El servicio de inspección de setas del Ayuntamiento de Bilbao reabre para asesorar a los aficionados

El resto de las jornadas también será posible solicitar cita previa en los teléfonos 944204924 y 944204963. El servicio se presta en la nueva sede del área de Salud y Consumo, en el quinto piso del número 1 de la calle Cristo. Otros años, cuando la temporada ha sido buena, el servicio ha llegado a atender a más de 400 personas. El concejal de Salud y Consumo, Álvaro Pérez, ha apuntado que se trata de un servicio clave para «consumir con confianza y evitar intoxicaciones complicadas» y que «garantiza la ausencia de cualquier problema» a la hora de consumir estos preciados tesoros otoñales.

Álvaro Chirapozu, Jefe de Sección se Inspección Alimentaria y Zoonosis del Ayuntamiento, se ocupa del servicio desde hace 35 años. Entonces, los veterinarios municipales trabajaban en el mercado de La Ribera. Allí, los clientes les planteaban toda suerte de dudas y consultas sobre setas y otros alimentos. «El hecho de consumir una seta entraña muchos riesgos. No puede ir todo el mundo. Requiere de una preparación», ha explicado el especialista, que advierte que «las setas son de todos y son ecosistemas frágiles. No se puede arramplar con todo». Según ha explicado, «todos los años nos aparecen en nuestros bosques setas tóxicas y mortales que son identificadas en este servicio». Según ha explicado, hay más usuarias que usuarios, ya que «ellas son más precavidas, y ellos pecan más de abuso de confianza». «A veces nos han traído ejemplares que había recolectado el marido, o regalados, porque no se fiaban. Y menos mal», ha apuntado. «Todas las imprudencias las he visto en hombres», ha dicho.

Chirapozu ha expuesto que para poder ser identificados, es preferible que los lleve la persona que los ha recolectado, para que precise si los ha hecho en una zona de pinos, y que sean ejemplares enteros, no troceados. Ahora, además de las boletus edulis, también son apreciadas y abundan las Russulas, tanto la urretxa como de gibelurdin. Ha recordado que la Amanita phalloides y la Amanita muscaria son muy frecuentes. La ingesta de la primera causa síntomas como dolor adbdominal. Los esfuerzos médicos siempre se centran en que la toxina no pase al sistema digestivo. Si lo logra, requiere un trasplante de hígado.