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La getxotarra Inés Basterra triunfa en redes con sus recetas caseras y saludables. 'Hoy Comemos Sano'

Inés, la getxotarra de las recetas caseras y saludables ('Hoy comemos sano')

Inés, la getxotarra que arrasa en redes con sus recetas caseras y saludables

Esta emprendedora, alma máter del blog 'Hoy Comemos Sano', lleva cinco años viviendo en Cádiz pero no olvida sus raíces vascas en las propuestas sanas que presenta diariamente en Instagram

Martes, 21 de marzo 2023, 18:44

Antes de embarcarse en esta vorágine de crear recetas diariamente, Inés Basterra trabajaba en una agencia de publicidad en Madrid. «Me destinaron a Bilbao para liderar un proyecto para toda la zona norte, enfocado a digitalizar pequeñas empresas. Durante ese periodo de tiempo, hice un ... Máster de Marketing digital, y como trabajo de fin de curso, realicé un blog sobre gastronomía. Intuí que podría funcionar y decidí hacerlo real», cuenta Inés desde su casa en el Puerto de Santa María. Esa Semana Santa de 2013, su cuadrilla de Las Arenas se preguntaba dónde estaba y por qué les estaba dando esquinazo en todos sus planes. Esta emprendedora se encontraba inmersa en la creación del blog de forma autodidacta, ayudándose de todos los tutoriales posibles hasta que su idea vio la luz diez días después. Esa libreta de recetas que le había acompañado tantos años ya podría ser leída. «Seguía compaginando mi trabajo con mi 'hobbie', pero notaba que cada vez tenía más peso en mi vida y que estaba deseando volver a casa para ponerme con mis recetas. Fue alucinante y vertiginoso porque cada día tenía más visitas. Ahora lo pienso y tiene un punto de locura divertida, pero hay que verse en ese momento», reflexiona la getxotarra, que hoy supera los 747.000 seguidores. Inés se ha metido en el bolsillo a los cocinillas con la naturalidad y sencillez con la que presenta sus recetas divertidas, actuales y originales.

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En el verano de 2017, cuando Inés estaba en Cádiz en la casa de sus aitas recién jubilados, tuvo una revelación en una playa paradisiaca cerca de Bolonia. «¿Y si me quedo en este lugar tan ideal y, además, intento que mi afición se convierta en mi profesión?», se aventuró Inés. Y qué bien le ha salido su apuesta. Además de capitanear un proyecto de éxito, el mar de Andalucía le trajo el amor. Gracias a unos amigos en común y en una quedada en El Palmar para hacer surf, conoció a Javier, su marido, con quien comparte su pasión por la gastronomía y por coger olas. Él y su familia son los propietarios del conocido catering 'Alda y Terry'. «Desde aquel agosto de 2020, no nos hemos separado. Al cabo de cuatro meses de salir juntos, se vino a vivir a mi casa y dos meses después me pidió que me casara con él, y no lo dudé ni un segundo. Nos casamos en el cortijo antiguo donde viven sus padres, y, como no podría ser menos, el menú corrió a cargo de su empresa familiar. El 'buffet' fue maravilloso, donde no faltaron una buena menestra navarra, gildas, chipirones, solomillo, lubina…», recuerda todavía emocionada sin parar de sonreír.

La premisa fundamental de las recetas de Inés es que sean saludables. En su casa familiar, siempre se ha comido la típica comida vasca, y cuando marchó a estudiar a Pamplona empezó a innovar para que los platos que ya conocía fueran más sanos. Dejó de echar harina a la salsa de albóndigas, utilizaba menos aceite y se hacía los huevos a la plancha… «Empecé a descubrir que había un mundo de comida saludable que no era estar a régimen ni comer una pechuga hervida para cuidarme», afirma Inés. Su curiosidad le llevó a comprarse varios libros sobre alimentación y durante seis meses fue vegana. «Estaba amargada. No tenía fuerzas ni para ir a yoga. Esas restricciones no van conmigo y, además, no me gustan las etiquetas. Creo que comer saludable incluye que de vez en cuando te comas un helado. Yo como sano, sobre todo, verduras, legumbres, carne y pescado y, de vez en cuando, también disfruto de un paquete de patatas. Muchas restricciones nos generan ansiedad y si nuestra alimentación es saludable un 90%, vamos a dejar una ventanita para darnos algún caprichito», explica la 'influencer' gastronómica.

Un truco que utiliza Inés y recomienda a todo el mundo es pensar qué verdura va a comer ese día: coliflor, vainas, calabaza, espinacas… Y luego entra la imaginación de cada uno para que comer verduras no sea algo aburrido. «Intento dar recursos para que estas recetas resulten atractivas al mayor número de personas, las hagan suyas y las modifiquen a su gusto», cuenta. Entre sus recetas preferidas, destaca el puré de purrusalda con calabaza que hacía en casa de sus aitas acompañado de unas anchoas albardadas que comían como si fuesen pipas.

La base de su cocina es el producto, y siguiendo esta premisa sus restaurantes favoritos son el Goizeko, el Kirol y el Zapirain en Bilbao; el Arropain en Lekeitio o la Karola en el Puerto Viejo. En cuanto al dulce, no puede resistirse a un bollo de mantequilla de la pastelería Martina Zuricalday del botxo o un helado artesano de López en Lekeitio.

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Además de sus millones de ideas para cocinar, Basterra también vende los recipientes perfectos para sus recetas, como ensaladeras, fuentes, platos y bowls… Muchos de sus productos provienen de una fábrica de Granada que estuvo a punto cerrar, pero con el auge del trabajo artesanal a raíz de la pandemia, ahora no dan abasto con todos los pedidos que tienen. Un estilo sencillo que al presentarlo en una mesa expresa la naturalidad de la getxotarra. 'La comida en cosas bonitas sabe mejor' es el eslogan de la web y encaja como anillo al dedo con sus propuestas gastronómicas.

En cuanto a sus creadoras de contenido preferidas en Instagram, no tiene dudas. Se queda con Patrizia Vitelli, de 'Foodiario'. «Cuando yo ya tenía bastantes seguidores y ella empezaba, tuve claro que le iba a ir bien, porque comunica muy bien, llega a todo el mundo y tiene una manera muy especial de hacer las cosas», asegura Inés, que también recomienda los perfiles de Instagram 'Las Recetas de MJ' y 'Las María Cocinillas', por su cocina de toda la vida.

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En estos cinco años que lleva viviendo en Cádiz, Inés se ha ido adaptando a las principales diferencias gastronómicas entre el norte y el sur. Por ejemplo, el horario de las cenas. «A veces alucino cuando veo, sobre todo en primavera y verano, que empiezan a cenar a sobre las diez y media u once de la noche. Tienen unas horas supertardías», cuenta. También se ha acostumbrado a compartir una buena comilona de otra forma. «En el sur cuando van a un restaurante comparten todos los platos, desde los entrantes hasta los principales. En el norte, repartimos los entrantes y luego cada uno elige un plato para cada uno», asegura. Y también sabe disfrutar del tipo de cocina, cada una con su encanto. «En el sur les encantan los guisos y los fritos. Y en el norte somos los reyes del producto y la brasa».

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