espiritualidad que la sinfonía respira.

Tras esa pieza cíclica, densa y compleja llegará el plazo fuerte del concierto. «Un poema de amor, una obra de gran sensualidad», explica Amancio Prada, quien nunca pudo imaginar que terminara por ser «el título más interpretado» de su repertorio. Tanto que ya no es capaz de recordar las veces que lo ha cantado sobre escenarios de todo el mundo. Y, sin embargo, cada vez que lo aborda matiza la versión, descubre un ángulo nuevo, ilumina un aspecto diferente del texto.

«La clave de su éxito, dice, es que el poema tiene una vigencia perenne. La poesía de San Juan de la Cruz es semilla antes que fruto. Por eso ha inspirado a infinidad de poetas y músicos: Menotti, Rodrigo, Mompou y muchos más». Es también la razón de que admita también tantas instrumentaciones. Porque ni siquiera ahora con esta versión sinfónico-coral, Prada piensa que ha llegado al final de su recorrido. «Puede haber más con otras plantillas instrumentales. Estaré encantado de que la hagan otros con otros acompañamientos», asegura.

De momento, la BOS trabaja sobre esta partitura, adaptándose perfectamente a un instrumento poco frecuente, como es la guitarra, y un tipo de voz, la de Prada, que no es tampoco habitual en los conciertos con orquesta, donde dominan las procedentes del campo de la lírica. «La orquesta debe colocarse en cada momento en el tipo de música que está en los atriles. Si esta ha sido bien escrita, no debe haber dificultad alguna para la interpretación», argumenta Víctor Pablo Pérez, quien tomará la batuta al final de la función para celebrar la Navidad con el 'Hator, hator'. Él ha trabajado con orquestas junto a cantantes como Joan Manuel Serrat, Pedro Guerra o Mikel Laboa.

«Todos tienen algo enriquecedor para el trabajo orquestal -asegura-. Y la experiencia de trabajar con ellos es además muy importante porque las orquestas deben estar al servicio de todo el público, y no solo de los aficionados a la clásica. Al fin y al cabo, es la sociedad en su conjunto, con sus impuestos, quien paga esas orquestas. De ahí que deban acercarse a otras músicas».

La BOS lo hace con este 'Cántico espiritual' que además permite escuchar unos versos que están considerados entre los mejores jamás escritos. San Juan de la Cruz, que es Doctor de la Iglesia, fue encarcelado y se fugó, fundó conventos, ocupó cargos monásticos importantes y fue degradado al rango de simple súbdito, escribió el 'Cántico' en una cárcel de Toledo y está en la Historia de la Literatura como poeta. Además, es el patrono de los poetas en lengua española.