La zona de bajas emisiones apenas tiene impacto dos meses después de su estreno

Eso sí, supuestamente se están enviando notificaciones a los conductores que acceden indebidamente a Abando e Indautxu, es decir, a los que manejan los vehículos más contaminantes, los que no tienen distintivo ambiental (dentro de un año tampoco podrán entrar los que tienen etiqueta B). Estas cartas vienen a ser algo parecido a una campaña de concienciación personalizada. ¿Cuántas se han remitido? El área municipal de Movilidad y Sostenibilidad tampoco responde. Pero asociaciones de conductores aseguran no conocer a nadie a quien le haya llegado la misiva esa. Propietarios de vehículos viejos que han entrado en este tiempo en la ZBE contactados por este periódico también aseguran no haber recibido notificación alguna.

La situación, desde luego, es particular. La ZBE llegó con los retrasos y traspiés habituales en medio de grandes debates y profusión informativa. Se trata de una medida que las ciudades de más de 50.000 habitantes deben implantar con el fin de reducir la contaminación y promover la movilidad sostenible. Tras su original entrada en vigor oficial un sábado, pese a estar operativa únicamente de lunes a viernes, llegó el silencio. Es como si Bilbao se hubiese olvidado de estas restricciones antes de que en septiembre lleguen las multas.

Los vecinos, como se ha avanzado, no perciben ningún cambio en la ciudad. «Ha sido un cambio sobre el papel, para cumplir con la obligación de establecer una ZBE, pero de momento sin efectos en la calle», insisten en la FAVB. «El Ayuntamiento de Bilbao es muy dado a aprobar normativas cosméticas que no se materializan en nada». Lucía Ortiz, además, está sorprendida por el hecho de que desde el gobierno municipal les están respondiendo a las alegaciones presentadas a la ordenanza después de que ésta haya entrado en vigor.

Visto desde otro prisma puede percibirse un efecto positivo: no se han materializado los temores manifestados por algunos comerciantes y hosteleros en el sentido de que restringir el acceso de coches al centro perjudicaría a sus negocios. «La ZBE no se ha notado en nada, no han bajado las ventas de los comercios», certifica Rafael Gardeazabal, presidente de Bilbao Dendak. Otro colectivo con mucho que decir, los ciclistas, coincide: «Más allá de la señalización vertical que han puesto, la ZBE no ha tenido ninguna incidencia en la movilidad del centro de Bilbao», apunta Carlos Mazón, de Biziz Bizi.

Y lo mismo piensan los conductores. «Sigue habiendo el mismo tráfico, los mismos problemas y la gente sigue haciendo la misma vida», dice Eduardo Martínez, director gerente del Real Automóvil Club Vasco Navarro (RACVN). «Veremos lo que pasa en septiembre, si es que empiezan a poner multas». De momento, como se ha avanzado, lo que el Ayuntamiento dice estar enviando son cartas informativas a los infractores, «pero nosotros no hemos tenido noticia de nadie a quien le haya llegado».

Ignacio Alday, director de Movilidad, asegura que sí, que las notificaciones se están enviando. ¿Y por qué hay gente a quien, debiéndole haber llegado, no ha tenido ninguna noticia? «Porque estamos seleccionando a quienes son más reiterativos en el incumplimiento», mantiene. Pero evita aportar cifras sobre cuántas se han remitido. Es información, dice, la darán en septiembre.

Esto recuerda un poco a lo ocurrido con las restricciones de tráfico en el Casco Viejo y el control de los accesos mediante cámaras. El sistema se estrenó hace casi dos años, y al poco hubo que flexibilizarlo porque puso a los comerciantes en pie de guerra. El caso es que desde el primer momento empresarios y vecinos aseguraban que allí no llegaba ninguna multa, cosa que el Ayuntamiento negaba de manera reiterada y categórica. La versión oficial también era que se estaba multando solo a los más reincidentes, sin aclarar a partir de cuántas infracciones se entraba en esa categoría. Y el pasado domingo, en una entrevista en este periódico, la concejala de Movilidad y Sostenibilidad, la socialista Nora Abete, admitió que no se estaba sancionando.