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Un vizcaíno de 25 años, vecino de Portugalete, ha muerto ahogado en el río Ebro a su paso por las Merindades. Sucedía durante la mañana de este martes, en el término municipal de Valdenoceda (Burgos), a doce kilómetros de Villarcayo. Poco después, el cadáver era ... localizado en las inmediaciones y extraído del agua por los bomberos de Miranda. El joven estaba pasando unos días en la zona con su hermano y la novia de este, ya que la familia de la chica veranea en la localidad de Quecedo.
El servicio de emergencias de Castilla y León recibía una llamada en la que se alertaba de que un hombre se estaba ahogando en la zona de baño de Valdenoceda. Explicaron que habían intentado llegar hasta él, pero repentinamente pero dejaron de verle y ya no lograron localizarle. Los bomberos de Burgos y de Miranda de Ebro acudieron con una barca y Emergencias Sanitarias envió un helicóptero medicalizado y al equipo médico del centro de salud de Villarcayo. El cuerpo fue extraído por los bomberos de Miranda de Ebro y el personal sanitario confirmó el fallecimiento en el lugar de los hechos.
🚒| Emergencias 112cyl | La llamada se ha recibido en el @112cyl minutos después de las 14 horas, cuando el varón se ahogaba y no le localizaban.
— 112 Castilla y León (@112cyl) August 20, 2024
Más información: https://t.co/GOdzxo2qA8 pic.twitter.com/DrUzp66xFV
Este lunes el subdelegado del Gobierno en Burgos, Pedro de la Fuente, ha afirmado que este tipo de siniestros «accidentes fortuitos» que ocurren en verano en zonas de baño sin vigilancia. «Ahí solo cabe hablar de precaución a priori, porque no hay capacidad de reacción en todo el amplio espectro de lugares de baño que tenemos en la provincia para poder tener un control», ha indicado. «El problema ha sido que ha perdido pie en una zona que no era especialmente peligrosa, pero que no sabía nadar y los nervios han jugado también su función», ha lamentado el subdelegado.
Hace tan solo unas semanas fallecía ahogado otro joven en una zona de baño de la provincia de Burgos. Sucedió el pasado 1 de agosto en el pantano del Ebro, en la localidad burgalesa de Arija. Se trataba de un menor extranjero no acompañado residente en el centro de Loiu. El joven había desaparecido por la mañana cerca del pantano, en el límite entre Cantabria y Burgos, cuando el grupo de once jóvenes y sus monitores que provenían de Bizkaia -y al que pertenecía el desaparecido- se disponía a instalarse en el camping cercano a este embalse con motivo de una excursión programada.
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El joven, nacido en Gambia, estaba junto a otros dos compañeros en el momento en el que montaban las tiendas de campaña en las que pretendían pasar la noche. Se alejó del grupo y le perdieron la pista cuando se dirigía al agua. A partir de ahí, no se supo nada más de él y llamaron al servicio de emergencias para solicitar ayuda. La Guardia Civil activó un dispositivo por carretera al que se sumó el Grupo Especialista de Actividades Subacuáticas (Geas), que fueron quienes encontraron el cuerpo sin vida del menor.
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