El Bellas Artes adquiere un Fortuny que presentará en una exposición en Sevilla

La panorámica de la Maestranza nos permite contemplar también la torre de la Giralda. La luz natural, blanca y cegadora, asume el protagonismo de la escena representada, resalta el color del albero y sugiere una atmósfera sofocante. «El lienzo fue ejecutado en 1870, al final de su carrera en el taller de Roma, en la línea plenairista y cuando ya se prefiguraba el impresionismo», indica. El artista sacrifica los detalles arquitectónicos y decorativos a esa omnipresencia que divide cromáticamente el paisaje entre la zona de sombra, en primer plano, y los tendidos al sol, convertidos en manchas oscuras.

Fortuny está considerado el artista español más importante del siglo XIX tras Goya. La obra refleja algunas de las señas de identidad del pintor, como su gusto por la tauromaquia y la influencia orientalista, pero también evidencia las inquietudes estéticas de su última etapa, cuando el autor, que gozaba de gran proyección internacional, quería despojarse de los requerimientos mercantiles y anhelaba mayor libertad creativa. El pintor no puso a la venta esta pieza, fue hallada cuatro años después tras el fallecimiento de su artífice. El Bellas Artes ha desembolsado 250.000 euros para incorporarla a su colección.

La inclusión de 'La plaza de toros de Sevilla' es uno de los alicientes de 'Del Greco a Zuloaga', la exposición que el Museo de Bellas Artes de Sevilla acogerá entre diciembre de 2024 y marzo de 2025. La selección está formada por veintiocho piezas que constituyen un compendio de pintura española. «Hemos seleccionado ejemplos de la mayor calidad y muy representativos de su época y escuela», aduce el comisario y apunta que la mayoría está firmada por maestros de pintura antigua. «Queremos dar cuenta de nuestra identidad y de cómo se ha ido conformando su colección» alega. «Esta propuesta es muy definitoria de lo que es el Museo, aunque no introduzcamos artes decorativas y plástica contemporánea».

El recorrido cronológico se inicia con 'La Anunciación' de El Greco y finaliza en 'Retrato de doña Rosita Gutiérrez' de Ignacio Zuloaga. «La muestra se va a articular en tres ámbitos, naturaleza muerta y paisaje, retrato tanto cortesano como civil, y pintura religiosa, sobre todo de la Contrarreforma, con pintores sevillanos como Murillo, representado por 'San Pedro en lágrimas' y valencianos, caso de Pedro Orrente'. La relación también recoge dos esculturas, 'Dolorosa' de Juan de Mena y 'Calvario' de Juan de Ancheta.

La voluntad de diálogo entre las obras exhibidas y los fondos permanentes del Museo de Bellas Artes de Sevilla resulta patente. «Llevaremos dos lienzos de Zurbarán y 'La Sagrada Parentela' de Francisco de Herrera el Viejo porque allí hay una relación espectacular de obras de este autor. No se trata de la primera colaboración de relevancia entre las instituciones vasca y andaluza. El proyecto 'El joven Murillo', comisariado por Benito Navarrete, fue el primer fruto de la colaboración y dio lugar a sendas exposiciones en ambas ciudades entre los años 2009 y 2010.