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Los coches que se incorporan a la flota de taxis deben ser eléctricos o híbridos. Ainhoa Gorriz

El taxi florece en Bilbao con un 25% más de facturación pero sin relevo generacional

Hay más de 60 licencias en venta por la ola de jubilaciones desde 50.000 euros pero el sector no atrae a los jóvenes

Lunes, 11 de julio 2022, 00:43

Es una paradoja. El sector promete ingresos interesantes, estables y futuro, pero no logra captar a los jóvenes. El taxi vive un momento dulce en la capital vizcaína, a pesar de la irrupción de las compañías de servicios de coche con conductor. La recuperación de ... la economía, las ganas de salir de la gente, el auge del turismo y el regreso de los congresos y los grandes eventos está provocando que las carreras se disparen. Los dos últimos fines de semana, los profesionales han vuelto a reforzar el servicio con motivo del concierto de Metallica y el BBK Live, tal y como lo hicieron con el de Fito. La facturación media ha crecido un 25% respecto a antes de la pandemia, según Borja Musons, presidente de la Federación vasca de profesionales y de la asociación más numerosa de la villa, Radio Taxi, que agrupa a más de 500 de las 774 licencias de la ciudad.

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Su centralita recibe al menos 2.300 llamadas diarias y ha llegado a las 3.700, un récord histórico desde que empezaran a contabilizarse en 2008. Los taxistas de Bilbao trabajan un máximo de 10 horas por jornada entre semana y de 12 los sábados y domingos. Libran un día de lunes a viernes y uno de cada dos fines de semana. Pueden echarse a la carretera en el horario que prefieran, aunque las noches son más rentables. «Tenemos mucho trabajo», asegura Musons.

El buen momento del sector está coincidiendo con una avalancha de jubilaciones de quienes se incorporaron al negocio hace más de 40 años y de los que accedieron al taxi tras la reconversión industrial. Otras licencias han quedado libres por fallecimiento de su titular, por incapacidad o por causas personales. Ahora hay 62 en venta. De ellas, 58 están inactivas, algunas desde hace más de quince años. Sólo en cuatro de los casos, su titular ha contratado a un asalariado, una posibilidad que solo se permite en casos excepcionales. También hay taxistas a la espera de vender su licencia para poder jubilarse, pero la tarea se antoja complicada. La falta de relevo se está haciendo más notoria desde 2018. «Antes se incorporaban hasta 20 nuevos al año y ahora, entre 14 y 17, pero se retira más gente», alerta Musons.

Pocos quieren incorporarse al sector, algo que preocupa mucho a aquellos que siguen en activo, que han podido dar carreras a sus hijos y comprar segundas residencias con su jornal. Están convencidos de que siguen teniendo futuro. Pero los chavales «no quieren ser autónomos. Prefieren una nómina, otro empleo más cómodo o más fácil. Este un trabajo que requiere esfuerzo. Hay que meter horas de conducción y atender a la gente, pero no es como currar en la mina o en una obra al aire libre. Los que entraron incluso en plena pandemia están muy contentos», dice Musons.

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Sin jóvenes interesados

«No quieren ser autónomos. Hay que esforzarse, pero no es como currar en una mina»

Como hay mucha oferta de licencias y pocos interesados, el precio de los permisos está cayendo en picado. Cuando los más veteranos accedieron al sector, se vendían por tres millones de las antiguas pesetas. «Te daba para cinco pisos de calidad media en Bilbao», relata Carlos Pereira, que se jubiló el pasado viernes tras 44 años al volante. «Ahora, con lo que te pagan, no te llega ni para una buhardilla, y además después hay que hacer cuentas con Hacienda», ejemplifica. Asegura que le quedará una pensión muy exigua pese a haber trabajado toda la vida. Esperaba que la venta de la licencia fuera un plus para vivir un retiro más cómodo, «pero en dos años me han llamado seis personas y te ofrecen menos de 50.000».

Otros también se resisten a comercializarla por ese precio. «Prefiero perderla que regalarla. Han llegado a costar 180.000 y yo pagué 120.000 hace 16 años», dice un profesional que ahora la vende por 65.000 y que apenas ejerció porque halló un puesto fijo en el sector público, en el que ya había asomado la cabeza antes de hacerse conductor. Pese a todo, «el de taxista es el mejor trabajo que he tenido. Si tuviera 20 años me compraría una licencia sin pensarlo», dice. Pero ni por 50.000 euros tienen salida.

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Los profesionales

«Prefiero perder la licencia que regalarla», dicen algunos taxistas que pagaron el doble por ella

Aviso del Ayuntamiento

El Ayuntamiento ha decidido tomar cartas en el asunto. Asegura que no pueden existir tantas licencias inactivas desde hace años porque la ciudad dispone de un número de permisos tasado en función de su población y debe garantizar que se presta un buen servicio público. Desde el área de Movilidad recuerdan que los permisos son municipales. Ya en 2019, se estipuló que debían venderlos en un plazo de cuatro años desde que cesara la actividad del taxi. El último pleno municipal aprobó de forma inicial una ordenanza que permitiría al Ayuntamiento sacarlas a subasta entre los aspirantes con mejor puntuación e indemnizar a los titulares con el importe que el nuevo concesionario abonase. Ya ha comenzado a enviar misivas a aquellos que llevan muchos años sin actividad. Quiere que el mercado se mueva.

«Deberían darnos más margen, llevamos dos años de pandemia en los que ha estado todo parado», asegura un pensionista al que han comunicado que se la retirarán en mayo. En su caso, no ejerce desde 2013: fue operado a vida y muerte y al año siguiente tuvo que ser intervenido por complicaciones. Ya en 2015 obtuvo la incapacidad permanente y ha regresado al quirófano por tercera vez. «He estado más pendiente de mi salud que de otra cosa y después vino el covid y no pude hacer nada», asegura el profesional, que sigue hipotecado y no puede permitirse el lujo de vender su licencia a cualquier precio. Los nuevos taxis también deberán ser más ecológicos. Desde 2019, han de ser eléctricos o híbridos, pero cuando entre en vigor la ordenanza, que se adapta a la Ley de Sostenibilidad Energética del Gobierno vasco de 2019, sólo se admitirán los híbridos enchufables. El Ayuntamiento habilitará en 2023 una nueva partida para apoyar la renovación de la flota con hasta 10.000 euros por unidad.

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En su contexto

774

licencias de taxi hay en Bilbao, de las que más de 60 están en venta y, de ellas, 58 inactivas. En cuatro casos, un asalariado está prestando el servicio al estar el titular de baja.

Exceso de ceses

Muchas licencias están en situación de «cese» desde hace incluso más de 10 años por jubilación o incapacidad pero los taxistas aseguran que no hallan compradores. El Ayuntamiento quiere que las vendan.

Requisitos

Los aspirantes deben pasar un examen tipo test que se realiza al menos 6 veces al año en el centro de inspección de vehículos sobre la legislación, el callejero, sentidos de circulación... Después, han de pagar la licencia, el coche y tasas.

2019

Desde ese año todos los nuevos taxis deben ser eléctricos o híbridos. Ya lo son el 30%. A partir de septiembre solo se admitirán nuevos taxis eléctricos o híbridos enchufables.

A precio de «saldo»

Las licencias de taxi en Bilbao costaban 3 millones de las antiguas pesetas hace 44 años. Después, llegaron a valer 180.000 euros. Ahora se venden por apenas 50.000. Están más baratas que nunca, según el sector.

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