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xabier garmendia
Lunes, 8 de julio 2019, 00:57
Las desigualdades sociales se perciben en casi cualquier aspecto de nuestra vida cotidiana. En la ropa que vestimos, en los alimentos que comemos, en el móvil que usamos... Al final, todo depende de lo que a cada uno le pese el bolsillo. Incluso ahí dentro ... se palpan las diferencias. Y no solo en la cartera, como es obvio, sino también en la llave del coche. Bueno, si es que la hay. ¿Una prueba? Bilbao, mismamente. Las estadísticas demuestran que en aquellos barrios más acaudalados -Abando, Indautxu y Castaños- hay muchos más turismos, preferentemente Volkswagen o Audi; mientras que en los más empobrecidos -El Peñascal, Otxarkoaga y Uretamendi- hay pocos y recurren sobre todo a Renault o Citroën, marcas de una gama inferior. No parece una casualidad.
Bajando a las cifras concretas, las disparidades resultan más que evidentes. En la capital vizcaína hay de media unos 370 turismos por cada mil habitantes, según el registro del Ayuntamiento. Pero esa cifra esconde notables diferencias, ya que los barrios ricos se acercan a los 500 -lo que se traduce en un coche por cada dos personas- y los más modestos rondan los 300 o ni eso. Resulta algo curioso si se tiene en cuenta que las zonas más adineradas de Bilbao -en otras ciudades no siempre se repite este mismo patrón- están situadas en pleno centro, donde 'a priori' menos necesario parece el vehículo al reducirse las distancias y al haber mejores comunicaciones que en la periferia.
¿Cómo se explica eso? Aquí es donde entra en juego, según los expertos, un factor más bien simbólico. «Tener coche, y según qué coche, ha sido siempre una forma de exteriorizar el estatus social de cada persona. Funciona como una tarjeta de presentación ante el mundo», sintetiza Garbiñe Henry, doctora en Sociología de la Universidad de Deusto. En una línea similar se pronuncia el catedrático Jon Leonardo, quien apunta que la elección de una u otra marca no solo depende de las características técnicas del vehículo: «El coche no es meramente un objeto que te lleva de aquí para allá. Lo vemos claramente en los anuncios, que no siempre se centran en vender lo técnico. Cada marca dirige su mensaje a un estrato social en particular. Por ejemplo, las alemanas van a por un público más selecto y las francesas, a por uno con menor capacidad adquisitiva».
Garbiñe Henry | Doctora en Sociología
Esa regla no escrita se cumple con bastante claridad en el caso de Bilbao. Una firma germana -en este caso, Volkswagen- lidera la tabla en los únicos tres barrios que superan los 28.000 euros anuales de renta per cápita. En todos los demás, en cambio, se impone alguna marca gala, con una clara hegemonía de los Renault. Solo Peugeot se impone en Elorrieta y en Ciudad Jardín, mientras que Citroën hace lo propio en la Ribera de Deusto. «La mayoría de la población tiende a adquirir marcas generalistas y Renault tiene la ventaja de que cuenta con la mayor variedad de modelos. Lo que pasa con los alemanes es que tienen una gama 'premium' en la que ninguna marca francesa destaca. Por eso existe esa disparidad de públicos», analiza Jon Lekue, presidente de la Asociación de Concesionarios de Bizkaia.
En cualquier caso, los expertos consideran que estos contrastes son «bastante razonables» si se comparan con otras ciudades. Henry responde a este periódico a punto de tomar un vuelo desde Madrid: «En una gran metrópoli como esta sí que se palpan grandes diferencias sociales entre unas zonas y otras. La realidad de Bilbao es mucho más homogénea, aunque es obvio que también hay desigualdades que encima se han agudizado con la crisis». Leonardo, que también es responsable del Observatorio Urbano de Barrios de Bilbao, apunta que en el parque móvil y en otros tantos aspectos, la capital vizcaína es menos proclive a grandes brechas entre sus barrios porque guarda una singularidad: la falta de espacio. «Se construye donde se pueda. Al haber poco terreno disponible donde edificar, el elemento que marca las desigualdades socioeconómicas no es tanto el barrio como el bloque de viviendas dentro de él. Es decir, puede haber más diferencias entre dos zonas de Santutxu que en comparación con otro barrio distinto», dice.
Jon Leonardo | Observatorio Urbano de Barrios
La alta densidad de población de Bilbao -es la segunda capital de provincia con más habitantes por kilómetro cuadrado, solo por detrás de Barcelona- condiciona de gran manera el modelo constructivo. Encima la orografía del 'botxo' tampoco lo pone especialmente fácil. «Cualquiera podría pensar que hay más coches en las zonas del extrarradio porque se ven más estacionados por la calle. Claro, el número de plazas de garaje es mucho más escaso que en el centro, donde hay bastantes más turismos pero casi todos duermen a cubierto», plantea Leonardo. Una última variable que citan ambos sociólogos para explicar el menor número de vehículos en la periferia reside en el transporte público. «Tenemos un sistema muy avanzado para una ciudad de tamaño medio en la que apenas hay grandes distancias a pie. Encima es muy valorado por los bilbaínos», remacha Henry.
Seguro que algún vecino de Ibarrekolanda se sorprende al enterarse de que hay un Ferrari muy cerca de su casa. Esta es solo una de las múltiples curiosidades que desvela el registro de vehículos del Ayuntamiento, que cifra en ocho los coches del 'cavallino rampante' que se mueven por Bilbao. Los otros siete se reparten por los tres barrios con mayor renta per cápita de la ciudad: Abando (4), Indautxu (2) y Castaños (1). Tampoco es muy común ver un Rolls Royce por las calles de la capital vizcaína porque son tan solo una decena, todos ellos por el centro excepto uno en Ametzola y otro en Zurbaran. Para contar los Bentley apenas hacen falta los dedos de una mano: hay cuatro y todos están domiciliados en Abando.
Otras marcas de alta gama, en cambio, sí tienen una llamativa presencia en Bilbao y encima están distribuidas por casi todos los barrios. Es el caso, por ejemplo, de Jaguar, que suma 349 unidades, y Porsche, con 283. En total, el registro de vehículos del Ayuntamiento de Bilbao incluye turismos de 180 marcas diferentes, aunque contiene algunos errores como la atribución de compañías que solo fabrican motocicletas o el nombre de un modelo concreto en vez de la marca.
370 coches hay por cada mil habitantes en Bilbao. La mayor densidad está en La Ribera, Abando, Castaños e Indautxu, mientras que cierran la tabla San Francisco, Bilbao La Vieja, Zabala e Iturrigorri-Peñascal.
Domingo de Renault Renault es la marca de coche más usada en 34 de los 40 barrios. Solo Volkswagen -Abando, Indautxu y Castaños-, Peugeot -Elorrieta y Ciudad Jardín- y Citroën -La Ribera- dominan alguna otra zona.
347 euros es la cuota máxima que se paga en Bilbao por el Impuesto sobre Vehículos de Tracción Mecánica -conocido incorrectamente como impuesto de circulación-. El baremo, que comienza en los 25 euros, avanza de forma progresiva en función de los caballos del vehículo.
Bonificaciones Existen bonificaciones en el pago de este gravamen para los vehículos catalogados como «históricos», los menos contaminantes -híbridos, eléctricos, gas natural, bioetanol...- y para familias numerosas.
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