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Condena ejemplar. La Sección Primera de la Audiencia de Bizkaia ha sido implacable con 'los Koala' al imponerles penas contundentes, mayores incluso de las ... que solicitaba la Fiscalía. Cuatro de los jóvenes han sido condenados a 20 años de prisión por propinar una brutal paliza a Alexandru Ionita, 'Alex', el joven rumano de 23 años que quedó en estado vegetativo permanente por los golpes el 25 de julio de 2021 en Amorebieta. Otros dos procesados deberán cumplir penas de 14 y 10 años, mientras que un séptimo, el de mayor edad, de más de 40 años, ha sido absuelto de los delitos más graves porque se quedó «aparte», aunque se le fija una multa de doce meses por un delito de omisión de socorro. No participó en la agresión, pero «la vio y no hizo nada por impedirla ni por pedir ayuda pudiéndolo haber hecho sin riesgo para sí mismo», señala la resolución. Algo que sí hizo una chica, que empujó a uno de los menores agresores, lo que puso fin al salvaje y cruel acometimiento.
Nombres ficticios utilizados en la copia de la sentencia facilitada a los medios de comunicación. |
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JUAN. Nacido en Nicaragua, sin antecedentes. Veinteañero. Condenado a 20 años. Coautor. Empuja, sujeta y forcejea con Alex. |
PEDRO. De origen local, 20 años de prisión. Coautor. Golpea con un palo dos veces a la víctima. |
JESÚS. Nicaragüense. Es el mayor, con más de 40 años. Multa por omisión de socorro. Ve la agresión y no hace nada por evitarla. |
MANUEL. Brasileño. Coautor y cabecilla. No golpea, pero supervisa y ordena parar. 20 años de cárcel. |
ALFONSO. Nacido en España. Registra los bolsillos y le da un botellazo. Condenado a 14 años. Atenuante anomalía psíquica. |
SANTIAGO. De Nicaragua, sin antecedentes. 20 años de cárcel. Acecha y pega una patada al joven rumano. |
ALEJANDRO. Marroquí. Cómplice. Condena a 10 años. Llevaba una botella en la mano. Acecha e impide la huida. |
El tribunal, cuya magistrada-ponente es la presidenta de la Audiencia, Reyes Goenaga, les considera a cinco de ellos coautores de un intento de asesinato con pertenencia a una banda criminal como solicitaba la acusación particular que representaba a la familia de la víctima. A uno, el cabecilla, se le reprocha que «supervisara» la «salvajada» hasta que dio la orden de «¡parar que le vais a matar!». A otro le aplican una atenuante muy cualificada de anomalía psíquica como 'borderline' -persona límite- y adicción a tóxicos. «Nació con síndrome de abstinencia», según reveló su abogado en el juicio, en el seno de una familia desestructurada. A otro de los acusados le ven como cómplice, ya que no tuvo una «acción directa» en la agresión, aunque contribuyó a «impedir la huida de la víctima». Se produjo, a su juicio, un «auténtico linchamiento» y «caza al hombre» contra el joven, al que agredieron con «botellas, palos y puñetazos, especialmente en la cabeza». Alex fue derribado hasta en tres ocasiones hasta que quedó tendido en el suelo sangrando por la cara e inconsciente en el parque de Jaureguibarria durante las fiestas del municipio.
La sentencia fija una indemnización de más de un millón de euros para Alex, además de 20.000 euros para los progenitores, aunque deberán descontarse los 841.000 euros que la Diputación vizcaína ya entregó a la familia Ionita como responsable de un menor tutelado que fue juzgado y condenado. La compañía Zurich reclama a los acusados que le devuelvan de manera solidaria esa cantidad. La sala les impone a los procesados también parte de las costas del juicio.
Los jueces no han creído las alegaciones de los condenados, que el primer día del juicio coincidieron en afirmar que no se acordaban de lo ocurrido y sólo admitieron «lo que se ve en el vídeo». Aprecian ánimo de matar y alevosía en su conducta. «Sabían lo que iba a ocurrir», afirma la resolución, o al menos pudieron imaginar «esa posibilidad». Le rodearon entre una veintena de personas y le atacaron cuando estaba «solo y desarmado». Su amigo se había marchado a orinar y al regresar vio cómo le estaban agrediendo. Cuando los atacantes huyeron, le arrastró hasta una zona donde un hombre llamó al 112. «Sólo la intervención inmediata de los servicios de emergencia impidió su fallecimiento», según el informe forense.
A diferencia de la fiscal, el tribunal entiende que seis acusados integraban la banda de 'Los Hermanos Koala' y que «se juntaban para cometer delitos, como agresiones y robos a personas solas o en situación de desventaja». Aquella noche repitieron otras acciones similares. La concurrencia de este delito es lo que eleva la pena hasta los 20 años. Les absuelven, sin embargo, del delito de robo con violencia al aplicar el principio 'in dubio, pro reo'. Creen que no ha quedado suficientemente acreditado, ya que uno de los procesados llegó a meter la mano en un bolsillo del pantalón de Alex cuando éste yacía inconsciente, pero no encontró nada. No descartan que el móvil del joven hallado en la habitación compartida por uno de los encausados pudiera caérsele durante el acorralamiento y ser recogido.
El vídeo de 50 segundos que grabó uno de los menores y que luego subió a TikTok otro de los acusados ha sido una «prueba esencial», dicen los magistrados, que lo han analizado «fotograma a fotograma», lo que les ha permitido «observar de manera directa lo ocurrido».
La sentencia dedica un amplio espacio a explicar las graves secuelas que arrastrará Alex de por vida. «Le truncaron sus expectativas vitales» cuando sólo tenía 23 años y una vida entera por delante. Su pronóstico es «infausto», según advirtieron las médicas forenses en la vista oral, ya que podría ser víctima de una «complicación clínica». Los ingentes gastos en rehabilitación, la asistencia sanitaria prestada y la previsible en el futuro, y la adecuación de la vivienda, son sólo algunos de los desembolsos que deberá afrontar la familia Ionita con la ayuda de la indemnización. Parte de la cuantía se dedica a resarcir los daños morales de los padres, por el «dolor de ver el sufrimiento de su hijo». Permaneció durante semanas en la UCI y hasta la fecha ha sido sometido a cuatro intervenciones.
Los golpes le provocaron fractura craneal e incluso obligaron a retirarle uno de los huesos de la cabeza, por lo que le ha quedado una evidente deformidad. Además, sufre daños neuronales y estado de mínima conciencia. Por estos mismos hechos ya fueron condenados seis menores a medidas de internamiento de entre 3 y 5 años.
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