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El pasado martes, en la cita del Día del Libro, el tradicional recinto de la calle Berastegui se quedó pequeño para acoger a todas las librerías que quisieron participar en la jornada. Fueron un total de 23 las que estuvieron presentes, todo un récord para ... una fecha en la que años anteriores los participantes no pasaban de la quincena. ¿Se puede hablar ya de un auge de librerías en Bizkaia? A buen seguro, sobre todo en lo que se refiere a negocios independiente, especializados e incluso de nicho.
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¿Qué es lo que ha pasado para este resurgir del negocio del libro? Las razones son varias, desde el comercio de proximidad que un perfil de cliente busca cada vez más, a los hábitos de lectura que revivieron con la pandemia o a la creciente publicación de títulos de lo más variopintos en un sinfín de editoriales de diversos tamaños y géneros. Y, sobre todo, a que, aunque suene paradójico en un mundo digital que especula siempre con la muerte del papel, la librería puede ser hoy en día un negocio rentable. Buen ejemplo de ello son librerías como La Saturnina, Libros de Ruta, La Ilusa, Naubis, El gnomo de Amelie, Anti o Louise Michel.
Más allá, esta eclosión de negocios independientes y de barrio tiene en buena parte a mujeres como impulsoras, en un sector que hasta hace poco había sido patrimonio de los hombres y en el que escaseaban las libreras. Y, sobre los rasgos que comparten estas nuevas librerías, destaca la voluntad de crear comunidad y de reflotar la vida de barrio.
Y es que, como expresa el nuevo presidente de la Asociación de Libreros de Bizkaia, Javier Cámara, las librerías son «plazas culturales» necesarias para vertebrar a las personas con su ciudad.
Librería y a la par espacio cultural, La Saturnina abrió las puertas en Basurto hace tres años, y se ha consolidado en un barrio revitalizado tras el derribo del 'scalextric' de Sabino Arana y a escasos metros de La Perrera, centro sociocultural en el que se encuentran, entre otras, las oficinas de Zinebi. Todo este caldo de cultivo ha favorecido a un negocio que se ha afianzado hasta tal punto de que ya prepara su expansión a un segundo local situado en la aledaña calle Zunzunegui.
Vanessa Lara, barcelonesa afincada en Bilbao y socia del negocio, explica a EL CORREO que la zona de Basurto y San Mamés «necesita servicios más allá del fútbol» y de ser un nudo de transportes. «Somos una librería con un fondo diferente y funcionamos también como espacio cultural con clubes de lectura, presentaciones, monográficos, actividades literarias...», enumera.
Precisamente para ampliar dichas actividades y ampliar el fondo se han expandido al nuevo local, que se llamará La Saturnina Colometa, en homenaje a una de las protagonistas del libro de Mercè Rodoreda 'La plaça del Diamant'. El negocio funciona en buena medida con el boca a boca y ya no solamente acude gente del barrio, sino de todas partes de Bilbao. Aún así, su propietaria deja clara la importancia de estar enraizados al entorno: «Hacemos militancia de barrio».
Ahora, con la entrada de una nueva socia en el negocio y la ampliación al local de la calle Zunzunegui, La Saturnina busca diversificar su actividad y, mientras el fondo principal estará en la librería de Novia Salcedo, el nuevo espacio de Zunzunegui permitirá la ampliación de actividades, presentaciones y de un club de lectura que se quedaba pequeño en el local actual. Todo ello sin perder las esencias y la vinculación a la vida del barrio de Basurto, espíritu fundamental de La Saturnina.
Una de las últimas novedades del panorama librero en Bizkaia, El Gnomo de Amelie abrió sus puertas el pasado septiembre en Bagatza (Barakaldo) con el objetivo de dar un servicio cultural al barrio, con un catálogo generalista por el momento, pero con espíritu de librería independiente e intención de crear comunidad. Y, de momento, parece que lo han logrado, con un club de lectura que alcanza casi la veintena de socios y ha obligado a doblar las sesiones semanales.
Así lo cuenta Nerea Marsal, que junto a Yolanda Ramiro regenta este local cuyo nombre proviene del gnomo viajero de la ya clásica película francesa y que, según explica su propietaria, invita a viajar con los libros sin salir de casa.
«La gente del barrio nos dice que echaban de menos una librería de cercanía y en la que puedan encontrar recomendaciones», narra Nerea, que con esta apuesta y junto a su socia ha logrado cubrir un vacío que existía en esta zona de Barakaldo, huérfana de una librería de proximidad en la que el cliente se sienta como en casa y vuelva con asiduidad. «Al principio asusta hacer recomendaciones por el miedo a fallar, pero cuando aciertas y el cliente queda contento es una satisfacción», incide Nerea.
Asimismo, celebra que con el club de lectura, las firmas y las presentaciones de libros en El Gnomo de Amelie han logrado una comunidad «que es como una piña» y que incluso les echa una mano en las ferias a las que acuden, como la de estos días en la Herriko Plaza de Barakaldo.
Las socias se desdoblan y en la cita baracaldesa atiende estos días Yolanda, mientras que también estuvieron presentes el pasado martes en el Día del Libro. ¿El próximo objetivo? La Feria del Libro de Bilbao el próximo junio en El Arenal, que prevé convertirse en otro encuentro multitudinaria con la literatura y las nuevas librerías.
La de Naubis es una de las propuestas más 'underground' y fuera del circuito de las que se han visto en Bizkaia en los últimos años. Se autodefinen como la 'librería solarpunk' de Bilbao, abrieron el pasado julio en un local de Basarrate (calle Santa Lucía, 11) que ellos mismos acondicionaron con mucho detalle y gusto, y su propuesta se mueve entre la ciencia ficción, la ecología, la botánica y la fantasía; es decir, una selección perfecta para convertirse en una 'librería nicho' de referencia.
Fundaron el negocio y lo regentan Pablo Martínez y Eva Ruiz, dos jóvenes de Cuenca que se afincaron en Bilbao en 2015 y a quienes mueve el propósito de «imaginar futuros sostenibles» a través de los libros, a modo de soluciones para los retos globales. Pablo enumera las secciones del amplio catálogo del que disponen: cuidados, ciencia ficción, sexualidad, juvenil, infantil…
Y, como librería 'underground' que se precie, Naubis se abre a fondos más oscuros como la brujería, el tarot o el esoterismo, vinculados también con el alma ecologista de la librería en secciones como la de 'magia verde': «La gente tiene mucha curiosidad por estos temas y funcionan muy bien».
Pero Naubis no se cierra a asuntos más terrenales y destacan en su colección títulos políticos y feministas. Respecto a las actividades, cuentan con dos clubes de lectura, uno de ciencia ficción y otro de temática LGTBI+. Más allá, Pablo y Eva ceden gratis el local para otros eventos y presentaciones de libros, haciendo gala de un espíritu altruista y del 'do it yourself'.
¿Pero y las cuentas qué? Pues, pese a dirigirse a un público nicho y a estar en una localización fuera del circuito habitual, el negocio va dando rendimiento según pasan los meses. «Hemos dejado de meter dinero y la librería empieza a funcionar por sí sola», celebra Pablo.
Esta librería situada en Gordoniz junto a la rotonda de Amezola apuesta por la especialización deportiva y, aunque su apuesta inicial fue por la edición de libros sobre ciclismo, el negocio de Libros de Ruta se expandió a todo tipo de deportes con la apertura de la tienda hace tres años y se ha convertido en una referencia para todo tipo de clientes interesados en este ámbito.
Su gerente, Eneko Garate, narra cómo se fueron abriendo tanto a deportes más masivos que el ciclismo, como el fútbol o el baloncesto, como a otros más minoritarios pero que cuentan con una notable producción literaria, véase el boxeo o el surf. «Vendemos todo tipo de géneros, biografías, crónica… pero cada vez hay más ficción literaria y novela gráfica deportiva», añade el fundador de una librería «nicho».
El perfil del comprador de Libros de Ruta es de entre 35 y 50 años y mayormente masculino, aunque Eneko destaca que cada vez hay más clientas, en sintonía con la creciente profesionalización del deporte femenino. Con ciertos «altibajos» según las temporadas, la de esta librería es una carrera de fondo. «Aunque ya se podían vender libros tan bien como se venden libros de carbono», ironiza su propietario.
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