Pese a que la mayoría de los invitados a los festejos del 25 aniversario del Guggenheim llegaron por carretera o en vuelos regulares, las pistas del aeropuerto de Bilbao han visto desfilar estos días a un buen número de reactores privados y aerotaxis. Un trasiego ... que comenzó el viernes y terminará a lo largo del día de hoy, cuando la práctica totalidad de los asistentes (siempre habrá alguno que aproveche para quedarse unos días para conocer más a fondo Euskadi y su entorno) cogerá su avión de vuelta a casa.
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Hasta primera hora de la tarde de ayer, el número de aterrizajes y despegues de vuelos privados en 'La Paloma' había sido de 28 en sólo cuatro días, según apuntaron fuentes relacionadas con este tipo de aviación ejecutiva. Y se espera que hoy haya un tráfico de salida muy importante. A nivel oficial, el aeropuerto guarda silencio sobre este tipo de operaciones por una cuestión de protección de datos de sus clientes, pero este diario ha podido conocer algunos detalles curiosos de lo sucedido en las pistas de Loiu estos días.
Por ejemplo, que el máximo responsable de la Fundación Guggenheim, Richard Armstrong, pisó el suelo vizcaíno ya el sábado. Y que hubo un invitado o un grupo de ellos (no se sabe cuántos ni su identidad) que tuvieron un contratiempo con su avión. Y es que de Boston partió hacia Bilbao el domingo un Bombardier Global 6000, un 'pájaro' capaz de cruzar el Atlántico a una velocidad de crucero de 907 kilómetros por hora. El plan de vuelo original era aterrizar en Loiu en unas pocas horas, pero el aparato, con capacidad para unas 15 personas, tuvo que desviarse a San Juan de Terranova, un aeropuerto del extremo oriental de Canadá.
Por las pistas de 'La Paloma' han pasado estos días aviones privados procedentes de ciudades como Lieja (Bélgica), Nueva York, Toulon (Francia), Basilea (Suiza) y la éxotica Brazzaville (capital de la República del Congo). Y se han podido ver aparatos muy exclusivos y singulares, desde un pequeño Pilatus PC-12 a un enorme CRJ-200 y un reactor Cessna 560XL Citation XLS.
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No es la primera vez que Loiu es escenario de un desfile de aviones privados de este calado. De hecho, 2022 está siendo un gran año para la aviación ejecutiva en Bilbao. El aeropuerto va a batir su récord de movimientos de este tipo de tráfico, con cerca de 800 aterrizajes y despegues. Con todo, el despliegue con motivo de los festejos del Guggenheim no alcanza el trasiego que hubo en noviembre pasado con la cumbre de empresarios (European Round Table), cuando se contabilizaron 56 movimientos en tres días.
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