Borrar
Destacó desde niña y gracias a unas mecenas barceloneses logró educarse en la lírica.

Ver fotos

Destacó desde niña y gracias a unas mecenas barceloneses logró educarse en la lírica. efe

Montserrat Caballé, la gran diva que no quería serlo

La legendaria soprano, que abordó con su técnica impecable más de cien grandes papeles, muere a los 85 años

Sábado, 6 de octubre 2018

Montserrat Caballé, una de las mejores voces de la lírica mundial en la segunda mitad del siglo XX, murió ayer a los 85 años. Llevaba días ingresada en un hospital de Barcelona debido a un problema de vesícula que se había sumado a otros males, incluido un ictus, que la aquejaron en el último tramo de su vida, obligándola a pasar varias veces por el quirófano y a cancelar no pocos de los últimos compromisos para subir a un escenario. Su figura estaba ya en la historia del bel canto aunque también bordó papeles compuestos por otros compositores, desde la Arabella de Strauss -el rol con el que debutó en el Liceo, el teatro que la tuvo como diosa durante décadas- a otros, de Mozart y Wagner a Verdi.

Hija de una familia humilde, su carrera fue como un cuento de hadas. Gozó de la protección de dos adineradas familias catalanas que financiaron su formación porque vieron en ella, desde muy temprana edad, un potencial enorme que no podía desperdiciarse por falta de recursos. «Quería ser cantante para pasar menos hambre, tener una vida mejor y ayudar a los míos», confesó la voz que no pretendía llegar a ser una gran diva.

Pero desde el primer momento asombró a sus maestros con una voz cristalina, unos agudos muy brillantes y unos pianísimos que parecían inverosímiles. Como pasa tantas veces, el descubrimiento mundial de su talento llegó por una sustitución. Había cumplido 33 años unos días antes, ya había debutado en el Liceo y su carrera progresaba bien pero sin alcanzar una gran notoriedad, cuando tuvo que sustituir a toda prisa a Marilyn Horne en el Carnegie Hall de Nueva York.

El público la recibió con una mezcla de expectación por la novedad y recelo porque en general las sustituciones se hacen con artistas de menos nombre, pero al acabar aquella 'Lucrezia Borgia' de Donizetti había nacido una gran estrella. Algún diario, presa del entusiasmo, llegó a decir que era una mezcla de Callas y Tebaldi. La soprano de Barcelona llamó a las puertas del Olimpo y se le abrieron de par en par. Tanto es así que Callas llegó a proclamarla -cuando ella ya se había retirado, no antes- su sucesora.

A partir de ahí, los mejores coliseos del mundo no pararon de pujar por ella. En su trayectoria, con más de cien papeles, no falta apenas ninguna gran sala. Como tampoco faltan directores para sus apariciones estelares en el escenario y para las grabaciones como Karajan, Abbado, Levine, Mehta, Muti y tantos otros.

En su última actuación en Bilbao, junto a su hija.

Las reacciones

  • Ainhoa Arteta (Soprano) «Tenía una técnica impresionante y la admiraba por todo, como soprano, como mujer y como madre»

  • Plácido Domindo (Tenor) «Recibo la noticia con mucha tristeza. Era una gran cantante española, catalana, de gran calidad humana»

  • Josep Carreras (Tenor) «De todas las sopranos que he escuchado en vivo, no he escuchado nunca a ninguna cantar como ella»

  • Bryan May (Guitarrista de Queen) «Fue una inspiración para todos nosotros, pero especialmente para Freddie. Tu maravillosa voz siempre nos acompañará»

  • Raphael (Cantante) «Hoy te fuiste a cantarle a los ángeles. ¡Te quedas para siempre en mi corazón y en el de millones de gentes!»

  • Casa Real «Era la Caballé, la gran señora de la ópera, leyenda de la cultura universal, la mejor entre los mejores y capaz de descubrir nuevos espacios de creación»

Impacto popular

De Pavarotti dijo que era casi como un padre para ella. Con Carreras tenía una química irrepetible. Con Domingo consiguió récords de asistencia a espectáculos y de ventas de discos. Junto a estos dos últimos, Alfredo Kraus, Teresa Berganza, Victoria de los Ángeles y Pilar Lorengar ganó el Príncipe de Asturias de las Artes de 1991, que distinguió a una generación de cantantes españoles de ensueño.

Pero su fama y el impacto popular de su voz no se quedó ahí. Muchas personas que no han visto jamás una ópera ni tienen un disco de lírica recordarán a Montserrat Caballé cantando 'Barcelona' junto a Freddy Mercury, un tema que dio la vuelta al mundo. No fue su única incursión en terrenos alejados de la lírica. También hizo una espléndida versión de 'Hijo de la luna' de José María Cano y llegó incluso a cantar con Sara Montiel 'La violetera' en otro álbum que recibió numerosos galardones y vendió decenas de miles de ejemplares.

Con Sofía Loren.

Su legado

  • Pionera. Desde su debut en 1955 hasta su retirada con 80 años cantó en unas 4.000 representaciones en los grandes teatros.

  • Premios. Su Grammy de 1969 brilla en supalmarés junto alPrincipe de Asturias de las Artes.

  • Himno Olímpico. La cancion 'Barcelona' qure grabó con el líder de 'Queen', Freddie Mercury, acabó siendo el himno oficial de las Olimpiadas de Barcelona en 92.

Hasta bien avanzados los noventa, acumuló éxitos, premios (el Nacional de Música, la Medalla de Oro de la Generalitat) y actuaciones memorables. Luego, el desgaste de la voz y una salud delicada la apartaron de la ópera aunque siguió actuando en recitales, muchas veces acompañada de su hija, Montserrat Martí.

Caballé no pudo, no supo o la dejaron retirarse, y los últimos años sobre los escenarios no aportaron nada a su excelsa carrera. Recitales con canciones y arias cada vez menos exigentes, cancelaciones frecuentes o ejercicios de verdadera impotencia, como el que protagonizó en su última actuación en Bilbao, en enero de 2015, donde hubo de reconocer ante un Arriaga que se había llenado para despedir a su ídolo, que «estaba muy jodida».

De fondo, un juicio por defraudación fiscal que se cerró con una multa de 240.000 euros y una pena de seis meses de prisión. Nada de esto último quedará en los anales de la lírica. Lo importante ya está escrito hace tiempo. Fue una excelsa Norma, a la altura de Callas, y dejó su impronta en muchos otros roles líricos. Lo demás es hojarasca.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elcorreo Montserrat Caballé, la gran diva que no quería serlo