«Solo les deseo que vivan tres días en el estado en que dejaron a Alex»

«Solo les deseo que vivan tres días en el estado que han dejado a Alex». El joven no puede andar, ni hablar y hasta hace unas semanas se alimentaba por sonda. Pasa la mayor parte del tiempo encamado. Su madre no se despega de su lado y le atiende como si fuera una enfermera con dedicación permanente.

La mujer, poco después de conocerse la sentencia, se ha mostrado por primera vez alegre después de más de dos años de angustia. Agradece a la justicia que haya impuesto a los acusados una «condena ejemplar». Sin embargo, asegura que «no se puede pagar ni con cárcel ni con dinero ni con nada» lo que le han hecho a su hijo.

De profundas creencias religiosas, Ana Claudia se ha arrodillado delante de los periodistas y ha rezado. Ante las peticiones de perdón de cinco de los procesados el último día del juicio, considera que «no lo hicieron con el corazón sino para impresionar». «Nunca voy a entender porque le han hecho eso», ha dicho a través de su abogada, Mariana, que le hacía de traductora del rumano. Las defensas de los condenados ya han anunciado que recurrirán el fallo ante el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco.