Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
david guadilla
Miércoles, 19 de febrero 2020, 01:43
Fueron cuatro horas y media de comparecencia. Por momentos tensa. A un mes de las elecciones y con el Parlamento ya disuelto, Iñigo Urkullu se enfrentó ayer a uno de los momentos más críticos de su segundo mandato: dar explicaciones sobre la crisis abierta después ... de que el pasado día 6 una montaña de residuos sepultase en Zaldibar a Alberto Sololuze y a Joaquín Beltrán. Lo hizo acompañado de cuatro de sus consejeros y con un objetivo claro: intentar apagar una tormenta que ha condicionado la precampaña para las elecciones del 5 de abril.
Noticia Relacionada
Frente al aluvión de críticas de la oposición, el lehendakari se esforzó en construir su relato. Y para ello tiró de varios argumentos: que nadie podía prever lo que iba a suceder, que la respuesta del Gobierno ha sido la adecuada y que la prioridad ha sido rescatar a los dos trabajadores desaparecidos. Pero también hubo espacio por primera vez para la autocrítica y una mirada hacia el futuro. Reconoció que «a la vista de las consecuencias cabe afirmar que los mecanismos de control no han sido suficientes», asumió «errores» y avanzó que se pondrán en marcha varias auditorias y se «depurarán responsabilidades».
Urkullu llegó al Parlamento tras once días convulsos. Lo que su equipo preveía como un camino de rosas hasta el 5-A se ha convertido en una carrera de obstáculos, algunos de ellos colocados por el propio Gobierno en una gestión que Urkullu admitió ayer que podía haber sido bastante mejorable.
Con el Parlamento disuelto, el lehendakari y sus consejeros comparecieron ante la DiputaciónPermanente, el órgano que regula la actividad del Legislativo hasta después de los comicios y en el que están representados todos los partidos. Consciente de que los tres grupos de la oposición –EH Bildu, Elkarrekin Podemos y el PP– iban a ir a por todo, el lehendakari preparó su defensa.
Fue una intervención inicial de media hora en la que incidió en que lo sucedido en Zaldibar no se podía prever. «Nos hemos encontrado ante una situación excepcional, extraordinaria, inusual, totalmente impredecible. Una desgracia y un accidente fatal».
El jefe del Ejecutivo desgranó todas las iniciativas puestas en marcha por su equipo, subrayó que de forma inmediata se puso en marcha una mesa de crisis y que se han adoptado todas las medidas para garantizar la salud de la población. «A pesar de la complejidad de la situación se ha actuado de forma coordinada», se defendió el lehendakari, quien también hizo un primer ejercicio de autocrítica. «Hemos actuado de buena fe. Siento mucho los errores que hayamos podido cometer», afirmó en una declaración inicial que también aprovechó para cargar contra la oposición. «Ante una tragedia como la que hemos sufrido caben dos alternativas: división o unión». Eso fue a las diez de la mañana.
Pero la sesión se fue calentando. La oposición elevó el tono y aumentaron los reproches sobre la falta de «empatía» del Gobierno. EH Bildu, Elkarrekin Podemos y el PP hablaron de «crisis de credibilidad» y de gestión ineficaz. A Urkullu y alguno de sus consejeros, en especial a Iñaki Arriola, responsable del Departamento de Medio Ambiente, se les veía cada vez más incómodos.
A las 13.45 horas, aproximadamente, Urkullu volvía a tomar la palabra. Y fue más allá en la autocrítica inicial. Señaló que «los mecanismos de control no han sido suficientes» y que «se han producido errores, también actuaciones mejorables». Su testimonio llegaba después de una ronda de declaraciones de Urkullu y de sus consejeros en las que, básicamente, habían puesto todo el foco de la responsabilidad en la empresa Verter Recycling, propietaria del vertedero de Zaldibar.
De hecho, había sido el propio Urkullu el que había recalcado que la actuación del Gobierno se estaba realizando en un ámbito de «urgencia y emergencia» que, en realidad, corresponde a la empresa propietaria». «La Administración pública está trabajando con carácter subsidiario. Se han incoado los correspondientes expedientes sancionadores a la empresa», recalcó el lehendakari.
Lo que Urkullu ni ninguno de sus consejeros logró clarificar tras cuatro horas y media de comparecencia fue el motivo por el que el vertedero se desplomó. Lo que vino a decir el lehendakari es que aún es muy pronto para saber lo que ocurrió. Afirmó que el Gobierno «va a exigir todas las responsabilidades a la empresa», pero también anunció que habrá una investigación interna.
Recalcó que el Departamento de Medio Ambiente está realizando una «auditoría que analiza todos los antecedentes, causas y consecuencias de este fatal accidente», y de cara al futuro indicó que «vamos a auditar la actuación de la propia Administración en profundidad. El Gobierno abordará las causas de lo sucedido y la depuración de responsabilidades de modo exhaustivo, riguroso y completo», añadió Urkullu.
El futuro del 'caso Zaldibar' se prevé largo e intenso. Alfonso Alonso, líder del PP, abrió la puerta a una comisión de investigación en el Parlamento después de las elecciones y Joseba Egibar, portavoz del grupo parlamentario del PNV, esbozó cómo será el debate. «En el mundo se ha puesto de moda ser miserable, no esperaba que llegará aquí». Y la oposición se llevó las manos a la cabeza.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Fallece un hombre tras caer al río con su tractor en un pueblo de Segovia
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.