JOSU OLARTE
Sábado, 15 de junio 2019, 00:43
Publicidad
Las comparaciones siempre son odiosas. Pero resultan inevitables al valorar el presente de un grupo ineludible de la música popular como unos Beach Boys bifurcados en dos facciones por viejos rencores e intereses encontrados. Frente al patético y triste espectáculo ofrecido hace dos años ... en Kobetamendi por la escisión liderada por el que fuera su genio creativo e impulsor, Brian Wilson, que ya no está para giras (acaba de suspender la suya en EE UU por achaques físicos y mentales), el grupo que encabeza su primo, cantante, cofundador, propietario de la marca y supuesto capullo Mike Love ofreció una intachable sesión retrospectiva, reproduciendo al dedillo toda la orfebrería pop que los BB desplegaron sobre todo en los sesenta, su década gloriosa.
Revitalizados con acreditados sesentones en gran forma, como el baterista John Cowsill (62) y el guitarrista y cantante con extraordinario falsete Jeff Foskett (63), amén de incorporaciones fraternales como el vástago Christian Love (guitarra, voz), los Beach Boys siguen funcionando en directo como un reloj al hacer lo que de ellos se espera en vivo: una incontestable sesión de hits anclados en la memoria de varias generaciones, reproducidos con dinamismo y impecable pericia instrumental y vocal. Es lo que tiene llevar más de cinco décadas en gira continua y años encadenando una media de 150 bolos por temporada. Toda una interminable ola buena que, en el centro de asistencia a discapacitados de Sondika, llamado casualmente La Ola, volvieron a surfear en el primer bolo que ofrecían por estas playas
Liderados por dos abuelos en buena forma, como son Bruce Johnston (teclados, voz 76) y el letrista Mike -que a sus 78 mantiene el tipo vocal y físico, con su sempiterna camisa de rayas azules y gorra de béisbol disimuladora de su calvicie prematura-, pudo haber sensación de asistir a una excesiva sesión de nostalgia de tiempos pasados, acentuada por los atractivos videos evocadores de la feliz California del surf, las chicas, los hot rods y el verano sin fin
Publicidad
Pero, cerrando los ojos, parecería que en lo musical el tiempo se hubiera detenido. En todo caso, las 2.690 almas congregadas en el concierto que en la primera jornada de BBK Music Legends dio inició a su intensa gira continental (29 fechas en cinco semanas) se dejaron llevar y disfrutaron del entrañable e imbatible arsenal de hits y versiones non stop, cantando incluso ayudados por las letras que, a modo de karaoke, aparecían en las pantallas.
Recordando visualmente su rivalidad musical con los Beatles, arrancaron encadenando una pequeña banda sonora de hits surferos ('Do it again', 'Surfin'n Safari', 'Catch a Wave', 'It's OK', 'Surfin' USA' o el 'Little Honda' que vampirizara el Loquillo de 'Esto no es Hawai'). Su retroactiva panorámica evidenció pronto el influjo vocal de doo wop negro en las armonías de 'Surfer Girl', 'Don't Worry Baby', o sus adaptaciones de las Crystals y Phil Spector ('The I Kissed her'), Frankie Lymon & The Teenagers ('Why do fools fall in love'), The Regents ('Barbara Ann') o el 'Do you wanna dance' (Bobby Freeman) que también hicieran sus fans confesos The Ramones
Publicidad
'Shut Down', con solo de saxo barítono, y su primer gran hit en Europa, 'I Get Around', marcó una primera cima vocal tras la que Mike Love recurrió en español con acento mexicano al tópico de la siesta española para introducir la inmortal balada 'In My Room', que dio paso a un triada de temas de la obra maestra de Brian Wilson 'Pet Sounds'(66) que ligó la celestial 'God Only Knows' (cantada por su hijo Chris en el papel del difunto Carl Wilson) con el tema tradicional caribeño 'Sloop John B' y 'Woldn't it be nice'.
Con visuales magistralmente secuenciados con vídeos de la época -'California Girls' (con voz y hasta coreografía de Brunce Johnston), 'Dance, dance, dance' (uno de los temas con regalías recuperadas por Mike Love) o el 'Help Me Ronda' que cantara el partidario de Wilson Al Jardine- enfilaron la recta final que, con la noche amable y el personal entregado, incluyó la muy leve en lo lírico y lo musical 'Kokomo'(88) (hit de Love impulsado por la no menos insustancial película 'Cocktail') y un inmortal 'Good Vibration', con armonías primorosas y coda sicodélica, theremin incluido. Volvió a reivindicarse Love con músico en activo con su versiones de 'Rockaway Beach' de Ramones , de su nuevo álbum '12 sides of Summer' y el epílogo 'Fun, Fun, Fun' que puso la guinda festiva dejando evidenciando tanto la exuberancia de su cancionero como lo absurdo que, a estas alturas, resulta que los Beach Boys fundacionales no olviden sus diferencias.
Publicidad
Anje Duhalde (69 años) es el único cantante en euskera de todo el cartel. Ex Errobi y Akelarre, se presentó en cuarteto eléctrico con su hijo Txomin a la batería. En 58 minutos cayeron 11 canciones dejando una impresión inmejorable: ojalá fuera así el nivel medio del festival. Mediante rock americano prototípico, propaló el sentimiento abertzale (la patria, Euskal Herria, askatasuna…) según encadenaba inspirado y recio canciones que podrían provenir del Nuevo Rock Americano de los 80, como 'Gure lekuko' de Errobi que parecía de The Del Fuegos, 'Maitasun' vía Byrds, la dylanita 'Gezur baten' (la mejor). Otras se puso solemne cual influencia de Sorotan Bele y KenZazpi, pero siempre con aplomo. «Qué pasada», dijo una espectadora con razón.
Accede todo un mes por solo 0,99€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.