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La Bien Querida es el alias bajo el que se esconde desde hace 17 años Ana Fernández-Villaverde, bilbaína de nacimiento pero afincada en Madrid, donde ha desplegado una carrera musical con la que atesora ocho discos de estudio. Las iniciales de su nombre artístico titulan su nuevo trabajo, 'LBQ', donde regresa a los orígenes indie y a su sello más característico a la hora de construir canciones. Son 11 temas compuestos desde la guitarra a los que ha añadido una producción y arreglos muy cuidados a base de sintetizadores y capas de voz. Lo estrenará en directo en Bilbao el próximo 12 de abril en el marco del Kariña Fest, que celebra su primera edición en Miribilla.
– Ha bautizado el álbum con sus propias siglas. ¿Es su trabajo más personal o representativo?
– La verdad es que no me pienso mucho los títulos de los discos, simplemente tuve un impulso de llamarlo así porque era como una vuelta a los inicios en cuanto a sonido. Y así se ha quedado.
– Pero es un hecho que es un trabajo intimista y egoísta en el buen sentido de la palabra.
– Sí. No he querido hacer un disco muy pretencioso como el anterior, 'Paprika', en el que exploré sonidos latinos. Este nuevo disco es quizás más pequeño. Lo que quería era hacer una oda a lo cotidiano, a las cosas pequeñas, a la rutina.
– Será un disco pequeño pero musicalmente está muy elaborado.
– Sí, es muy rico, no estamos hablando de guitarra y voz. Todas las canciones están muy pensadas, he intentado que cada una de ellas te sumerja en un mundo diferente, que cada canción tenga vida propia.
– Que cada canción cuenta una historia se ve claro desde el arranque con 'Ni bien ni mal', con ese deje apático en la letra.
– No es tanto apático sino reivindicar el estar normal. Hoy en día, con todas las redes sociales, parece que hay que estar siempre o súper bien o súper mal, es todo muy extremista. Esta canción es una oda a estar normal, que también está bien. También defiendo la necesidad de introspección, de examinar nuestros pensamientos en el mundo que estamos viviendo, que es muy loco.
– En el siguiente tema, 'Podría haber sido', fantasea con otras posibles vidas o existencias.
– Juego con dos sentimientos. Por un lado, estar triste pensando en la otra persona, y después, fantasear con otras vidas que podíamos haber tenido.
– En el disco predominan guitarras y sintetizadores. ¿Cómo ha compuesto los temas?
– Todas están construidas con guitarras y luego añadimos los sintes como arreglo, como riffs característicos de las canciones. Pero yo compongo con la guitarra.
– Sigue habiendo trazas de ritmos latinos como la cumbia de 'Noche de bodas'.
– Sí, el ritmo de cumbia tiene que ver con la letra, en la que canto 'por ti dejaría la salsa'. En este tema he querido meter un poco de rollo urbano.
– ¿Hasta qué punto le llaman estos nuevos géneros urbanos?
– Hay cosas que me pueden gustar, otras menos. Lo que pasa es que tampoco voy ahora a meterme a tope en eso. Bueno, vete tú a saber, igual me animo (ríe). Al final yo creo que en todas las músicas siempre hay algo interesante.
– Ha vuelto a trabajar con David Rodríguez como productor. ¿Cómo es grabar con el padre de su hija?
– Pues muy bien, porque nos llevamos bien y, sobre todo, porque musicalmente conectamos bastante. Este disco lo hemos hecho mano a mano.
– A su hija precisamente le dedica el último tema del disco, 'Una estrella', un canto de amor incondicional.
– Es una canción que habla del paso de la niñez a la adolescencia. Está pensada para cuando sea mayor y entienda el significado profundo de la canción. Quería que tuviera un recuerdo bonito, pero no que sea la típica canción infantil, sino algo más profundo.
– No hay colaboraciones en este disco, lo que hoy en día parece una excentricidad.
– Es que me gusta un poco llevar la contraria. Por eso digo que es un disco pequeño, porque ahora todo el mundo va a lo grande, con canciones para festivales y estadios. Yo paso de las colaboraciones, es que no me cuadraba ninguna y no me gustan las que son metidas con calzador, que sabes que es algo súper falso.
– Sin embargo, estrena la gira en un festival, el Kariña Fest del Bilbao Arena.
– Sí. Será nuestro primer concierto de presentación del disco, la primera vez que tocamos las canciones. Voy con la banda con la que llevo ya años, somos seis en el escenario, bastantes músicos, algo que tampoco se lleva mucho hoy en día.
– ¿El indie en España ha muerto de éxito?
– Es tal cual. El 'mainstream' ha absorbido al indie y ya no queda indie real apenas. Los promotores vieron que la música independiente funcionaba y ahora te venden como indie la música de autor y de calidad, como para distinguirla un poco del 'mainstream'. Pero, claro, un festival de 15.000 personas ya no es indie.
– ¿A nivel profesional, esto le ha beneficiado?
– Bueno, yo vivo de la música y me ha favorecido el hecho de que ahora la gente tenga costumbre de ir más a conciertos, algo ha cambiado socialmente, hay mucha más asistencia a la música en vivo. En cualquier caso, sigue siendo complicado, porque la música pop, en la que yo estoy, en el fondo no deja de ser una cosa de jóvenes y mantenerse es difícil cuando hay muchísima oferta y cada día se publican muchísimos discos. Hay que estar con el pico y la pala, trabajando muchísimo.
– Seguramente en Madrid habrá tenido más oportunidades que si se hubiera quedado en Bilbao.
– Eso lo tengo clarísimo. Hay muchos eventos y promoción en Madrid, y si no estás aquí, no te enterarías y sería todo mucho más complicado.
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