Una gran coleccionista de arte negocia con la Diputación la apertura de un museo en Bilbao

La Fundación para las Artes Cisneros Fontanals (CIFO) ya había demostrado su interés por contar con una sede permanente en España, pero la primera opción -el complejo de Tabacalera en Madrid- no llegó a culminar tras nueve años de negociaciones. En 2018, Fontanals-Cisneros y el entonces ministro de Cultura, Iñigo Méndez de Vigo (PP), firmaron un preacuerdo para la donación de más de 400 obras y el préstamo a largo plazo de 600 más que integrarían la Colección de Arte Contemporáneo de las Américas. Sin embargo, al año siguiente su sucesor al frente del ministerio, José Guirao (PSOE), comunicó a la fundación que no sería posible materializar el proyecto en esos términos.

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Tras lo que calificó como una «gran decepción», la empresaria reafirmó su interés en traer a España parte de su colección personal, que inició a principios de los 70 y en la actualidad se compone de unas 3.000 obras. «Nuestra intención es explorar nuevas vías de financiación privadas con el fin de analizar diferentes opciones y posibles asociaciones», declaró entonces. Aunque en principio se centró en Madrid, donde tiene una de sus residencias, posteriormente amplió el foco a otras ciudades. «Hubo un acercamiento con algunos ayuntamientos después de que se cerrara la negociación con el Gobierno, pero por el tema de la pandemia muchas cosas han quedado en el aire», dijo en una entrevista a finales de 2020.

Su acercamiento a Bilbao ha empezado a concretarse después del verano con la participación directa de Fontanals-Cisneros, que ha difundido en sus redes sociales fotografías de su estancia en el Guggenheim y la Casa de Juntas de Gernika en compañía de familiares y asesores. Su influencia y el prestigio de su colección, que abarca cuatro áreas -la abstracción geométrica de América Latina, el arte contemporáneo internacional y latinoamericano, el vídeo y la fotografía moderna y contemporánea-, le abren puertas en las instituciones, aunque los contactos se llevan con discreción.

Altos cargos de la Diputación y la propia mecenas, arropada por su equipo, han mantenido varias reuniones en busca de un acuerdo, en unas conversaciones confirmadas por un portavoz foral autorizado a este periódico. Los encuentros han contado con el asesoramiento profesional de un prestigioso arquitecto y se ha realizado un estudio previo de viabilidad económica por parte de una conocida consultora. Los primeros pasos orientan el proyecto hacia Zorrozaurre, donde residen buena parte de las aspiraciones de Bilbao en materia de urbanismo, vivienda, innovación y cultura.

La isla ofrece amplitud de espacio, con abundancia de suelos de titularidad pública, para un proyecto ambicioso. Según los datos a los que ha tenido acceso EL CORREO, en lugar de rehabilitar uno de los pabellones en desuso se plantea la construcción de un edificio de nueva planta compuesto por tres bloques dedicados a distintos aspectos . Uno de ellos profundizaría en el arte de la diáspora vasca, otro exploraría la relación entre arte y tecnología y el tercero alojaría una muestra representativa de las creaciones de artistas latinoamericanos. Aquí también se reservaría espacio para funcionar como almacén de otros museos y colecciones, lo que aportaría una fuente de ingresos al nuevo centro cultural.

La apertura de un gran museo en Zorrozaurre es una vieja aspiración que hasta ahora no ha llegado a concretarse. «Quién sabe si llegamos a un acuerdo con el Gulbekian, el Prado o el Pompidou lo mismo que llegamos a un acuerdo con el Guggenheim», decía Azkuna en 2008, cuando empezó el derribo de naves industriales en la zona.