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Vista aérea de Bilbao. Iñaki Andrés
Todo Zorrozaurre cabe en El Ensanche

Todo Zorrozaurre cabe en El Ensanche

Cinco expertos repasan el rumbo de Bilbao, los grandes proyectos y la necesidad de ganar población para seguir siendo una ciudad pujante

Domingo, 24 de septiembre 2017, 02:57

Zorrozaurre se ha convertido en el faro de Bilbao cuando se busca luz a su futuro, pero hay otras 'perlas'. Como El Ensanche, motor y zona neurálgica pese al envejecimiento de su población. Precisamente, ese lastre puede ser una oportunidad para hacer ciudad. En una capital con escaso suelo para vivir y trabajar, y que sigue perdiendo habitantes sin remisión cada año, el centro puede aportar su elevado número de pisos vacíos y de viviendas de un tamaño desproporcionado para sus escasos y cada vez más mayores ocupantes. Si se aprovecharan bien los espacios sobrantes, podrían entrar casi 15.000 personas. Es decir, tantos como nuevos vecinos se esperan en la futura isla.

Las claves

  • Usos por franja de edad. La ciudad es «cómoda» para mayores pero «sosa» para jóvenes. «El caos es el humus de la creatividad», dice San Salvador del Valle

  • Percepción: un notable al cambio. El «optimismo» de los ciudadanos es quiza «exagerado viendo lo que cuesta percibir los nuevos desafíos», indica Leonardo

  • Actividad de los nuevos vecinos. El 70% de los contratos con imigrantes es para limpiezas y cuidados. «¿Es ese el perfil que busca la ciudad», se pregunta Alayo

  • Desequilibrios en el centro. La calle Autonomía#es una trinchera, según Traspaderne. «El deterioro urbano, de negocios y social es evidente»

  • Sostenible. El nuevo PGOU permitirá cubrir los tejados con vegetación natural para absorber el agua de la lluvia, anuncia Ocio

Esa es una de las conclusiones más reveladoras de los expertos consultados por este periódico para reflexionar sobre el rumbo de Bilbao, los proyectos estratégicos y la necesidad de recuperar población para seguir siendo una ciudad pujante. Con esta primera entrega dedicada al urbanismo, EL CORREO inicia una serie de reportajes en los que se abordarán también los desafíos sociales y económicos pendientes.

Roberto San Salvador del Valle | Filósofo y cátedra Deusto Cities

«Hemos llegado al límite del suelo disponible»

Bilbao se está quedando sin apenas sitio libre para crecer todo lo que precisa su modelo tradicional de prosperidad. «Hemos llegado al límite. Ir más allá del suelo urbanizable nos obligaría a pegar mordiscos al espacio rural y natural, algo que no podemos hacer porque alteraría el necesario equilibrio de nuestro ecosistema», explica Roberto San Salvador del Valle. Doctor en Filosofía, dirige la cátedra de la Universidad de Deusto Cities Lab, que busca «hacer de la ciudad un lugar mejor» para vivir y trabajar.

Y para lograr eso, Bilbao deberá repensar qué uso da a su escaso suelo disponible. Ante el peligro de que un encarecimientos aleje a vecinos y emprendedores, plantea un cambio de modelos. Primero, de vivienda. «La línea clásica de pisos de 80 metros ya no encaja en una ciudad con personas viudas, separadas, mayores, familias con pocos hijos y jóvenes que quieren salir de casa, pero que no pueden por los precios. Hay que dividir las más grandes», declara el experto, partidario de retomar el proyecto de los 'minipisos'.

Asfalto y árboles

  • Más carreteras. Pese a perder habitantes (hay 12.000 menos que en el año 2000), crece la superficie destinada a carreteras. En 2006 era el 5,8%. En 2015, el 7%.

  • 35.000 árboles. El censo forestal registra 20.000 ejemplares en parques y el resto, en aceras. Buena parte se plantaron con motivo del Mundial de fútbol de 1982 en San Mamés. Al año crecen 800 árboles nuevos.

Como la «posibilidad de alojar empresas también es cara», propone «actuar con el área metropolitana», donde hay más superficie, y tirar de la marca Bilbao en colaboración con las marcas Bizkaia y Basque. En la búsqueda de un futuro para los próximos treinta años, en el que ve imprescindible el apoyo privado a unas instituciones públicas exhaustas tras la crisis, apuesta por la industria creativa y los servicios avanzados. Esto es Idom, con sede en San Ignacio, pero también fórmulas como Ikea, cuyo éxito reside en «un 10% de producto y un 90% de valor añadido en el diseño».

Un campo que necesita de menos espacio que las empresas de manufacturas y que se compenetra mejor con el perfil universitario de Bilbao -derecho, empresa, ingeniería o diseño-. Si los estudiantes se quedan, darán un nuevo aire a la ciudad y la rejuvenecerán.

Jon Leonardo | Sociólogo y director del Observatorio Urbano

«Se abre un mercado para rehabilitar los edificios»

La economía también puede moldear la fisonomía de la ciudad, a juicio del catedrático de Sociología de la Universidad de Deusto Jon Leonardo. Director del Observatorio Urbano de Bilbao, asegura que el cambio de modelo energético basado en las renovables «abre nuevos horizontes para la empresa y los ámbitos residenciales» de la capital.

Leonardo invita a mirar las ciudades de Alemania y Dinamarca que han integrado en sus comunidades «pequeñas producciones de energías renovables». Centros que «deberían estar también en Bilbao». «Se abre un nicho de actividad, capacidad de producción, distribución y comercialización», señala.

Y toda una industria ligada al revestimiento de fachadas, rehabilitación de edificios y paneles solares en Bilbao, que soporta el parque inmobiliario más envejecido de Euskadi. Se trataría de impulsar una nueva economía que haga ciudad y que proyecte mensajes ilusionantes para frenar la despoblación.

Vivienda

  • 5.453 inmuebles. Es el parque de pisos desocupados. De ellos, 1.094 se concentra en Abando en viviendas de 110 m2 y 74 años de antigüedad de media. El Ayuntamiento les va a subir un 25% el IBI para forzar su alquiler.

  • 2.268 euros. El precio de la vivienda ha caído un 5,2% en el segundo trimestre del año, en línea con el retroceso de la margen izquierda. Getxo y Leioa tienen el m2 más caro.

El censo del Eustat más reciente corresponde a 2016 y señala que la capital vizcaína tiene 342.481 habitantes, 12.000 menos que en el año 2000. Es la décima urbe más poblada en el conjunto de España. «El Bilbao viejo tenía una fuerza muy potente. Hemos perdido potencia. Pero hay una base para crecer», asegura.

El Observatorio Urbano, elaborado a partir de 1.200 entrevistas a pie de calle por encargo del Ayuntamiento, revela que la ciudadanía se declara satisfecha con el cambio de Bilbao y más, con su calidad de vida. Los encuestados conceden un notable, de 7 a 8 puntos de nota. Según Leonardo, un «optimismo, quizá, un tanto exagerado teniendo en cuenta lo que nos cuesta percibir los nuevos desafíos».

Juan Alayo | Planificador urbano y consultor internacional

«Necesitamos 5.000 nuevos vecinos al año»

Bilbao se asoma a «una crisis existencial» si no corrige su progresiva pérdida de población -36.000 habitantes menos en los últimos treinta años- y su acusado envejecimiento -el 30% tiene más de 60 años-. Esta es la tesis del consultor internacional y planificador urbano Juan Alayo. Director de desarrollo de actuaciones en Ría 2000 del año 2005 a 2013, advierte que esa combinación demográfica, agudizada por las bajas tasas de natalidad, acerca a la sociedad literalmente a la «extinción». «La demografía es la clave del urbanismo, porque la ciudad la hacen sus gentes. Y parece que estamos mirando las previsiones con resignación, cuando hay que usarlas de advertencia para cambiar el rumbo», señala.

Y para transformar la imagen que se proyecta. «¿Queremos ser una ciudad vibrante o un asilo?», se pregunta. Una población avejentada puede marcar el perfil físico de la capital, sobre todo en el modelo de accesos, e incluso el político, escorada hacia valores conservadores.

«¿Cómo podemos atraer a gente joven, de aquí y del resto del mundo?», se plantea el experto. Lo primero, con una estrategia para saber bien qué busca la ciudad. Aunque sea una loable y necesaria labor, el 75% de los contratos firmados a inmigrantes en 2015 en Bilbao tenían que ver con trabajos de limpieza y cuidados de mayores y pequeños.

Edificios envejecidos

  • Superior a 50 años. Hay 7.027 edificios con 50 años o una antigüedad superior. Es el parque inmobiliario más envejecido de Euskadi. La mitad aún no se ha revisado.

Según sus cálculos, «Bilbao necesita 5.000 personas nuevas cada año». Ese es el reto: cien a la semana. Gráficamente, pide «un contador electrónico en la plaza Circular» para que informe del balance.

Si no cambia la tendencia, Bilbao podría perder otros 30.000 habitantes de aquí a 2030, especialmente en el tramo de 30 a 49 años, «el más productivo y potencialmente innovador». Y eso, pese a que necesitaría llegar a 400.000 para mantener el punch y mirar sin complejos a Amsterdam, Berlín y Copenhague.

Examinando las tasas de reposición de población activa, parece un reto complicado. De cada cien personas (próximas a los 65 años) que abandonaron el mercado de trabajo en 2001, entraron 130 nuevas (cercanas a los 25 años). En 2013, los sustitutos cayeron a 74. En 2030, podrían quedarse en apenas 54.

Menos población y con un mal reparto del espacio para vivir. Alayo aporta una proyección de datos sobre El Ensanche, que ofrece 56 metros cuadrados de vivienda por habitante, un tasa «muy alta» en comparación con la media del Bilbao metropolitano, que ronda los 40 m2 por cabeza. Con esta superficie, El Ensanche podría dar cabida a las casi 15.000 personas que se esperan en el nuevo Zorrozaurre.

Andrea Traspaderne | Arquitecta y asesora del nuevo PGOU

«El desplazamiento hacia la ría fractura el centro»

El nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), el cuaderno de bitácora de Bilbao de aquí a los próximos treinta años, debe tener un cuidado especial con no abrir más trincheras de las que tiene que coser, según la arquitecta Andrea Traspaderne. Vecina de Abando y representante del primer grupo de trabajo específico de mujeres que asesora en el PGOU, considera que la «desigualdad» entre barrios, incluidos los del centro, «puede potenciar los problemas actuales de envejecimiento de las viviendas, pérdida de población y desafección».

A su juicio, el PGOU actual -aprobado en 1994- permitió la regeneración de Abandoibarra y abrió la ciudad a la ría tras décadas a sus espaldas. Sin embargo, «ha tenido un efecto negativo de escora». El centro de la actividad económica se ha desplazado hacia las riberas, lo que ha «mejorado» la zona entre la Gran Vía y el cauce. El primer Ensanche.

Accesos

  • 32 ascensores. Se han construido en los últimos años para facilitar el acceso a una población cada vez más envejecida (la cuarta parte es ya mayor de 65 años). Los dos últimos costaron 4,2 millones.

Al mismo tiempo, ha «vaciado» de comercios tradicionales y «empeorado» la actividad de la parte sur, entre la Gran Vía y la calle Autonomía, un kilómetro de longitud «que se está convirtiendo en una nueva fractura», salpicada de bazares, kebabs y tiendas de segunda mano. Una trinchera «con un evidente deterioro urbano, de negocios y social». Parece que no ha sido suficiente el arreglo urbanístico de la zona y la construcción de viviendas tras la eliminación de los tinglados ferroviarios en Amezola.

Por eso, llama a evitar nuevos «desequilibrios» en los grandes proyectos: el cierre de la playa de vías de Abando con la llegada soterrada del TAV, lo que unirá dos barrios muy desiguales como Bilbao La Vieja y El Ensanche; y Zorrozaurre, que tiene todas las trazas para desatar «otro movimiento hacia la ría».

Mikel Ocio | Director de Urbanismo y gestor del PGOU

«La ciudad vuelve a tirar y los pisos se venden bien»

La proa de Bilbao enfila como destino «la ciudad sostenible». Se trata de «hacer frente al calentamiento global y de corregir las desigualdades, extendiendo la transformación a los barrios». Ese es el desafío del próximo PGOU, según Mikel Ocio, director de Urbanismo en el Ayuntamiento y gestor del Plan -lo conoce bien porque también participó en la elaboración del anterior-.

La clave del desarrollo, explica, es «no ocupar más suelo natural; no urbanizar nuevas tierras», mientras se aplican «criterios de eficiencia energética». A su juicio, el PGOU aún vigente era más proteccionista. Por ejemplo, «mimetizaba los edificios con los anteriores». Por eso hay tantos tejados de teja, en vez de cubiertas planas que pueden dar más juego a la arquitectura.

Comercios

  • El 40%, sin uso. Un 40% de los 2,7 millones de m2 comerciales están sin uso o infrautilizados. Eso equivale a tener parada una inversión de unos 600 millones de euros.

El nuevo Plan, adelanta, se abrirá a la posibilidad de extender vegetación natural en los tejados. Esa cubierta permitirá absorber el agua de la lluvia y reutilizarla para reducir consumos y colapsos en la red de saneamiento. En principio, el promotor debería asumir el gasto.

Pero el gran reto del urbanismo es ganar habitantes. Los gestores municipales creen que Bilbao puede seguir siendo competitiva en la horquilla de los 350.000. Según Ocio, «existe la percepción, contrastada con las inmobiliarias, de que la ciudad vuelve a tirar», de que hay atracción por volver a vivir en ella tras la fuga de vecinos a municipios a apenas media hora de distancia en coche. «Se están vendiendo bien las últimas promociones de pisos de Garellano y Deusto, salvo en Bolueta. Se ha reajusta el precio», explica. Bilbao vuelve a ser vista como «un espacio apetecible» y cerca de la ría, «mejor».

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