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Getxophoto nos recuerda que no podemos permanecer disponibles las 24 horas del día. «Nos han inculcado la idea de eficiencia como trabajadores, pero también como consumidores de cultura. Parece que la condición contemporánea reside en estar pendiente de todo». El festival de la imagen llega ... a su decimoséptima edición bajo el lema de la pausa, «desde una perspectiva social y colectiva», aseguró ayer María Ptqk, la comisaria de este nuevo encuentro. El reflejo en la vida cotidiana de esta situación de demanda constante tiene su reflejo en las muestras seleccionadas. Muchas de ellas tienen que ver con el desarrollo de los nuevos medios. «Nos habían dicho que nos liberarían y proporcionarían tiempo, cuando lo cierto es que ellos imponen su ritmo», asegura la nueva responsable.
La nueva edición incluye 24 proyectos con abundancia de propuestas de carácter ecológico y la sugerencia de que queremos llegar a todo, pero tenemos la sensación de no llegar a nada. La cita nos sugiere el relax con un amplio dispositivo. Desde hoy y hasta el próximo 25 de junio, la convocatoria despliega un amplio programa que incluye exposiciones de 22 artistas internacionales tanto en salas como en espacios al aire libre de la localidad vizcaína. Entre otros nombres importantes, hallamos a Hannah Collins, Stephen Gill o Mitsutoshi Hanaga, o M'hammed Kilito, uno de los vencedores de la convocatoria Open Calle Internacional.
La cita ofrece actividades para especialistas y aficionados. La décima edición de su Encerrona permitirá un encuentro con expertos de la fotografía y este sábado está previsto su tradicional y multitudinaria visita guiada con los artistas que partirá a las 11.00 de la Plaza San Nicolás. Entre otras iniciativas, se anuncia una performance a cargo de la artista Julieta Tarraubelle, presentaciones, recorridos diurnos y nocturnos, paseos privados e, incluso, la posibilidad de degustar un par de helados 'ad hoc', uno de sabor fresco y otro dirigido al gusto adulto, para disfrute de la gran convocatoria fotográfica que anuncia la llegada del verano.
El mercado de Algorta reúne varias exposiciones y el original punto informativo y tienda del festival, situados dentro de un puesto más y con el género a la vista. La imbricación en el entorno es una de las claves de Getxophoto. Las fachadas de entidades como la oficina de Correos, el Casino, los comercios locales y la hostelería, participan de este encuentro y amplían extraordinariamente su capacidad de exhibición.
La crisis climática y otras vertientes ecologistas suelen ser abordadas en las imágenes exhibidas en la gasolinera abandonada de Algorta. Las instantáneas del brasileño Lucas Bambozzi, mimetizada con el entorno silvestre, despliegan una irónica metáfora alrededor de la respuesta de la naturaleza a la rapiña del hombre. Los vehículos colgados de los árboles son rehenes de un medio vejado que practica una suerte de revancha salvaje hacia el individuo y sus creaciones.
El sentido lúdico y la participación ciudadana son otras señas de identidad de Getxophoto. Durante todo el mes de junio, los gritos demandando una pausa romperán la atmósfera habitual del mercado. Los vociferantes serán aquellos espectadores que participen en el Pausómetro, un artilugio creado por el colectivo Gheada que recompensa con una foto a aquellos que superen los decibelios requeridos al reclamar, simple y llanamente, una pausa.
El edificio de Punta Begoña, uno de los espacios emblemáticos del festival, acogerá dos muestras reivindicativas especialmente originales. El documentalista marroquí M'hammed Kilito denuncia en sus piezas la progresiva desertización del país y la desaparición de los oasis, mientras que el italiano Mattia Balsamini nos advierte contra la contaminación lumínica, responsable de la alteración de los ciclos de luz y la degradación de los ecosistemas.
La contestación ecologista tuvo un precedente en Japón durante los años setenta. Los Jusatsu Kito Shudan o 'monjes que traen la maldición' protagonizaron acciones contra los dueños de las empresas más contaminantes del país para denunciar las enfermedades provocadas por un proceso descontrolado. El reportero gráfico Mitsutoshi Hanaga reflejó este movimiento y fotografió a las víctimas de la polución fabril. Las obras retratan el agudo contraste entre la atmósfera tradicional nipona de los clérigos y la globalizada de las firmas envueltas en humo.
Las personas, sus residencias y posesiones, aparecen plastificadas al vacío en las imágenes de Photographerlhal. El muelle de Ereaga exhibirá esta interpretación delirante de nuestra exposición a las redes sociales, allí donde competimos para ser consumidos proporcionando una vertiente idealizada de nosotros mismos. «Existe una carrera para ocupar el espacio visual de los demás», aseguró la comisaria María Ptqk.
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