La conexión de Arde Bogotá con su público cada vez más y más numeroso es digna de estudio. En apenas tres años y dos discos han conseguido un éxito arrollador que parece estar lejos de tocar techo. En su vitrina cuentan ya con un Ondas ... a Fenómeno Musical del Año y hace un par de semanas estuvieron en la ceremonia de los Latin Grammy en Sevilla con una doble nominación. Este jueves la banda de Cartagena reventó la sala Santana con entradas agotadas desde hacía meses y una declaración de intenciones: «Hemos venido a Bilbao a hacer rock y a bailar».
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Salieron a escena con la primera frase que se conoció de su esperado segundo disco: «Soltad a los perros porque me he escapado». Griterío generalizado y una nube de móviles en alto que habrían puesto cardíaco al gruñón y analógico de Bob Dylan. Lo dicho, conexión al instante. Más guitarreros aún que de costumbre gracias a la incorporación en los conciertos del guitarrista Pedro Quesada, dieron un bolo intenso en el que se cantó absolutamente todo.
'Abajo', 'Besos y animales', 'A lo oscuro'... fueron intercalando temas de sus dos discos con Antonio García ejerciendo de frontman que parece llevar ya media vida sobre un escenario. Ha ido ganando galones a medida que han sumado kilómetros a su furgoneta.
«¿Estáis preparados para saltar. Es imprescindible que se caiga la sala abajo?». Era el momento de 'Que vida tan dura', uno de esos temas cuyo estribillo puedes tardar una semana en sacártelo de la cabeza. Rescataron 'Quiero casarme contigo', una canción que hace tiempo que no llevan al directo. De aquel primer disco 'La noche' es también 'Millennial', que «habla de la evolución del grupo, en gran parte, gracias al apoyo de la gente. La compusimos en un polígono y ahora la traemos a esta sala».
Su segundo disco 'Cowboys de la A3' habla de historias de carretera, «son doce viajes en doce canciones». La última, «el viaje de retorno, el del dolor y la pena», es 'Salvación', una balada que en directo siempre arranca alguna lágrima. Bilbao no fue una excepción. «Es una canción de túneles negros imposibles de atravesar y de la gente que se pierde en ellos», con frases tan potentes como «me duele el pecho de amor». Y claro, la gente se emociona.
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Cambiaron radicalmente de tercio con la gamberra 'Sinvergüenza', que grabaron, por cierto, junto a Dani Fernández, el cantante que ganó el Ondas a mejor fenómeno un año antes que ellos. 'Cowboys de la A3' subió el volumen de los coros del público y 'Escorpio y sagitario' ayudó a soltar la rabia. La magia llegó con 'Virtud y castigo', con el público cantando en solitario «ooooh, oooooh» y la banda celebrando esa espontaneidad.
El bis arrancó mucho más pausado que el resto del concierto. 'Copilotos' comenzó con Dani Sánchez con la guitarra acústica y Antonio García apoyado en su pie de micro. Continuaron con 'Exoplaneta', que suena a himno con aires de rock clásico desde la primera escucha y que «ayudó a hacer camino y un hueco en las orejas de algunas personas». Con 'Antiaéreo', su primer tema publicado dieron un «eskerrik asko infinito» y terminaron la fiesta por todo lo alto. Antonio García bajó entre el público con 'Cariño', cerrando el círculo ya que invita a pasar la noche bailando.
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