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En Bizkaia Dmoda recogemos cada viernes los testimonios sobre Tinder que llegan a nuestro email bizkaiadmoda@gmail.com. Hace un par de semanas, conocimos la historia de Irune que, muy cabreada, nos contó que un vecino de su pueblo le había tomado el pelo a través de esta aplicación ... . Y la semana pasada publicamos la decepcionante experiencia de Olatz, que asegura que ha podido «tener sexo con casados en Tinder todo lo que hubiese querido y más». Hoy traemos por fin una historia con final feliz, la de Víctor, que tras dos citas fallidas, ¡encontró el amor!:
¡Hola! Me llamo Víctor, tengo 21 años y nunca se me han terminado de dar del todo bien las interacciones con las mujeres, ya que soy un poco tímido. A mis 19 años solo había tenido una pareja/rollo de un mes y se me ocurrió probar si tendría más suerte en Tinder. Mi intención desde un principio ha sido buscar pareja estable.
Soy un poco reticente a publicar fotos en internet, pero en esta aplicación si eres hombre y no tienes fotos no recibes ninguna clase de feedback. Así que publiqué un par de fotos y empezaron a aparecer los primeros 'matches'.
Tras un par de días hablando con varias posibles candidatas, decidí quedar con una mexicana muy mona de 18 años. Creo que notó que no tenía yo mucha experiencia con las mujeres, porque, tras dos días quedando, me dejó de responder sin ninguna razón aparente y no volvimos a vernos. A los dos meses me habló para volver a quedar, pero tras haberme minado la moral anteriormente decliné su oferta.
Pasados cuatro meses de la anterior cita, volví a darle otra oportunidad a Tinder y quedé con otra chica que tenía mi edad en aquel entonces, 19 años. Nos vimos y todo fue muy fluido, parecía que yo le gustaba, era más guapa en persona y no nos faltaba conversación. El problema fue cuando la invité a un par de cervezas y chupitos que provocó que su actitud cambiara completamente. Se sentía ofendida por cualquier cosa. De hecho, le dije entre risas y en tono sarcástico (por algo que no recuerdo): «jajaja qué tonta». Y ella me respondió: «¿tonta yo? tonto tú a ver si voy a tener que darte un guantazo». En ese momento, le sugerí que a lo mejor no debería beber más, lo que provocó que incluso me acabara amenazando. Con lo bien que iba la cita al principio... me esperaba todo menos eso. ¡Qué suerte la mía!
Ya desilusionado con las citas anteriores, estuve unos cinco meses sin quedar con nadie. Abrí la aplicación por curiosidad un día y vi el 'match' de una chica de mi pueblo, de 20 años, con la que había tenido la oportunidad de hablar una vez hacía un par de años. «Ojalá algún día pudiera salir con una chica así», pensé en aquel momento. Me pareció lista, guapa, con sentido del humor y tenía un algo especial... pero entonces, siendo sincero, no me sentía «suficiente» para ella.
Así que esta vez me armé de valor y tras hablar con ella a lo largo de esa noche por la app, le sugerí vernos para cenar al día siguiente, ella aceptó. Quedamos en un restaurante de la zona, los dos estábamos nerviosos y hubo conexión desde el primer momento, ese mismo día había un eclipse y fuimos a verlo a la playa después de la 'cena'. Fue mágico. En dos semanas vamos a hacer un año juntos.
¡A la tercera fue la vencida!
PD: con los nervios de la primera cita solo pedí bebidas para los dos y unas aceitunas, me olvidé por completo de cenar y no cenamos nada, y a ella le dio vergüenza decir que tenía hambre jajajaja.
Envíanos tu experiencia en Tinder a bizkaiadmoda@gmail.com
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