Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
En Bizkaia Dmoda recogemos cada viernes los testimonios sobre Tinder que llegan a nuestro email bizkaiadmoda@gmail.com. El verano siempre trae consigo bonitas historias de amor como la de Leire, que encontró en Tinder a su futuro marido. También es tiempo de ... amores fugaces como el de Patricia, que se montó en un taxi para plantarse en Vitoria con un chico que nunca volvió a ver. Iratxe, sin embargo, se subió a un avión rumbo a Tenerife, donde animada por unas amigas y alguna que otra cerveza se descargó Tinder, dispuesta a quedar con alguien sí o sí. Hoy te contamos cómo fue el 'match' de esta bilbaína, que ha vuelto de vacaciones con ilusión y con las puertas abiertas al amor. ¿Tendremos una nueva historia con final feliz?
Esta es mi historia, la de una bilbaína de 37 años que cansada del invierno del norte decide ir a visitar a una amiga a Tenerife, tomar un poco de vitamina D y desconectar de la rutina del botxo.
El primer día que salí con sus amigas me hablaron de Tinder y de sus respectivas experiencias. Una de ellas está encantada de la vida, ha conocido a un chico que la tiene loca. La otra ni fú ni fá, queda con alguno pero nada serio. Mi amiga, un desastre total. No quiere ni oír hablar de la dichosa aplicación.
Después de unas cuantas (bastantes) cervezas me picaron: «¡Hazte Tinder! No tienes nada que perder». Así que estando a cientos de kilómetros de mi ciudad me bajé la aplicación con la intención de volver a quitármela una vez pisase suelo euskaldun. Al día siguiente, a la hora de la cena y de nuevo animada por las chicas y las birras, me prometí que no volvería de vacaciones sin haber tenido la experiencia de quedar con alguien y lo conseguí. Cogí el móvil, filtré la edad y puse una distancia de 2 km. Esa noche quedaba con alguien sí o sí.
Hice 'match' con un chico de mi edad. La foto estaba muy alejada pero ¿qué más daba? Solo iba a ser una caña y una experiencia más que contar. Quedamos después de cenar. El chico era alto y parecía majete. Pedimos una cerveza y salimos fuera a hablar. Es madrileño pero vive en Francia por trabajo y, al igual que yo, estaba allí de vacaciones.
Y así, sin darnos cuenta, nos dieron las 5 a.m. Esa misma noche nos besamos y pasamos dos días juntos. Nos dimos los teléfonos y cogí mi vuelo de vuelta a casa. Eso sí, en el mismo aeropuerto cerré la cuenta de Tinder. Ya lo había probado y encima me lo había pasado bien.
Seguimos escribiéndonos por WhatsApp unos meses y en esas conversaciones hablábamos de ir juntos a un festival de música en verano, ¿por qué no volver a vernos? Busqué vuelos y allí me planté. Han sido cinco días de música, risas, besos, confidencias… me lo he pasado genial. Mi cita de Tinder me gusta y me encantaría volver a verle.
Guapo, ¿quieres que esta vez nos veamos en París?
Envíanos tu experiencia en Tinder a bizkaiadmoda@gmail.com
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.