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Por culpa de la huelga feminista se sopesó suspender el concierto de José Mercé previsto para este jueves en el Teatro Campos. Hubo varias devoluciones de entradas, pero a la postre unas 444 almas se congregaron para atestiguar la presentación de 'El oripandó' (Universal, 2022), ... el ambicioso y transversal último álbum del cantaor jerezano, cuya agenda de conciertos la lleva a escala mundial la agencia donostiarra Get In, cuyo CEO, Iñigo Argomaniz, estuvo en el concierto, y lo vio entero.
En total, 102 minutos para 18 piezas divisibles en tres capítulos. Primero, la revisión del disco en ochote y en el mismo orden (estuvo bien aunque las limitaciones sónicas del recinto le impidieron proyectarse más allá). Segundo la parte central, jonda y a dúo (fue lo mejor con diferencia, aunque se la hayamos visto muchas veces, la última este verano en las fiestas de Palencia). Y la tercera y última parte, en noneto, con sus grandes éxitos (una fiesta con el maestro saliendo y entrando en escena para uno y otro bis).
El disco 'El oripandó' (sol en idioma caló) dura 35 minutos, y su recreación en vivo en el Campos se extendió hasta los 40 minutos, adornados con visuales de fondo. José Mercé (José Soto Soto, Jerez de la Frontera, Cádiz, 68 años), alto, con pelazo cano más frondoso y aparatoso que el de Raphael, con manos de largos dedos, con boca muy grande y a partir de la segunda parte sonriente, miró al teleprompter con las letras cuando repasó este trabajo discográfico elaborado mano a mano con Antonio Orozco, «una autobiografía mía en la que me han ayudado mi mujer, mis nietos, mis hijas…».
Mercé abrió la velada con voces muy similares a las del 'Smile' de los Beach Boys antes de derivar al rock progresivo transicional ('Preludio de un nuevo día'), desde Morricone a la ópera rock pasó en la pieza dedicada a su hijo muerto hace casi 30 años, a sus 14, por un problema cardíaco ('Nunca desaparece lo que nunca muere', «me cuesta pero hay que hacerlo», confesó al acabar de cantarlo y lloró). Y como dice él mismo cantó con la boca abierta en el martinete, únicamente con su voz sentida y la percusión pregrabada del golpe contra el yunque ('Cuando todo empieza').
También pregrabado coló un rap de La Mala en una suerte de ópera hippie ('Tengo cosas que contarte'), una letra sabiniana pareció la del tema que dedicó al bailaor Antonio Gades, a quien acompañó de joven como cantaor de atrás ('Tú si me lo pides, volvería a empezar'), baladista a lo Pancho Céspedes cantó a su mujer, Mercedes García, quien le suele acompañar a las palmas y que no faltó este jueves ('50 primaveras', «un tema que me llena mucho el corazón, mi vida, mi pasado, mi presente. Pronto 50 años casados, y cinco de novios… Yo siempre casado»; y al acabar de cantar dio un beso a Mercedes). Luego hizo «una bulería que puede entrar en el rock o en lo que sea, porque tiene un ritmazo que es demasiado» ('Caminando', de sonido Caño Roto), y cerró esta parte con pop grande andaluz a lo Manu Carrasco o Alejandro Sanz ('Alegría', presentada así: «'El oripandó' empieza con tinieblas y acabamos en la alegría»).
A continuación desaparecieron sus acompañante y apareció el joven tocaor Manuel Cerpa, a quien llamo «mi guitarrista». En Palencia le acompañó el más habitual y veterano Alfredo Lagos. Preguntó Mercé: «¿lo estáis pasando bien? Eso es lo importante, estar dos horas disfrutando». Y en dúo cantó malagueñas de Enrique El Mellizo (y Cerpa se marcó unas falsetas que parecían un sirtaki acelerado), antes de la soleá muy bien entonada con sonrisa pícara, la boca abierta y gestos teatrales, Mercé soltó su reivindicación de que «el flamenco es nuestra música, es la Marca España. Yo estaré cantando soleás, seguiriyas y alegrías hasta que me muera».
Y al tercer cante tradicional halagó: «bueno, voy a cantar unos fandanguitos, ¿vale? Lo bien que se come aquí. ¡Las cosas como son!». Y tras eso hizo mutis dejando solo al tocaor: «Va a ser un guitarrista pa'l futuro muy poderoso, acordaros de su nombre: Manuel Cerpa». Y tras su ovacionado instrumental reapareció el jefe y planteó: «¿A que no os he engañado?». Estaba contento e inspirado el cantaor, más que en Palencia, donde cumplió de sobra y sin esfuerzo pero se le vio menos alegre, quizá porque había menos público y la mayoría más alejado del tablado.
Y ya entramos en la tercera y última parte. A trío con piano y guitarra versionó 'Tu frialdad' de Triana dejando cantar al público como si fuera Rafael Basurto de Los Panchos, y ya con toda la banda, en noneto, se marcó un popurrí con «unos poquitos temas de mis grandes éxitos que los habéis escuchado muchas veces, ¿eh?» ('Del amanecer', 'La vida sale'..., donde fue tomando un aire rumbero cubano a lo Antonio Carmona). Y ya hasta el final cayó 'Al alba' de Aute en plan fiesta televisiva, y durante los bises, que hubo hasta tres, empezó con su fusionero y pionero 'Aire' y se marcó también unos villancicos: «El Niño ha nacido, ahí en el barrio Santiago, venid gitanas, venid corriendo…».
Por cierto: el martes 5 en el mismo Teatro Campos habrá un espectáculo navideño flamenco con nuestro favorito Jesús Méndez como cantaor invitado especial.
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